Tegucigalpa – Gracias a Dios es el único departamento de Honduras donde el virus que provoca el COVID 19 no ha podido penetrar, pero esta selvática región hondureña sí es porosa para la entrada de cocaína y otras drogas que hacen de La Mosquitia, un punto estratégico para el trasiego del polvo blanco y otros estupefacientes.
– Lejos de todos, La Mosquitia vive la tragedia de sus náufragos, sus buzos lisiados, su lucha ancestral por la tierra y el flagelo de la pobreza contratado con el accionar del tráfico de drogas y la presencia del crimen.
– En los últimos siete años las fuerzas del orden han destruido 253 narcopistas en Gracias a Dios.
– En el presente año suman 14 pistas inhabilitadas de las cuales 12 han sido en Gracias a Dios y de estas 10 en Brus Laguna.
– Las avionetas procedentes de Colombia y Venezuela vuelan directamente a Gracias a Dios porque es la ruta más cercana, según exjefe castrense.
El departamento de Gracias a Dios, una zona de reserva mundial, donde habitan grupos étnicos nativos como los misquitos, tahwakas y pechs, es considerado una de las rutas más accesibles para el crimen organizado en su paso de la droga rumbo a los países de Guatemala, México y Estados Unidos.
En La Mosquitia, se anuncian constantes operaciones anticrimen, incluidas muchas de fuerzas transnacionales combinadas, pero la ruta es difícil de limpiar de la acción de las mafias y en particular del narcotráfico.
Lo extenso del departamento, con 16 mil 630 kilómetros cuadrados, con una envidiable posición geográfica que le hace colindante con Olancho, Colón y el sur de Nicaragua, tiene entre sus grandes riquezas la reserva del río Plátano y la laguna de Caratasca.
La Ciudad Blanca
Mucha de esa tierra es casi impenetrable y posee también riquezas arqueológicas invaluables como la Ciudad Blanca, o La ciudad Perdida del Dios Mono cuya historia inició en 1526, cuando Hernán Cortés escribió al rey español Carlos V, sobre la existencia de una civilización indígena al interior de lo que hoy conocemos como La Mosquitia.
A partir de ahí comenzó a tejerse la leyenda sobre la “Ciudad Blanca” que durante siglos se mantuvo entre exploradores, historiadores, antropólogos y otras figuras de la academia y de la que ahora son los vestigios de la civilización perdida de la que tanto se habló por más de 500 años.
Las tristes historias de buzos y náufragos
La Mosquitia también teje historias cotidianas dramáticas, como las que viven diariamente cientos de buzos lisiados por la descompresión, tras faenar sin protección buscando langostas y mariscos de alta calidad que son puestos en las cartas de restaurantes de alta gama desde gourmet hasta Michelin. Los naufragios y las tragedias son parte de ese entorno.
También es visible la defensa de sus territorios invadidos cada vez más por extraños, que les disputan no solo su tierra, sino que les coartan en sus tradiciones y asesinan a sus líderes.
Operaciones con “mal pie”
La zona es tierra olvidada ancestralmente por las autoridades, pero no así para los criminales que la han convertido en su feudo. Allí las operaciones del crimen son proliferas, pero también lo son las avanzadas de los cuerpos del orden que incursionan no siempre con buen pie según denuncias interpuestas en su momento por los habitantes y organizaciones civiles como es el caso de un cuádruple asesinato contra misquitos, ocurrido en mayo de 2012 y achacado a presuntos agentes de la DEA.
Esa ausencia de las autoridades ha sido ocupada en gran parte por los caballeros de la droga y mafiosos que han enganchado en sus redes a ciudadanos comunes, muchos de ellos se han visto obligados a dejar de usar sus redes para atrapar langostas y tirarlas al mar para buscar los paquetes de cocaína que llegan desde el sur de América, muchas veces en narco submarinos y otras tantas en narcoavionetas que dejan “llover” el polvo desde las alturas.
“Vulcano”, la excepción
Esa tradicional falta de autoridad se vio interrumpida a mediados de noviembre de 2018, cuando un contingente de agentes del Ministerio Público desarrolló allí, en plena Mosquitia, la primera operación, denominada “Vulcano”, para golpear a las grandes estructuras del narcotráfico.
