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España no va a pedir perdón a México por el supuesto “genocidio” durante la conquista, como exige la presidente a Sheinbaum 

Por Alberto García Marrder, desde Madrid. 
Para Proceso Digital, La Tribuna y El País de Honduras. 

Eso de reescribir la historia de hace 500 años con criterios de ahora es muy complicado y nada aconsejable. 

Mi posición, a pesar de que pueda disgustar a muchos de mis admirados colegas mexicanos, es que España no debe pedir perdón a México (se pronuncia Méjico) por las supuestas atrocidades cometidas durante la conquista, al contrario, son muchos más los beneficios que ha dejado España en México. 

La exigencia de la nueva presidenta mexicana, la izquierdista de origen judío Claudia Sheinbaum, repite por razones políticas internas, lo que ya hizo antes su predecesor, el expresidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO). Huele a propaganda podrida. 

La nueva presidenta de México, Claudia Sheinbaum, que pide que España pida perdón por la conquista de México.

Estoy de acuerdo que Alemania pide perdón (ya lo hizo) por el genocidio de seis millones de judíos en la época nazi y que el Reino Unido, Bélgica, Holanda, Estados Unidos, Portugal y España pidieran perdón  (también lo han hecho) por el negocio de más de 15 millones de esclavos africanos durante 400 años. 

Los casi 800 (muchos historiadores lo han reducido a 300) españoles que Hernán Cortes se llevó a México en 1519 buscaban oro, fama, poder y – en teoría – divulgar el cristianismo. Y si, cometieron muchas atrocidades, especialmente su lugarteniente, un sanguinario conquistador extremeño llamado Pedro de Alvarado. 

(Por cierto, Pedro de Alvarado, fundador el 27 de junio de 1536, mi ciudad, San Pedro Sula, la actual capital industrial de Honduras, donde me lloró, con un padre español de Salamanca, y una madre hondureña. Un caso más del mestizaje que España dejó en las Américas). 

El lider de los aztecas, Montezuma,ante Hernán Cortés.

Cuando los españoles llegaron por primera vez, no existía México. Había una especie de reinos de indígenas, donde reinaban los aztecas (los “mexicas”) unos carnívoros que quemaban vivos a sus rivales para honrar a sus dioses. Y luego se los comían. Y hablaban la lengua del “náhuatl” o “maya”. 

Y la capital de ese imperio azteca o mexica era Tenochtitlan, una impresionante obra arquitectónica sobre una isla de un lago que visitó en varias ocasiones y que ahora es el Distrito Federal de México. 

Cortés, muy astuto el también extremeño, se dio cuenta que para vencer con apenas 300 u 800 hombres, tenía que a mentir con otras tribus indígenas que sufrían el acoso de los aztecas. Y así lo hizo, con las tribus tlaxcaltecas, totonacas y las purépechas, que odiaban a los aztecas. 

La Malinche.

Y también importante, se unió con una indígena conocida como “La Malinche”, que le sirvió como traductora (que hablaba el quechua, el náhuatl y, posteriormente, el español) y concubina. Muchos mexicanos la consideran una “traidora”. 

En menos de dos años, Cortés y sus aliados vencieron a los aztecas y comenzaron, incluyendo excesos y maltrato, la “civilización” de México con un nuevo idioma, religión, cultura, fundación de ciudades, hospitales y escuelas y sobre todo, el mestizaje. 

Por lo tanto, habría que preguntarse…. ¿qué sería de México si no hubieran llegado los españoles? 

El prestigioso historiador mexicano Juan Miguel Zunzunegui, responde tajantemente: 

“Estaríamos aún en la Edad de Piedra”. Y añade: “México tiene mucho que agradecer a España”. 

Ese país, que no se llamaría México, sería entonces un territorio de varias tribus, incluyendo a los aztecas carnívoros, sin un idioma común y tal vez ya las desmembradas ex colonias del Virreinato de la Nueva España. Y habrían vendido el norte de México a Estados Unidos, como ya lo hicieron con Texas y California. 

Y los abuelos asturianos del expresidente López Obrador no hubieran viajado a México a probar suerte. 

Hay que recordar también que España tiene que agradecer al actual México por la acogida que le dio a centenares de exiliados españoles que huyeron del franquismo, antes y después de la Guerra Civil Española (1936-39). Estos hicieron un gran aporte cultural a México en medicina, literatura y cinematografía. 

Los conquistadores españoles descubren el Cañón del Colorado.

El escritor español Gonzalo Núñez escribe que desde un punto de vista histórico, “es completamente absurdo que los españoles del siglo XXI tengan que pedir perdón por los hechos sucedidos en el siglo XVI para satisfacer las necesidades internas de los gobernantes del siglo XXI”. 

A pesar de las diferencias históricas, México es el principal socio comercial de España en América Latina y actualmente numerosas firmas españolas están asentadas en México. Y en Madrid abundan los restaurantes mexicanos donde se bebe cada día cerveza Coronas, Modelo o Pacífico. 

Y me extraña que la presidenta del Perú, la aparente socialista Dina Baluarte, para fines propagandísticos, no haya aún pedido perdón a España por los actos del conquistador español de Perú, Francisco Pizarro.  Y esa nota diplomática de queja vendrá en español  (gracias precisamente a Pizarro) y no en quechua, el dialecto que hablaban los incas. 

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