“Por encima de divisiones políticas, que triste es que nuestra confianza esté confrontada siempre”, expresó al momento de señalar que cada uno puede pensar distinto y tener simpatía por una persona u otra, así como por cualquier candidato.
No obstante, refirió que “eso no quiere decir que en el pueblo hondureño estemos más como enemigos”, por preferencias de corrientes políticas.
Manifestó que la sociedad hondureña tiene que dejar de vivir de apariencias y promover la verdad, buscando la paz para el país, por medio de la escogencia de candidatos políticos adecuados.
Problemas de las drogas y el alcohol
Además el Cardenal compartió el dolor de las familias de las 24 personas que fallecieron por la ingesta de alcohol adulterado en Siguatepeque.
“Comparto el dolor de los familiares de esos hermanos nuestros que murieron por ingerir un alcohol contaminado”, mientras calificó este vicio como “una verdadera esclavitud”.
Para finalizar, el máximo líder de los católicos en Honduras, manifestó que la droga está acabando con el pueblo y que por una cuantas monedas se le está permitiendo apoderarse del país.
“Cuántas muertes hay en nuestra Honduras por ese demonio de la droga”, expresó e hizo un llamado a la población a contribuir en una búsqueda de una vida diferente.
Porque es “triste que por unos centavos, estén manchando de sangre a un país que requiere más bien de todos sus ciudadanos”, acotó.