San Salvador – La Iglesia católica de El Salvador expresó hoy su alegría por el anuncio del Vaticano de la beatificación del arzobispo de San Salvador Oscar Arnulfo Romero y señaló que esa decisión del papa Francisco supone el «triunfo de la verdad» acerca del prelado asesinado en 1980.
El papa Francisco aprobó hoy el decreto que reconoce el «martirio» de Romero en «odium fidei», es decir, que fue asesinado por «odio a la fe», por lo que podrá ser beatificado sin la necesidad de un milagro.
«Inmensa alegría en Iglesia de El Salvador al conocer decreto de aprobación del martirio de monseñor Romero. Continuemos la oración», expresó en su cuenta de Twitter el Arzobispado de San Salvador.
El vicario de la Iglesia católica salvadoreña, monseñor Rafael Urrutia, declaró a los periodistas que «la beatificación de monseñor Romero es una victoria de la fe, una victoria de la palabra predicada» por el arzobispo mártir.
La de Romero es «una palabra que nos invita hoy a la conversión, a la reconciliación», aseveró Urrutia.
El presidente de la Fundación Romero, monseñor Ricardo Urioste, dijo por su parte a periodistas que con la beatificación de Romero «la verdad se ha impuesto, como siempre llega a triunfar».
«Acuérdense cómo monseñor Romero fue acusado de ser subversivo, de ser marxista, de ser guerrillero, y por fin se va haciendo verdad que no era absolutamente nada de eso, sino un hombre de Dios, un hombre de iglesia y un hombre servidor del pueblo pobre, sobre todo», expresó Urioste.
«Y esto es lo que me parece que el papa ha hecho: que redescubramos nosotros la figura de monseñor Romero al verlo como él fue: hombre de Dios, hombre de iglesia y hombre servidor del pueblo pobre; esto es lo que el papa está ratificando en este momento», insistió.
La beatificación de Romero «podría ser en este año, aunque fechas todavía no han dado», comentó Urioste, cuya Fundación gestiona el legado espiritual del arzobispo asesinado hace casi 35 años.
Romero fue asesinado por un francotirador cuando oficiaba una misa el 24 de marzo de 1980 en la capilla del hospital de cáncer Divina Providencia de San Salvador y en marzo de 1994 se abrió su proceso de beatificación en el Vaticano.
El arzobispo mártir se caracterizó por su defensa de los pobres y por su denuncia de los abusos contra los derechos humanos en los años previos a la guerra civil en El Salvador (1980-1992).