La Fiscalía llegó así a los más recónditos sitios de la región y logró incautar bienes valorados en al menos 50 millones de lempiras. Entonces las imágenes que daban a conocer los agentes mostraban las enormes y lujosas mansiones de los capos, en medio de las casi impenetrables selvas.
Era un operativo contra la organización criminal transnacional denominada Los Simpson, con redes internacionales y locales de gran nivel en el inframundo del crimen.
“Se trata de la primera operación de este tipo en esa zona de La Mosquitia, nunca las autoridades habían incautado bienes y ejecutado diligencias similares”, relató entonces a Proceso Digital, una alta fuente del Ministerio Público. Luego agregó que “se trata de lugares olvidados, en donde los narcos asumieron el control, ellos poseen grandes mansiones mientras la mayoría vive en la extrema pobreza”.
Durante las diligencias se logró decomisar equipo utilizado para el aterrizaje de avionetas cargadas de droga, específicamente luces que se colocan en áreas clandestinas para que los narcovuelos puedan bajar la droga.
Ya para mediados del noviembre de ese 2018 los datos oficiales daban cuenta de la inhabilitación, ese año, de 56 narco pistas en el país: una en Cortés y 55 en Gracias a Dios.
La fuente citó que estos grupos narcotraficantes aprovechan que en la zona se encuentra la reserva de la biósfera del Río Plátano y otros lugares que son auténticos paraísos naturales.
El territorio de las narcopistas
Lo selvático de Gracias a Dios y la falta de infraestructura dificulta el trabajo que las autoridades se han empeñado en mantener, y es la localización, inhabilitación y destrucción de las áreas clandestinas de aterrizaje más conocidas como narcopistas dijo a Proceso Digital, un agente que trabaja en esas operaciones.
Según las autoridades de la Fuerza de Seguridad Interinstitucional Nacional (Fusina), desde que iniciaron operaciones en 2014 hasta la fecha han destruido 286 pistas clandestinas de las cuales 253 han sido en el departamento de Gracias a Dios.
En el presente año suman 14 las pistas clandestinas inhabilitadas y destruidas, de las cuales, 12 pertenecen al departamento de Gracias a Dios y de ellas 10 al municipio de Brus Laguna.
“Nosotros no las hemos visto”
Sobre el tema, Proceso Digital conversó con la alcaldesa de Brus Laguna, Teonela Paisano Wood quien detalló que eso de las pistas clandestinas le toca a las Fuerzas Armadas, “lo que vemos nosotros es que dicen que inhabilitaron una pista con tantos cráteres de tantas dimensiones, pero nosotros acá no las hemos visto”, sostuvo.
La funcionaria edilicia aseguró que ella se da cuenta a través de los medios de comunicación cuando una pista clandestina es destruida.
“Nunca han venido a decirme, mire alcaldesa en este mes encontramos y deshabilitamos tantas pistas, nunca lo han hecho y yo no les pregunto porque el trabajo es de ellos”, manifestó.
Paisano Wood aseguró que nunca ha recibido un informe de Fusina sobre el tema “ellos vienen y me dicen estamos trabajando en la instalación de operativos en la lucha contra el narcotráfico y yo los dejo trabajar…”.
Ruta más cercana
Por su parte, el exjefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, General en condición de retiró, Romeo Vásquez Velásquez, dijo a Proceso Digital que el departamento de Gracias a Dios es la ruta más cercana que tiene Sudamérica con Estados Unidos.
Detalló que las avionetas procedentes de Colombia y Venezuela vuelan directamente a Gracias a Dios porque es la ruta más cercana y les ajusta llegar con el combustible.
Señaló que el departamento de Gracias a Dios es el más desprotegido por los entes de seguridad del país y las limitaciones que tiene el departamento ante la falta de infraestructura y la dificultad que hay para su acceso favorecen a las bandas del crimen organizado para controlar esa zona.
