Tegucigalpa – En la homilía correspondiente al cuarto domingo de cuaresma, la Iglesia Católica de Honduras criticó la corrupción y oscuridad en la gestión pública del país centroamericano.
¿Por qué rechazamos la luz, por qué tanta corrupción escondida y oscuridad en las gestiones públicas?, cuestionó el rector de la Basílica Menor Nuestra Señora de Suyapa, Carlo Magno Núñez durante el mensaje correspondiente al cuarto domingo de cuaresma.
La lucha entre la luz y las tinieblas se da también en el interior de cada persona.
El sacerdote también reprochó las apariencias que buscan guardar las autoridades de Honduras.
¿Por qué tanta falsa apariencia?, recriminó el sacerdote al tiempo que exhortó a comprender desde el interior que todos somos amados por Jesús.
“Ante el inmenso amor que se nos revela en Jesús levantado en la cruz, dejemos nuestros miedos y nuestras lamentaciones”, reflexionó.
Instó a pedir a Jesús nos cubra y nos libere de las serpientes que acosan y envenenan nuestras vidas.
“Señor Jesús muerto y resucitado tú comprendes nuestras fragilidades y nuestras heridas, hoy ponemos nuestras miradas en ti, tu eres la fuente de todo amor”, oró.
Finalmente invitó a mantener la esperanza en Jesús, hijo de Dios y salvador del mundo.
A continuación Proceso Digital reproduce la lectura del día tomada del evangelio según Juan 3, 14-21:
En aquel tiempo, Jesús dijo a Nicodemo: “Así como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así tiene que ser levantado el Hijo del hombre, para que todo el que crea en él tenga vida eterna.
Porque tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salvara por él. El que cree en él no será condenado; pero el que no cree ya está condenado, por no haber creído en el Hijo único de Dios.
La causa de la condenación es ésta: habiendo venido la luz al mundo, los hombres prefirieron las tinieblas a la luz, porque sus obras eran malas. Todo aquel que hace el mal, aborrece la luz y no se acerca a ella, para que sus obras no se descubran. En cambio, el que obra el bien conforme a la verdad, se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios’’. (RO)
