Así lo revela una auditoría del Tribunal Superior de Cuentas (TSC) a la que tuvo acceso Proceso Digital y en la que se detallan otras irregularidades administrativas en el uso del presupuesto de la Cancillería y la contratación de personal en el servicio diplomático, especialmente en los consulados en el exterior, en donde se descubrió el nombramiento de empleados que ni siquiera laboraban en los mismos.
El informe asimismo reveló que el ex administrador de la Cancillería, Rafael Barahona, quien fungió en el cargo durante la gestión de Jiménez Puerto, incurrió en responsabilidad al borrar información valiosa y de interés a la institución como ser: Planillas de empleados por contrato, presupuestos y salarios de personal contratado, lo que ha impedido determinar si existía personal contratado mediante otros procedimientos anómalos.
Los investigadores del TSC recomendaron deducir las responsabilidades administrativas y penales, si proceden, al ex administrador de Relaciones Exteriores y que se le apliquen las multas económicas correspondientes en consonancia con el Reglamento de Sanciones del Tribunal Superior de Cuentas.
Los resultados de la auditoría fueron entregados mediante una nota oficial del TSC al entonces canciller de la República, Edmundo Orellana Mercado, pero se desconoce si éste procedió a aplicar las recomendaciones y las sanciones pertinentes, así como la reducción del personal contratado durante enero de 2006 a enero de 2008.
Origen de la denuncia
En febrero de 2008, auditores del TSC intervinieron la Secretaría de Relaciones Exteriores para cotejar una denuncia en el sentido que altos funcionarios borraron la base de datos presupuestaria y financiera para eliminar evidencias del mal manejo administrativo en esa dependencia estatal.
El “borrón” en la base de datos tenía como fin desaparecer toda evidencia en relación a los malos manejos, contrataciones irregulares de personal y pago de jugosos viáticos no justificados durante la gestión del ex canciller y ahora presidente de la Comisión Nacional de Bancos y Seguros (CNBS)..
En aquella oportunidad se denunció de estas anomalías al ex administrador general Rafael Barahona y el ex jefe de recursos humanos, Juvencio Rodas, hombre de confianza del ex canciller Jiménez Puerto. También se señaló a los empleados Lester Trejo, Carlos Romero y Benjamín Membreño.
Según la denuncia de aquel momento, Jiménez Puerto, tenía conocimiento de las irregularidades administrativas que realizaban sus subalternos, quienes emplearon con jugosos sueldos a decenas de activistas del Partido Liberal, sin embargo, consintió esa situación y no hizo nada para frenarla.
“Lo grave es que casi la mayoría de las contrataciones son inexistentes y otras no llegaban a trabajar, solo a retirar del banco los depósitos efectuados por la administración”, citó el informante en aquel momento.
Según la denuncia, el despilfarro administrativo en la Cancillería fue de tal magnitud que dejó en rojo las partidas especiales de las áreas de demarcación, soberanía y aguas territoriales y territorios recuperados.
Sin dejar rastro
El informe realizado por el equipo de auditores logró confirmar una serie de irregularidades, muchas de las cuales lamentablemente se perdieron por el “borrón” de la información.
Para tapar muchas de las anomalías que se dieron, los auditores constataron que la computadora asignada a Rafael E. Barahona fue formateada, antes de que éste dejará el cargo y previo a ser entregada Miguel Antonio Andino, administrador actual de la Cancillería, ya que al encenderla y revisar su contenido solamente se encontró el sistema operativo (Windows), pero los demás programas fueron borrados, incluyendo el programa del Sistema Integrado de Administración Financiera (SIAFI).
“A raíz de la investigación realizada se comprobó que la computadora asignada al Licenciado Rafael E. Barahona, ex administrador de la Secretaría de Relaciones Exteriores fue formateada. Además se borró información valiosa de interés a la institución como ser: Planilla de empleados por contrato temporal, presupuestos, salarios del personal contratado. Esta situación ha impedido determinar si la planilla de personal contratado que se borró era necesaria para la institución”, señala el informe.
Entre otras anomalías, se descubrió un considerable aumento en el personal contratado temporalmente para laborar en límites marítimos, bolsones hondureños, demarcación y territorios delimitados.
Al analizar las planillas de los empleados por contrato de los meses de noviembre y diciembre de 2007, se constató un aumento en el personal temporal contratado, el cual ascendía a 288, distribuidos así: 198 en límites marítimos con un costo mensual de 1,528,145.87 lempiras y 90 en demarcación con un gasto mensual de L.767,219.00, para un total de 2,295,364.87 lempiras.
La mayoría de estos empleados supuestamente laboraban en los dos archivos de la institución, realizando labores de archivo de documentos.
El personal contratado en el mes de enero de 2006, antes que Milton Jiménez asumiera la cartera de Relaciones Exteriores, ascendía únicamente a cuatro personas, las que se encontraban realizando labores en proyecto de bolsones hondureños, con un costo mensual de 7,150 cada uno.
Según el informe, al mes de enero de 2008 las planillas se mantuvieron con 288 empleados y al mes de febrero de 2008 bajó a 276.
Consulados y embajadas
Referente al empleo de personal por contrato en el servicio exterior, se constató que al mes septiembre de 2006 se registraron 28 empleados más y en el mes de enero de 2008 se registraron 73 nuevos contratados.
Asimismo, se descubrió que las planillas de pago no eran firmadas por el personal acreditado en las embajadas y consulados durante la gestión de Barahona y de Milton Jiménez, por lo que se desconoce a quien eran entregados los fondos o si alguien los reclamaba en Tegucigalpa.
“La cantidad de empleados por contrato se fue incrementando, de manera que al mes de enero de 2008 se 73 empleados, distribuidos así: en el cuerpo diplomático 42 empleados con un valor de 2,210,072.75 lempiras y en el cuerpo consular 31 empleados con un valor mensual de 1,783,615.88, existiendo en este período un incremento de 45 empleados”, indica el informe.
«Empleados fantasmas»
Un elemento revelador de la investigación es que los auditores lograron cotejar que muchos de los empleados en planillas no aparecían en los consulados y embajadas o nunca se habían presentado a trabajar.
“Mensualmente la planilla de pago de los empleados es remitida a cada embajada y consulado, para que esta sea firmada por el personal respectivo, sin embargo, se constató en la verificación de documentos que la misma no era firmada por el personal, por lo tanto no se puede acreditar si realmente el personal registrado en planilla del exterior se encontraba laborando”, cita la investigación.
En sus conclusiones, el informe de auditoría recomienda la aplicación de las respectivas sanciones al ex administrador Rafael Barahona, así como una serie de sugerencias para mejorar la administración y evitar todas estas anomalías, no obstante, se desconoce si las mismas son aplicadas y tampoco si se procedió a cancelar o descargar de las planillas infladas.