Tegucigalpa- Las recientes declaraciones de la fiscal general de Estados Unidos, Pamela Bondi, han desatado una tormenta política en Honduras.
-Cancillería tilda de falsas acusaciones de Bondi, pero el jefe de FFAA advierte que un fiscal solo habla con pruebas fidedignas.
-Presidente de la Fundación 15 de Septiembre, Juan Flores, dijo que la denuncia es grave ya que la fiscal Bondi, es la persona más informada del país.
Bondi acusó al régimen venezolano de Nicolás Maduro de pagar para utilizar el espacio aéreo de Honduras, Guatemala y México como parte de un “puente aéreo” para el tráfico de drogas hacia Norteamérica.
La reacción del gobierno hondureño fue inmediata: a través de la Cancillería, rechazó enérgicamente lo dicho por la funcionaria estadounidense, calificándolo como “falso” y destacando una supuesta “ofensiva histórica” contra el narcotráfico.
Sin embargo, las palabras del jefe del Estado Mayor Conjunto, Roosevelt Leonel Hernández Aguilar, dibujan un panorama distinto y contradictorio. En una entrevista concedida este viernes, a TN5 Matutino aseguró que “cuando un fiscal habla es porque tiene información fidedigna”, agregando que tales declaraciones deben ser tomadas “muy en serio” y que el crimen organizado “puede estar escondido en todos los cargos públicos o privados”.

Ante la pregunta sobre las declaraciones de la fiscal de EEUU y la información de inteligencia que ella pueda tener respondió de forma textual haciendo una comparación con el fiscal general hondureño.
“-sin duda- nosotros tenemos que referenciar nuestro fiscal general por ejemplo cuando el fiscal general nuestro determina una acción o sale en declaraciones tenemos que tomarlo muy en cuenta muy en serio sus declaraciones, -porque cuando un fiscal va a hablar es porque tiene información fidedigna- entonces claro que tenemos que preocuparnos y ocuparnos en ese sentido”
A renglón seguido apuntó porque el crimen organizado usted sabe que nace del corazón de la corrupción del ser humano y puede estar escondido en todos los cargos, tanto públicos como privados y tenemos que visibilizar al crimen organizado en todas sus actividades desde el contrabando el tráfico la trata de personas, el tráfico de armas y este flagelo que nos afecta que es el narcotráfico.
La afirmación del alto mando castrense contrasta frontalmente con la posición oficial del Ejecutivo, que no solo desestimó la denuncia de Bondi, sino que defendió que Honduras es un “bastión” en la lucha contra el narcotráfico, con operativos conjuntos con Estados Unidos y otros países.
El general en la misma entrevista dijo que Honduras tiene el control aéreo, Hernández Aguilar explicó que, mediante el Centro Combinado de Operaciones Interagenciales y el apoyo de la Fuerza de Tarea Conjunta en Colombia, se detectan de inmediato las alertas, ya sean marítimas o aéreas.
En el caso marítimo, la Unidad Marítima Especial de la Fuerza Naval recibe capacitación y adiestramiento por parte de Estados Unidos para actuar con rapidez; esto a pesar de que reconoció no contar actualmente con radares activos para esa tarea.

Migrantes preocupados
La preocupación no es solo en el territorio nacional sino que las declaraciones de la fiscal estadounidense alertan a los migrantes el presidente de la Fundación 15 de Septiembre, Juan Flores, dijo a Proceso Digital que la denuncia es grave ya que la fiscal es la persona más informada del país.
Agregó que esta acción viene a preocupar más a los migrantes ya que pueden ser deportados más rápidamente. “Nos pueden colocar en una lista roja y deportarlos, los tepesianos también sufrieron un revés por culpa del accionar del gobierno y esto nos preocupa”, indicó.

Origen de la polémica
En la entrevista que originó la polémica, Bondi refirió que Maduro no encabeza un gobierno legítimo, sino una “organización narcoterrorista” que actúa como mafia y que, mediante sobornos, asegura libre tránsito de drogas por territorio y espacio aéreo centroamericano.
Mientras la Cancillería alega que tales acusaciones “lesionan la dignidad del pueblo hondureño”, las declaraciones del jefe de las Fuerzas Armadas parecen sugerir que, lejos de rechazarlas de plano, lo prudente sería investigarlas. La contradicción entre ambas posturas evidencia una fractura discursiva dentro del propio Estado: uno que, de cara al exterior, se muestra ofendido, pero que internamente reconoce que un fiscal —y por extensión, una fiscal estadounidense— no habla sin pruebas.LB