Madrid – Los conocimientos ancestrales de las comunidades originarias de Colombia son los protagonistas de las exposiciones ‘Mambear: visiones de la coca’ y ‘Arte vivo: Amazonas’, que tienen como eje común una mirada desestigmatizante sobre los múltiples usos de la hoja de coca.
En la presentación de las muestras, que tuvo lugar este viernes en el Centro Cultural de la Embajada colombiana en Madrid, la directora de Artesanías de Colombia, Adriana Mejía, explicó a EFE que, en los últimos años, se está produciendo una «reflexión profunda» sobre el arte artesanal, un conocimiento que había sido despreciado hasta ahora.
‘Arte vivo: Amazonas’ recupera estos conocimientos, poniendo en relieve la «fusión» entre arte y artesanía a través de piezas únicas procedentes de diferentes comunidades indígenas de Colombia, según Mejía.
La muestra se engloba en el circuito GUEST de la Feria de Arte Contemporáneo de Madrid, ARCO, que se celebra en la capital española hasta el domingo.
Mejía subrayó que, aunque los artesanos mantienen vivos los saberes ancestrales de sus comunidades, también incorporan en sus piezas imágenes, técnicas y materiales contemporáneos.
En este sentido, destacó también la inclusión en el arte artesanal de plantas sagradas para las comunidades originarias, como la marihuana o la coca, que están presentes en las piezas expuestas, como unos bordados en tela que representan la naturaleza de la Amazonía y que usan pigmentos a base de hoja de coca para dar color verde a los dibujos.
Una planta colonizada
El artista y «antropólogo visual», Alejandro Osses, cree que la «estigmatización y polarización» impiden que la coca pueda cumplir «su labor en el mundo», ya que es una planta con múltiples usos, que van mucho más allá del narcotráfico.
«Los pueblos originarios usan la hoja desde hace miles de años porque es ancestral y medicinal. Una teoría es que la coca es una planta colonizada, porque la cocaína se creó en un laboratorio de Alemania», explicó Osses, que es uno de los artistas que componen ‘Mambear: visiones de la coca’.
Mediante materiales audiovisuales, la exposición busca resignificar la coca como un elemento central en las sociedades indígenas.
El nombre de la muestra viene del mambe, el polvo que obtienen las comunidades amazónicas tras tostar, moler y trabajar la hoja de coca, un proceso que Osses ha documentado mediante la fotografía.
A través de su trabajo, busca transmitir los conocimientos sobre la planta de los pueblos originarios, para que no se vuelva parte de una «industrialización blanca», sino que forme parte del territorio de donde proviene.
La directora de cine Laura Huertas, que también participa en la exposición, ve necesario que el ámbito artístico abogue por crear nuevos imaginarios y reparar «el daño histórico» que se ha hecho a los indígenas y pueblos originarios de Colombia con la criminalización de la hoja de coca.
Huertas subrayó la importancia del ritual de «la palabra dulce», en el que los hombres de las comunidades indígenas consumen coca y se producen «largas conversaciones dentro de la comunidad» en las que se transmite la memoria oral de sus ancestros. EFE