spot_img

¿Galgos o Podencos?

Por: Pedro Gómez Nieto 

Desde el año 2005 al 2010 ostenté un cargo con categoría diplomática en la embajada de España en Tegucigalpa.

Un fin de semana fui invitado a la reunión que un empresario celebraba en su mansión de la zona de Coyolito. Pude observar la presencia de diplomáticos, políticos, autoridades y empresarios. Tras la comida informal, el tema de la tertulia era el desarrollo del turismo en la zona del golfo de Fonseca. Los presentes intervenían haciendo críticas y aportando ideas de todo tipo. Una dama, que ostentaba un importante cargo en la administración del entonces presidente Zelaya, me pregunto: ¿Tiene usted tiene alguna idea para mejorar el desarrollo del turismo en la región?

Confieso que mi zona de confort es la Inteligencia, desde donde me gusta observar y establecer escenarios posibles. Carecía de la suficiente habilidad para utilizar el neolenguaje apropiado y salir de la situación. Tratando de aportar alguna idea diferente a las escuchadas, dije: <<Bueno…, he venido en carro desde Tegucigalpa hasta aquí y les puedo asegurar que no he encontrado un solo kilómetro de carretera cuyas cunetas no estén rociadas con toda clase de basura orgánica e inorgánica. ¿Quieren potenciar el turismo? Gestionen el grave problema que existe en Honduras sobre el control y reciclaje de la basura, para que el turista no se sienta impactado cuando disfruta de las bellezas de su país>>. Se hizo un sepulcral silencio y comprendí que mejor me hubiera callado.

En Honduras, criticamos por un lado la injerencia extranjera en la política interna y por el otro reclamamos la presencia de organismos internacionales para que solucionen los problemas que nuestras débiles instituciones no pueden. Aplaudimos el trabajo de Miriam Guzmán, en la SAR, que aumenta la presión recaudatoria llegando hasta el sector informal, y seguidamente el Congreso Nacional aprueba leyes que amnistían la evasión fiscal; o bien se prepara la nueva ley de incentivos al turismo, que exonera profusamente el pago de impuestos a las inversiones en el sector, con el argumento de que así se potenciará el rubro y la creación de empleo. Una cortina de humo que deja ver media historia. La otra media es que abrimos la puerta para que empresarios-políticos incursionen en el sector y se beneficien de la enésima patente de corso que sale del Congreso, con jugosas exoneraciones para cualquier perfil de inversor. El empleo que se crea en nuestro mercado laboral es mayoritariamente precario, y el turismo que se fortalecerá corresponde a las inversiones sin carga impositiva de los empresarios por el aumento de sus patrimonios.

¿Galgos o Podencos? Esta expresión procede de la fábula de Iriarte titulada “los dos conejos”, quienes ante la llegada de una jauría de perros en lugar de tomar decisiones perdieron el tiempo en determinar el tipo de raza que se les venía encima, al final ya fue demasiado tarde para hacer algo. El rey Juan Carlos I, ante una situación difícil que soportaba la sociedad española, en un pasado reciente, comentó: “No son estos tiempos buenos para escudriñar en las esencias ni para debatir si son galgos o podencos quienes amenazan nuestro modelo de convivencia”, animando a la clase política y al pueblo a un pacto de Estado enfocando las energías en buscar soluciones contra los problemas.

Vivimos en una realidad donde todo se cuestiona e interpreta en clave política. El político irradia poder atrayendo al incauto como el imán atrae a las virutas de metal. Ya no es el genuino servidor de la sociedad, sino que a modo de realidad reflejada en el espejo, es la sociedad la que sirve a los fines del político, por acción, omisión o manipulación. ¡Seguidme y os mostraré la tierra prometida! vociferan algunos. Pero se nos olvida que Jesús dijo en las Bienaventuranzas que solo “los limpios de corazón verán a Dios”.

En Honduras sabemos dónde están los problemas, pero no hay compromiso ni agallas para solucionarlos porque siempre tienen un coste político, incluso físico…, mejor dejarlos pasar. Cuando reviente el asunto creamos una comisión que aporte soluciones para tapar el roto. Por ejemplo, aprobando contratos y compras de emergencia con nocturnidad y sin mayores controles. ¿Les suena de algo? Es la naturaleza del escorpión.

El presidente de la República tiene, entre sus muchos méritos, el de tomar decisiones valientes sin esperar a determinar si son galgos o podencos; sin preocuparse por el juicio de la historia o el coste político que le suponga. El problema es que la maquinaria que se encontró al llegar al poder era obsoleta, anquilosada, inoperante y corrupta. Primero tuvo que enseñar a su equipo a pensar de otra manera. Ahora le queda el juicio “post mortem” para corregir los errores, pues hay subordinados que no dan el ancho. O dicho de otra manera, Honduras necesita urgentemente “gestión por resultados”. 

Más de Pedro Gómez Nieto aquí…

spot_img
spot_img

Lo + Nuevo

spot_imgspot_img