“Montanaro, ministro del Interior durante la dictadura de Alfredo Stroessner, ya fallecido, fue uno de los esbirros del pueblo paraguayo, que residió en mi propio país, contaminando nuestro pobre democracia”, dijo.
En octubre del 2006, el ombudsman hondureño le remitió una carta al Defensor del Pueblo de Paraguay, Manuel Antonio Páez Monge, en la que le solicitaba que intercediera por el defensor de los derechos humanos Martín Almada, quien fue objeto de una querella criminal por el comisario Rolando A. Alum, supuestamente porque lo llamó torturador.
Martín Almada, un educador paraguayo que fue objeto de torturas durante la dictadura, descubrió, junto a otras víctimas, los llamados Archivos del Horror de la dictadura de Stroessner.
En su investigación, Almada encontró documentos sobre la “Operación Cóndor”, la coordinación establecida entre las dictaduras militares de los países del Cono Sur en los años 70 y 80 para eliminar opositores políticos.
Esa Operación le permitió a las fuerzas armadas de los distintos países participantes a desplazarse libremente en el territorio de los otros, para así secuestrar, desaparecer o asesinar a sus con-ciudadanos
“La Operación Cóndor” dejó como saldo víctimas en Paraguay, Washington, Argentina, Brasil, Bolivia y otros países.
Custodio cuestionó, en aquella oportunidad, el sistema de justicia por perseguir a las víctimas de violaciones a los derechos humanos y practicar la impunidad de los responsables del terrorismo de Estado.
“La impunidad, que es la expresión de la tolerancia y la permisividad entre Estados y dictadores, que mantiene lejos de la justicia a personas responsables de graves crímenes en contra de la humanidad como el Señor Montanaro”, establecía en la misiva.
El defensor de los derechos humanos cuestionó duramente al gobierno hondureño que le brindó asilo a Montanaro en 1989 y se mantuvo como uno de los principales críticos de la presencia del ex funcionario paraguayo en Honduras, por considerar que “contaminaba con su presencia” la pobre democracia de este país centroamericano.
Sabino Montanaro pidió asilo en la embajada de Honduras en Paraguay tras el derrocamiento de Stroessner, el 3 de febrero de 1989, mediante un golpe de Estado que encabezó Andrés Rodríguez y que le puso fin a 35 años de dictadura.
Montanaro, fue ministro de Interior paraguayo entre 1966 y 1989, la época más represiva del régimen de Stroessner, quien falleció a los 93 años, el 16 de agosto de 2006, exiliado en Brasil.
El ex funcionario paraguayo, de 87 años, que es acusado en su país de cometer delitos de lesa humanidad, abandonó Tegucigalpa en un vuelo comercial acompañado por su hijo.