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Desinformación en las redes sociales, el ejemplo de las elecciones

Tegucigalpa (Especial Proceso Digital) – Una de las lecciones dejadas por los comicios del 28 de noviembre de 2021, fue el uso y protagonismo que tuvieron las redes sociales, que concentraron muchas campañas de desinformación, un lenguaje divisivo, incendiario y violento, revela el informe de la Misión de Observación Electoral de la Unión Europea.

La campaña en las redes sociales fue conflictiva y tensa, reflejo de la polarización política existente, en donde la Misión de Observación Electoral (MOE) de la UE vio el uso de un lenguaje divisivo, junto con acusaciones, denuncias de fraude y, en ocasiones, insultos. También se produjo un lenguaje incendiario y violento por parte de un elevado número de actores políticos, destaca el documento.

En general, los actores políticos contribuyeron en gran medida a la difusión de una retórica violenta y a desinformar a los ciudadanos durante toda la campaña, sin ningún tipo de contención. La violencia en línea aumentó en las semanas previas a las elecciones, generando llamamientos a detener lo que algunos actores políticos denunciaron como “campaña de odio”, revela el informe de la MOE-UE.

Del análisis hecho a las campañas de desinformación, se identificaron una serie de casos y contenidos orientados a dañar la imagen de los candidatos políticos, publicados en línea y en las redes sociales, especialmente en la red social de mensajería instantánea como WhatsApp, Facebook, Twitter y YouTube, al encontrarse tuits, posts, videos, fotos y memes relacionadas con las campañas de desinformación.

Las figuras de Xiomara Castro, Salvador Nasralla, Yani Rosenthal y Roberto Contreras, fueron víctimas de las campañas de desinformación y de la manipulación en las redes sociales, destacando las encuestas electorales como parte de esas campañas falsas.

La campaña en las redes sociales fue conflictiva y tensa, reflejo de la polarización política existente en Honduras.

La amplificación de lo falso

Al menos ocho cuentas de Facebook, creadas entre octubre y noviembre de 2021, fueron detectadas como parte de esa campaña que difundían información falsa e información inexacta. La entonces candidata de Libre, Xiomara Castro, y ahora presidenta del país, y el presidenciable liberal, Yani Rosenthal, fueron el centro de esas informaciones falsas que incluso lograron sorprender a medios de comunicación de prestigio, señala el informe.

Esos mismos anuncios falsos fueron publicitados en espacios en Google y YouTube, apareciendo en medios internacionales como El País, de España y diario Sport, cita el informe.

Una de estas cuentas—añade—se denominaba Newsflixx, fue creada como un blog personal el 22 de octubre para ridiculizar y desacreditar al candidato presidencial Yani Rosenthal, del Partido Liberal. El contenido publicitario en esta cuenta sirvió de origen a varias oleadas de campañas coordinadas de influencia negativa en Twitter contra él. La cuenta cesó su actividad el 4 de diciembre de 2021, una semana después de las elecciones.

Las redes sociales son uno de los espacios que más se utilizan para sembrar este tipo de desinformación, las elecciones generales del 28 de noviembre de 2021 fueron un ejemplo de cómo, según el informe de la MOE-UE, se usaron estas plataformas para propagar información falsa, polarizar la sociedad y sembrar un lenguaje de odio.

Según el informe de la MOE-UE, se usaron estas plataformas para propagar información falsa, polarizar la sociedad y sembrar un lenguaje de odio.

La desinformación, conocida también como posverdad, responde a intereses que aun sabiendo que lo que difunden es falso, lo hace de forma deliberada. Las campañas de desinformación, a criterio de los expertos, tienen elementos falsos y otros verdaderos que son sacados de contexto, amputados, para favorecer sus propósitos desinformativos.

Esta abarca desde compartir información imprecisa hasta realizar operaciones de influencia en el debate público digital, y eso pasó en las elecciones generales de noviembre del año pasado, donde según el informe de la MOE-UE, se identificaron varias campañas de influencia en línea durante el período monitoreado, y más de 440 cuentas de Twitter que mostraban un comportamiento coordinado no auténtico.

“En octubre, varias oleadas de tuits coordinados de cuentas falsas difundieron el mismo contenido desacreditando a Roberto Contreras, excandidato a la alcaldía de San Pedro Sula (por Libre) utilizando la etiqueta #PolloLoco”. Se observaron grupos de cuentas falsas amplificando la narrativa positiva en Twitter sobre el candidato presidencial del partido Nacional, agrega el informe.

La desinformación busca minar credibilidad

Por su configuración, las plataformas digitales posibilitan la influencia, la manipulación y la desinformación sistemática, opinan los expertos. Las redes sociales se usan mucho para ello, pero es un error creer que eso es lo que la gente está pensando en la calle, advierten.

Para ellos, el contexto de las tecnologías conectadas facilita la viralización de la desinformación, la circulación de los rumores, de las falsas noticias, y de campañas que fomentan el odio, la polarización y la confrontación.

Las campañas de desinformación, en época electoral o en coyunturas políticas particulares, se alimentan de las ofuscaciones ciudadanas, en especial de aquellos que creen que los contenidos que ahí se difunden, refuerzan sus juicios, prejuicios y creencias previas de que son verdaderas. Prefieren eso, antes que someterse al rigor de confirmar los contenidos que les llegan y son reproducidos.

La polarización y la mezcla de propaganda con desinformación se utiliza para dividir al electorado, confundirlo y eso está muy presente en los contextos electorales.

La desinformación se vuelve más dañina cuando hay intención de minar la credibilidad, manipular o engañar a los lectores o internautas, y hace que la gente llegue a conclusiones erradas por carecer de elementos que aporten a la información.

En contextos electorales, las campañas de desinformación aumentan sus niveles de intensidad cuando los actores políticos evitan hablar sobre temas importantes o de interés público y se dedican a volver tóxico el debate y estigmatizar a actores claves o sectores de la población, sostienen los entendidos en la materia.

La polarización y la mezcla de propaganda con desinformación se utiliza para dividir al electorado, confundirlo y eso está muy presente en los contextos electorales. Así lo evidencia el informe de la misión de observación electoral de la Unión Europea, al abordar uno de los temas más sensitivos que buscará incidir en la opinión pública no solo en los contextos electorales, sino también en los del país, en especial, frente a las múltiples crisis que se enfrentan y el discurso ausente o paralizante de quienes están obligados a tomar decisiones. Es el tiempo de la desinformación en las redes sociales. (PD)

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