Reiteró que lo extenso del departamento, lo selvático y la falta de infraestructura ha convertido a Gracias a Dios en uno de los mejores lugares para el paso de la droga que va rumbo a Guatemala, México y a los Estados Unidos que es donde pagan el mejor precio.
Seguridad no se da abasto
Indicó que pese a que hay una base militar y una naval en la región no se dan abasto para un control aéreo y terrestre que cubra todo el departamento, por lo que se necesita mayor infraestructura satelital a través de radares y tener las condiciones idóneas para combatir el ilícito.
Señaló que las operaciones que se realizan en la zona son en conjunto en su mayoría de veces con el gobierno estadounidense.
Dijo que para mantener los patrullajes en la zona de una forma permanente su costo es alto y el gobierno no tiene los fondos para ello.
“Mantener una vigilancia constante es altamente costoso, se pueden tener radares, pero ellos vuelan a una altura considerable para no ser detectados y eso pone en una situación difícil a Honduras”, comentó.
Los criminales van tres pasos adelante
A criterio del general Vásquez Velásquez la labor que ha hecho Fusina en la destrucción de las áreas clandestinas de aterrizaje en el departamento de Gracias a Dios es bueno.
Sin embargo, dijo que los recursos que tiene el crimen organizado son más fuertes que las operaciones de destrucción que hace el ente de seguridad ya que “hoy inhabilitan una pista y mañana el crimen organizado hace otra”, sostuvo.
“Ellos tienen una habilidad grande y van tres pasos adelante de las autoridades porque tienen los recursos, la plata (dinero) para invertir”, apuntó.
286 pistas inhabilitadas
Mientras, el portavoz de las Fuerzas Armadas, el teniente coronel, José Coello dijo a Proceso Digital que una de las misiones que tiene Fusina desde 2014 que entró en funciones es el combate a las estructuras criminales desde el Cabo de Gracias a Dios hasta occidente.
Agregó que parte de estas operaciones son la captura de personas ligadas al crimen organizado, decomiso de drogas, en su mayoría cocaína, y la localización, inhabilitación y destrucción de áreas clandestinas de aterrizaje.
En el año 2014 se inhabilitaron 52; en 2015, 60; en 2016, 26; en 2017, 37 ; en 2018, 61; en 2019, 36 y en el presente año 14 para un total de 286 pistas clandestinas.
Agregó que sistemáticamente se ejecutan operaciones en los lugares donde se han detectado e inhabilitado las pistas clandestinas principalmente en los departamentos de Olancho, Gracias a Dios, Colón y Cortés.
253 pistas destruidas en Gracias a Dios
Sostuvo que la mayoría de las pistas clandestinas se han inhabilitan en el departamento de Gracias a Dios ya que de las 286 que van hasta el momento solo en ese sector del país se destruyeron 253.
Explicó que no solo el municipio de Brus Laguna es el que presenta un mayor número de pistas inhabilitadas, también esta Laguna Ibans y la Barra de Patuca, son zonas consideradas selvas tropicales y de difícil acceso porque solo se puede hacer a través de la vía aérea y marítima.
Operativos son confidenciales
Explicó que los operativos son altamente confidenciales por lo que no se realizan en conjunto con las autoridades municipales u otros entes de la localidad.
Añadió que se hacen exclusivamente a través de Fusina y otras instituciones que luchan contra el narcotráfico y el crimen organizado.
“Sabemos que estas estructuras criminales buscan los sectores desolados del territorio nacional donde hay poca vigilancia y el departamento de Gracias a Dios ha sido una zona predilecta para las estructuras que se dedican a este acto ilícito por su cercanía con el océano Atlántico y tiene rutas para facilitar el traslado de la droga, es por ello por lo que se han instalado los escudos marítimos, terrestres y aéreos para atacar el narcotráfico y dar fuertes golpes a las mismas”, argumentó.
Indicó que a diario se realizan operaciones en diferentes partes del departamento de Gracias a Dios a través de la Fuerza de Tarea Conjunta Paz García y Fuerza Naval y el Quinto Batallón de Infantería instalado en la zona.
Igualmente se ejecutan operaciones conjuntas con los países de Estados Unidos, Colombia y Venezuela.