Tegucigalpa – La Iglesia Católica de Honduras rechazó cualquier tipo de mesianismo político para dominarlo todo y señaló que la ambición del poder no pertenece a Dios sino al diablo.
Así lo expresó el rector de la Basílica Menor Nuestra Señora de Suyapa, Carlo Magno Núñez, quien celebró la Eucaristía dominical y en su homilía reflexionó sobre estos temas.
“La tentación de la ambición del poder también realizada en el ser humano se trata de un mesianismo político para dominarlo todo, Jesús rechaza totalmente la tentación de la ambición de poder y le dice (al diablo) al señor tu Dios adorarás y solo a él culto darás”, reflexionó el sacerdote.
El religioso reflexionó sobre las diferentes tentaciones que sufrió Jesús cuando se retiró al desierto a ayunar 40 días y 40 noches.
No obstante, enfatizó que la tentación de poder no pertenece a Dios sino al diablo.
“Por lo tanto ese poder no sirve para extender y para construir el Reino de Dios sino para todo lo contrario”, agregó.
Jesús experimentó como nosotros la fuerza de la tentación, sintió miedo, inseguridad, la seducción del prestigio y del poder, pero Jesús eligió el camino de la docilidad total al Padre y con ello abrió para todos nosotros el camino de la esperanza, caviló el rector de la Basílica Menor.
“Jesús venciendo el mal nos muestra el camino de la liberación más profunda”, exclamó.
A renglón seguido, instó a que cada uno se pregunte ¿Cuáles son las tentaciones que me esclavizan?
Si Jesús venció todas las tentaciones él puede ayudarnos y por lo tanto debemos apoyarnos en el Hijo de Dios, respondió.
“Solo Dios nos dará la fuerza para vencer las tentaciones”, cerró.
A continuación Proceso Digital reproduce la lectura del día tomada del santo evangelio según san Mateo (4,1-11):
En aquel tiempo, Jesús fue llevado al desierto por el Espíritu para ser tentado por el diablo. Y después de ayunar cuarenta días con sus cuarenta noches, al fin sintió hambre.
El tentador se le acercó y le dijo:
«Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en panes».
Pero él le contestó:
«Está escrito: “No solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”».
Entonces el diablo lo llevó a la ciudad santa, lo puso en el alero del templo y le dijo:
«Si eres Hijo de Dios, tírate abajo, porque está escrito: “Ha dado órdenes a sus ángeles acerca de ti y te sostendrán en sus manos, para que tu pie no tropiece con las piedras”».
Jesús le dijo:
«También está escrito: “No tentarás al Señor, tu Dios”».
De nuevo el diablo lo llevó a un monte altísimo y le mostró los
reinos del mundo y su gloria, y le dijo:
«Todo esto te daré, si te postras y me adoras».
Entonces le dijo Jesús:
«Vete, Satanás, porque está escrito: “Al Señor, tu Dios, adorarás y a él solo darás culto”».
Entonces lo dejó el diablo, y he aquí que se acercaron los ángeles y lo servían. (RO)
