Tegucigalpa – La Iglesia Católica llamó a acoger a los niños, a los pobres y marginados, al tiempo de lamentar que el amor de la población hondureña se encuentra condicionado por diferentes intereses de índole personal.
– Capacidad de amar de hondureños está condicionada a carencias afectivas, se resaltó en el culto de este domingo.
El padre Juan Carlos Martínez, ofició la misa de la homilía dominical en la Catedral Metropolitana de Tegucigalpa, donde subrayó que “nuestra capacidad de amar está condicionada por nuestras carencias afectivas, enganches e intereses que son ciegos y que nos impiden elegir bien”.
Citó como ejemplo los niños y manifestó que en su tiempo, Jesús rompió el esquema cultural y los acogió.
Señaló que “con su gesto de ternura, abrazando a los niños, Jesús manifestó la preferencia de Dios por los que nada pueden, ni valen humanamente”.
El líder católico también remarcó que “en los niños hoy podemos ver representado el amplio mundo de los pobres y marginados, los que no tienen el interés de la sociedad”.
Agregó que en Honduras hay “tantas personas que no son productivas, que no interesan ni para la política, ni para la economía, ni para nuestra sociedad”.
Asimismo, rememoró con dolor que “todavía son demasiados los países en los que se pisotea la dignidad y el respeto que los niños merecen”.
“Niños explotados por el trabajo o por el mercado del sexo, niños obligados a convertirse en soldados, niños privados de asistencia sanitaria, desnutridos y necesitados de un verdadero amor”, exteriorizó.
El párroco concluyó reiterando la importancia de acoger a los menores al recalcar que “somos como niños ante el misterio de Dios que nos sobrepasa siempre”.