Buenos Aires – La huelga de mujeres de este 8 de marzo tiene un añadido más en Argentina, ya que la llamada «marea verde» volverá con una nueva propuesta de ley por el aborto legal «aún mejor» que la que estuvo cerca de aprobarse el año pasado, según la integrante de la campaña nacional Agustina Vidales.
«Vamos con más fuerza todavía a volver a presentarlo este año con algunas modificaciones producto del gran debate social que se dio el año pasado», indica Vidales, quien regresará a las mismas calles que en 2018 se llenaron de mujeres con pañuelos verdes en favor del derecho al aborto legal, seguro y gratuito.
La movilización del 8M en Buenos Aires está convocada en la Plaza del Congreso, frente al edificio en el que se debería tratar ese nuevo proyecto que presentarán en abril, y marchará hasta la Casa Rosada, la casa de Gobierno.
Vidales llama a «intentar que sea un proyecto aún mejor» que el que ya tenían y a que «siga teniendo el apoyo de la sociedad».
La miembro de la campaña nacional rechazó dar detalles sobre el texto porque no quiere divulgar su contenido «hasta que no estén todas las partes» de acuerdo y se apruebe en su pleno nacional.
No obstante, puntualiza que es «difícil» que el proyecto se apruebe en este año puesto que las cámaras no se han renovado todavía y Argentina se encuentra en un curso electoral que concluye con los comicios presidenciales en octubre y que condicionan el tratamiento del nuevo intento de la «marea verde».
En más de una ocasión, Vidales se remite a que el movimiento feminista de Argentina no se entiende sin los 34 años desde que comenzaran los encuentros nacionales de mujeres en el país.
En ese sentido, la militante feminista recuerda que el movimiento por el aborto legal «tiene 14 años de construcción federal» y fueron siete veces las que se presentó el proyecto antes de que en 2018 se permitiera su debate parlamentario por primera vez.
«Nosotras nunca dejamos un año legislativo sin tener un proyecto presentado, es otra forma de entrar y poner el debate», afirma Vidales, para quien el año pasado marcó un punto de inflexión debido a la atención mediática recibida, ya que considera que antes se «invisibilizó» su causa.
Las multitudes en las calles de Buenos Aires y el resto del país por el aborto legal tienen como consecuencia un 8M que, en el país austral, hace que el morado identificativo del feminismo conviva con el verde.
«Todos los colores», responde Vidales al ser preguntada por cuál es el tono que hay que llevar a la marcha de mujeres.
Más allá de la multiplicación de colores, Vidales pone el foco en la multiplicación de colectivos que se sumaron a la causa durante los últimos meses.
«Con la marea verde se han sumado un montón de colectivos, este año en la columna de la campaña marchan las músicas organizadas, actrices, cirqueras, escritoras, poetas…», enumera.
Según ella, todos ellos «se armaron al calor de la lucha por el derecho al aborto y quedó ese saldo organizativo» para contribuir al resto de causas feministas.
Una de ellas fue la serie de denuncias por abuso sexual que destapó el colectivo Actrices Argentinas a finales de 2018, y Vidales añade la cantidad de abusos a menores que fueron revelados.
En las últimas semanas, tuvo eco el caso de una niña de 11 años que quedó embarazada después de ser violada por la pareja de su abuela en Tucumán (norte).
Aunque por su situación la niña contaba con el amparo de la ley de Interrupción del Embarazo (ILE) que data de 1921 y ella manifestó que quería abortar, el gobierno tucumano decidió que el caso se resolvería con una cesárea a la menor, que se practicó hace unos días, a las 24 semanas de embarazo.
«Es lamentable porque son abortos que son legales en Argentina (…), incumplieron todas las leyes», dice Vidales, para quien el Ejecutivo de Tucumán «torturó» a la niña y por lo que exige la destitución de «todos los responsables», entre ellos la ministra de Salud de Tucumán y su gobernador.
