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El súper portaaviones “Gerald Ford” viene a toda velocidad al Caribe para comenzar ataque a Venezuela

Por Alberto García Marrder 

Para Proceso Digital, La Tribuna y El País de Honduras

El portaaviones nuclear “Gerald Ford”, el más grande del mundo, se hace esperar y por algo será. Está a punto de cruzar el Estrecho de Gibraltar (entre España y África) para entrar en el Océano Atlántico y , a toda velocidad de 30 nudos (1.8 Kms por hora)  llegar al Caribe, a las costas de Venezuela. 

Se espera que ese súper portaaviones y su escolta de destructores y navíos de apoyo, tarden una semana en unirse a la tremenda flotilla que el presidente Donald Trump ha formado para atacar y destruir los centros del narcotráfico en Venezuela. El otro objetivo es derribar al chavismo venezolano, comenzando por el dictador Nicolás Maduro, que estará temblando esperando un dron o un misil. 

La llegada al Caribe podría ser entre el 7 al 10 de noviembre. Y Trump no apretará el botón rojo hasta que el “Gerald Ford”, con 90 aviones y unos 4,000 Marines, esté en posición de ataque. 

Esperando, en una ansiosa espera, están desde hace varias semanas, una enorme flota de ocho destructores y un submarino de propulsión nuclear. Y muy cerca, en una base americana en Puerto Rico, diez cazas modernos F-35. Y para controlar el espacio aéreo, dos aviones con una antena redonda en el techo. 

Este portaaviones es el orgullo tecnológico de la US Navy. Tiene un largo de 333 metros (casi tres campos de fútbol) y dos reactores nucleares que le permiten operar durante más de 20 años. Es el buque de guerra más grande y avanzado de la armada estadounidense. Se le bautizó como Gerald Ford, en honor del ex presidente estadounidense Gerald Ford (1974-1977). 

Una pregunta pertinente: ¿Por qué Trump ha formado en el Caribe la mayor flota naval desde la guerra del Golfo (1990-91)? Desde luego no para frenar el paso de las narcolanchas supuestamente con drogas colombianas o venezolanas hacia Estados Unidos. 

El objetivo está muy claro: Nicolás Maduro, el que falsificó las elecciones presidenciales de julio del 2024, y el que es, según Washington, el jefe del cartel de las drogas “Los Soles”, integrado por militares chavistas. 

Maduro no ha huido al exilio a pesar de lo que se le viene encima y defiende la soberanía  de su país ante “la intervención imperialista yankee”. Al parecer, ha ofrecido a Trump los recursos naturales de su país (petróleo y gas), pero que lo dejen en el poder. Washington contesta que ni lo piense. Tiene que irse, vivo o muerto. 

En Washington insisten que no habrá una invasión como la de Panamá en 1989, pero sí ataques de drones o misiles a puertos o pistas aéreas que puedan ser usadas por el narcotráfico. 

Mientras tanto, en un tribunal de Nueva York, Hugo “El Pollo” Carvajal, el ex jefe de Inteligencia de Hugo Chávez, está revelando los pagos en secreto del chavismo a los partidos y gobiernos socialistas de América Latina. Todo para que le reduzcan su pena. 

Y ya se sabe la lista y las cantidades. Lula de Silva de Brasil (más de mil millones de dólares), unos 700 millones de dólares a los Kirchner de Argentina, unos 400 millones de dólares  a Evo Morales de Bolivia y menos cantidades a partidos socialistas de Guatemala, Honduras y Perú. Y en España, al partido de ultraizquierda “Podemos”. 

Por ahora, solo Colombia y Rusia han mostrado su apoyo a Venezuela. Y el presidente colombiano, Gustavo Petro, se ha dedicado a intercambiar insultos con Trump, quien lo ha acusado de estar involucrado también con el narcotráfico y me temo que seguirá el mismo camino que Maduro. 

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