Por: Otto Martín Wolf
En Honduras cualquier mortal que recibe un salario debe pagar impuestos. Desde el Impuesto sobre Ventas que va directo en la mayoría de las compras, a los impuestos que van escondidos dentro del costo de un artículo importado, como una pantalla, ropa, zapatos, etc.
Los combustibles llevan en el precio un alto impuesto, así como el consumo eléctrico.
Se paga un 15% de Impuesto sobre Alquileres de locales comerciales, que, obviamente, lo cargan al precio de venta de sus productos, impuesto que finalmente es pagado por quien los compra.
También está un impuesto llamado Tasa de Seguridad, que es cobrado por casi todas las transacciones bancarias y de Tarjetas de Crédito.
Finalmente está el Impuesto Sobre la Renta, que es pagado por quienes tienen ingresos más altos que el Salario Mínimo y que va en proporción al monto recibido.
Este impuesto también es pagado por la mayoría de las empresas comerciales e industriales y que puede llegar hasta el 25 por ciento de las utilidades.
Las Organizaciones No Gubernamentales (ONG) en la mayoría de los casos están exentas de pagar impuestos algunos impuestos.
En esta categoría entran las Iglesias, de cualquier denominación, con cualquier dios, doctrina o fe.
Los budistas, si se organizan en Honduras y forman una iglesia registrada no pagarían impuestos, lo mismo que las del Islam, Cristianismo, Mormones, etc.
Hasta ahí vamos bien, de alguna manera que aún es confusa en mi mente acepto que las iglesias no paguen impuestos.
Pero, eso quiere decir que el Estado no deba saber cuánto dinero reciben, de dónde proviene y para dónde va?
Pensemos en el peor de los casos, supongamos que un narcotraficante paga a alguien para que registre y abra alguna iglesia (lo cual no es nada difícil) y, por medio de ella se dedique al lavado de dinero.
Eso puede estar sucediendo en la actualidad y sería dinero lavado en nombre de algún dios.
Creo que el Estado debe conocer la proveniencia y el destino de los ingresos de las iglesias, aunque estén libres de pagar impuestos.
Ahora, qué sucede con los ingresos de los sacerdotes, pastores, apóstoles y otros servidores de las iglesias?
Esos ingresos, sueldos, bonificaciones o como se les quiera llamar, no van para la iglesia, vienen de la iglesia y van para el bolsillo de sus empleados.
Técnicamente ellos no trabajan para dios, si no para una iglesia, sin importar al dios que ella sirva.
Creo que pastores, sacerdotes, rabinos, apóstoles, etc. deben presentar declaración de impuestos como todo mortal y, además pagar su parte correspondiente, no creo que deban tener ningún privilegio sobre el resto de la población.
Al igual que cuando un pastor viola a un miembro de la iglesia o un sacedote abusa de un niño, todos ellos están sujetos a las leyes de los mortales sin importar que en su vida privada estén sirviendo a dios.
De igual manera deben responder a las leyes tributarias como el resto de la población.
Que ganen lo que quieran o puedan, que se den los lujos con todas las donaciones que reciban, allá el criterio de quienes regalan su dinero, pero que paguen impuestos.
No deben escudarse en dios, nadie le está cobrando impuesto a dios, es a mortales a quienes debe aplicarse aquello de “Dar al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios.
Que las iglesias demuestren el origen, monto y destino de sus ingresos y que pastores, sacerdotes, rabinos, profetas y apóstoles paguen por sus ingresos como cualquier mortal, eso sería justicia divina.