El Rey de España no puede opinar, pero sus recientes gestos de seriedad son elocuentes.

El socialista Pedro Sánchez jura la constitución en su reelección como Jefe de Gobierno por otros cuatro años más ante el Rey de España y Jefe de Estado, Felipe VI. ( Foto EFE).

Crónicas de un periodista:
Madrid, por  Alberto García Marrder Especial para Proceso Digital y La Tribuna de Tegucigalpa. Y El País de San Pedro Sula (Honduras).

España es una monarquía parlamentaria y se espera que el Rey Felipe VI guarde una absoluta imparcialidad en temas de política interna. Y que, mucho menos, de su opinión sobre la marcha del gobierno de turno.

Por eso, ha causado mucha sorpresa en España la seriedad (o yo diría un enfado controlado) del monarca cuando presidió, en el Palacio de la Zarzuela, la jura del socialista Pedro Sánchez en su segundo mandato como presidente del gobierno.

Y también cara seria cuando abrió las sesiones de las nuevas Cortes (congreso), donde Sánchez tiene mayoría absoluta. Gracias a los siete votos decisivos que le dio un  prófugo de la justicia española, el separatista catalán Carles Puigdemont, exiliado en Bruselas, a cambio de una  amplia y controvertida amnistía.

También gracias a los votos del propio partido socialista  de Sánchez, de una coalición de extrema izquierda (Sumar), separatistas catalanes y vascos. Más grupos comunistas y Bildú, la versión política de la organización terrorista vasca ETA.

Boicotearon, por la presencia del rey, la sesión en el congreso las representaciones del partido catalán ERC, Bildú, Junts (el partido de Puigdemont) y el BNG gallego. Grupos que propugnan la abolición de la monarquía y el restablecimiento de una república en España.

Ignacio Camacho, columnista del diario ABC de Madrid, bajo el título “El gesto es el mensaje”, escribe que

“El semblante del Rey dice mucho más que sus palabras. Hay que decodificarlo.  Sus discursos requieren el visto bueno del Gobierno y solo le queda como margen de expresión propia el recurso del lenguaje de gestos. En ese sentido destaca en las últimas semanas la patente circunspección de Felipe VI, que tanto en toma de posesión del Ejecutivo, como en la inauguración de la legislatura, se ha ocupado de hacer visible su semblante serio”.

El Rey de España , Felipe VI, pasa revista a las tropas a su llegada a l congreso. (Foto EFE).

Camacho recuerda que es la única manera de mostrar su preocupación “sin rozar la intromisión en un debate público, cuya participación tiene prohibida ya que tiene que observar una neutralidad estricta y le obligará esta también a rubricar con su firma, aunque sea tragando saliva, la ley de la amnistía. Y aunque algunos de derecha le piden un gesto de rebeldía”.

La columnista Rosa Martínez, en el portal “Voxpopuli”, es más crítica en su comentario: “El rey nos ha hecho testigos de un silencio que dice más que mil palabras y que no pone buena cara ni se dirige la palabra a quien traiciona a España y nos miente sin reparos. YA ESTÁ BIEN”.

Y agrega Martínez: “Me llevaban los demonios cada vez que veía a Felipe VI recibiendo a Pedro I de España, el “narcisista”, con buen talante, sonriente y de chachara. Veo ahora en su rostro un desprecio profundo, que no trataba de disimular, desde que entró por la puerta Pedro Sánchez.”

El proyecto de ley de la amnistía para los separatistas catalanes ha creado una gran división en el pueblo español y casi la mitad están en contra.

Sánchez ha accedido a todas las peticiones de Puigdemont (y muchas anticonstitucionales como un referéndum de independencia de Cataluña) a cambio de siete votos de su partido, “Junts per Catalunya) que fueron decisivos para ser reelegido por otros cuatro años más.

Mediante este acuerdo de amnistía, Puigdemont podrá regresar a España tras su fuga en el año 2017 por haber declarado la independencia de Cataluña, cuando era presidente de esa próspera región del noreste de España.

También beneficiará a más de 800 separatistas catalanes  implicados en el proceso de independencia.

Sánchez evita salir a la calle, porque suele ser abucheado especialmente por gente de mayor edad.  En una encuesta de Sigma Dos para el diario “EL Mundo” de Madrid, un 57.6 por ciento de los consultados considera que el Rey representa bien al país y un 32 por ciento tiene una opinión opuesta.

El monarca español,se dirige a los diputados, a su lado, la Reina Letizia y la Princesa Leonor, la heredera al trono, (Foto Claudio Alvarez-Pool).

Felipe VI, que tiene ahora 55 años, ascendió al trono el 19 de junio del 2014, tras la abdicación de su padre, el rey Juan Carlos I, agobiado por escándalos financieros, corrupción y líos amorosos.

El ahora Rey Emérito vive lejos de España, refugiado en los Emiratos Árabes Unidos y tiene ahora 85 años. Su reinado fue de 38 años y fue elegido por el dictador Francisco Franco.

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