Marcala (Honduras) – El café que se cultiva en Marcala, Honduras, es el mismo que se produce en otras regiones del país, pero su alta calidad, que ha trascendido al mundo, se deriva de un clima diferente, suelos especiales y el trato que le da su gente, según el historiador y productor del aromático, Montgomery Melghem.
«Aquí los suelos son especiales, diferentes, y la parte cultural, la parte humana, hacen que al cultivar, al cosechar el café, se le dé un trato diferente al de otras regiones», dijo Melghem mientras degustaba una taza del aromático «El Líbano», con el que se ha abierto mercado en Alemania, Suiza, Canadá y Estados Unidos.
«El Líbano», orgánico, que produce Melghem, en pequeña escala, en la Finca San Pablo, tiene su origen en su abuelo, libanés, Pablo Melghem, quien a inicios del siglo XX llegó a Marcala, en la región centro occidental de Honduras, departamento de La Paz, fronterizo con El Salvador.
ALTURA Y VIENTOS FAVORECEN AL CAFÉ DE MARCALA
Según estudios, la región de Marcala goza, además, de un clima diferente, con corrientes de aire caliente del Pacífico que se funden con el ambiente frío de esta zona cafetalera hondureña, a una altura que oscila entre 1.200 y 1.300 metros sobre el nivel del mar.
«Tenemos un café con características inigualables, con una acidez pronunciada, con sabor a cítricos porque en todas las fincas de Marcala se cultivan muchos árboles de naranjas, limones, limas, mandarinas, frutas silvestres, con lo que el grano ha ido adquiriendo esos sabores», indicó Melghem.
Otro factor que influye en la calidad del café de Marcala, es que desde hace muchos años sus productores cosechan solamente los granos maduros, que están completamente rojos.
Además, desde hace 30 años comenzaron a apostar por una caficultura orgánica que ha venido creciendo en todo el país, tanto, que también han surgido muchas buenas cafeterías que ofrecen diversas bebidas, frías y calientes, a base de café.
«En Marcala se garantiza un buen trato al grano al momento de beneficiarlo, de procesarlo, siempre con aguas limpias, mucho cuidado y paciencia», relató Melghem, autor del libro «Historia del café en Marcala».
La producción de café en Honduras está a cargo de más de 120.000 familias, con parcelas pequeñas, por lo que el grano es conocido como el producto nacional «más democrático», lo que difiere con otros países vecinos de Centroamérica donde la caficultura ha estado en manos de pocas familias oligárquicas.
MARCALA ATRAÍDA POR EUROPEOS
Marcala, otrora pueblo de indios, que no fue fundado por los españoles, lleva más de 150 años cultivando café, grano que desde hace medio siglo se convirtió en el primer producto de exportación de Honduras, desplazando al banano.
En los años de 1.850 y 1.860 ya había plantaciones de café en Marcala, según revelan documentos de 1.866 que conserva Melghem.
En esos años, los pobladores de Marcala también servían en minas y haciendas de añil, de Comayagua, excapital de Honduras fundada por los españoles en 1537, y Opoteca.
Después de la independencia de Honduras de la Corona española, el 15 de septiembre de 1821, ya no se hace referencia de Marcala como un pueblo de indios, sino de ladinos, por la migración de personas de otras regiones, incluso de Europa.
«Al final del siglo XIX comienza una migración interesante de alemanes, italianos, franceses, libaneses y palestinos que llegaron a esta región de Marcala; aquí hubo una numerosa colonia alemana que tenían beneficios de café, pequeñas fábricas de textiles, zapatos y bebidas gaseosas», indicó Melghem.
Otros foráneos, que eran buenos comerciantes, también instalaron en Marcala fábricas de aguardiente y vinos; además, cultivaban café, cítricos, granos básicos y caña de azúcar, entre otros productos.
De aquellos extranjeros que llegaron a esta región, que para muchos produce el mejor café de Honduras, en las afueras de Marcala viven algunos descendientes de alemanes y franceses, además de los nietos del libanés Pablo Melghem.
Para el historiador y productor del aromático, que vive en una antigua casona de adobe, construida en 1905, que ahora también es un destino turístico, aunque su pueblo haya sido muy remoto y sin vías de comunicación en el siglo XIX y buena parte del XX, lo que atrajo a los inmigrantes europeos fue el café de calidad de Marcala.
«Ellos vieron una oportunidad de negocio con el café de Marcala, porque por lógica, ninguna persona migra a un lugar si no es para desarrollarse económicamente», subrayó Melghem, quien entre sus competidores como productor del grano tiene a unos seis hermanos.
DENOMINACIÓN DE ORIGEN DEL CAFÉ DE MARCALA
Melghem señaló que la fama del café de Marcala se remonta a mucho tiempo atrás, como lo revela un documento de 1882. Su grano participó en una feria internacional en Nueva Orleans (EE.UU.), donde pidieron materias primas de los diferentes países de América.
«Marcala participó en esa feria con café de primera calidad, y en el listado de la muestra de productos no había otro lugar de Honduras participando con un grano tan bueno», añadió.
Dijo además que Marcala, desde donde él exporta al año entre 100 y 120 sacos de café de 69 kilos, nunca ha producido grandes volúmenes del grano, como lo hacen otras regiones del país, pero siempre ha apostado por su calidad.
De los alrededor de 10 millones de sacos de 46 kilos que Honduras prevé vender en el año cosecha 2019-2020, que finalizará el 30 de septiembre, la región del departamento de La Paz, uno de los más pequeños de Honduras, aportará unos 500.000, según Melghem.
Honduras produce café en 15 de sus 18 departamentos y la actividad está distribuida en cinco regiones.
En la región que está situada Marcala hay fincas con una altura que oscila entre los 1.200 y 1.800 metros sobre el nivel del mar.
«El café de Marcala se ha ido ganando ese prestigio y desde 2000 contamos con una denominación de origen, la única que hay en Honduras de café, lo que ha catapultado más al grano que se produce en esta zona», expresó Melghem, quien se ha sumado a la iniciativa de otros productores del país que en el presente siglo también han apostado por hacer de sus fincas destinos turísticos.
En las fincas de café sus productores ofrecen cabañas y otros espacios de recreo y servicios para que el turista conozca cómo se cultiva, cosecha y procesa el grano hondureño, que a fuerza de calidad, y más reciente con un producto orgánico, se ha ido abriendo mercado y prestigio en el mundo.
JS