Tegucigalpa/Managua (Especial Proceso Digital ) – Dispara a la derecha y a la izquierda por igual. Cruzó las líneas rojas sin inmutarse y actualmente hace frente a las presiones de Estados Unidos y la Unión Europea (UE). Daniel Ortega y su régimen se encaminan a reeditarse en el poder el 7 de noviembre próximo en unas elecciones “sui generis”, donde los rivales son encarcelados previamente y los partidos opositores desmantelados y puestos a la orden del bloque sandinista que controla férreamente Nicaragua.
-Todo el que aspira a retar a Daniel Ortega en Nicaragua termina encarcelado y todo opositor serio es detenido por la policía del régimen.
-Las condenas y declaraciones de la comunidad internacional no hacen mella en Managua.
Los nicaragüenses asisten atónitos, igual que la comunidad internacional, como la policía se introduce en las residencias y arresta a cualquier opositor, político, empresarial o periodista, basados en una ley en la cual puede acusar a cualquier ciudadano de colaboración con potencia extranjera, además de recibir financiamiento o solicitar la agresión militar.
Dicha legislación, aprobada de octubre del 2020 a febrero del presente año, le ha permitido a Daniel Ortega y a su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo, secuestrar y colocar en sus casas con arresto domiciliario a todo virtual candidato opositor.
En menos de una semana la Policía de Nicaragua y fiscales del Ministerio Público arrestaron y acusaron respectivamente a los candidatos presidenciales Cristiana Chamorro, Juan Sebastián Chamorro, Arturo Cruz, Felix Maradiaga y Miguel Mora.
Cristiana Chamorro, que lideraba la intención de voto, fue detenida y se encuentra en detención domiciliaria. Pero los restantes cuatro aspirantes están detenidos en centros policiales y sus familiares no han podido verlos y no saben con certeza en qué cárcel están, aunque suponen que se encuentran detenidos en la prisión de “El Chipote”.
Los familiares de los cuatro aspirantes detenidos los consideran desaparecidos, ya que no han podido verlos, ni llevarles alimentos o medicinas.
Otros detenidos
Pero la cacería desatada por los Ortega-Murillo no se limitó a sus potenciales oponentes en las elecciones de noviembre próximo, sino que también se extendió a periodistas, miembros del sector empresarial y dirigentes de los partidos opositores.
El conocido político opositor José Pallais también fue detenido por la dupla policías-fiscales, al igual que Violeta Granera.
También fue detenido el banquero Luis Rivas Anduray, presidente ejecutivo del Banco de la Producción (Banpro), del Grupo Promérica, a quien le aplicaron las mismas acusaciones de incitar la injerencia extranjera y pedir intervenciones militares.
También fue detenida la esposa del expresidente Arnoldo Alemán, un antiguo aliado de Ortega y señalado como uno de los responsables de que el gobernante concentrara todos los poderes que actualmente posee, María Fernanda Flores Lazos, bajo la acusación de que realizó actividades contra la soberanía de Nicaragua. Flores Lazos había sido destituida como diputada por la misma asamblea que controla Ortega con el voto de 80 de los 92 diputados que integran el parlamento.
También ha sido detenido el periodista deportivo Miguel Mendoza, un feroz crítico de la familia gobernante.
El último de los detenidos fue el también periodista y miembro de la familia Chamorro, Pedro Joaquín Chamorro Barrios, acusado por la policía orteguista de realizar acciones que menoscaban la soberanía nacional.
Chamorro Barrios, hermano de Cristiana e hijo de la expresidente Violeta Barrios de Chamorro y del asesinado por la dictadura somocista periodista Pedro Joaquín Chamorro, fue detenido la noche del pasado viernes
El periodista Carlos Fernando Chamorro, hermano de Cristiana y Pedro Joaquín, se vio obligado a exiliarse del país, cuando a mediados de semana la policía irrumpió en su hogar.
Chamorro, que dirige un consorcio de medios independientes y cuyas sedes ya fueron ocupadas por el gobierno desde años atrás, denunció que los agentes ingresaron a su vivienda de madrugada y pusieron en peligro la vida de sus familiares.
Carlos Fernando dirigió en el pasado el diario Barricada, órgano oficial del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) en su primera etapa en el poder y que hacía contrapeso al diario La Prensa, propiedad de su familia.
Igualmente denunció que la policía nicaragüense, dirigida por el consuegro de Daniel Ortega, el general Francisco Díaz, mantuvo rodeada la casa de su madre, la ex presidenta Violeta Barrios de Chamorro, con autos y agentes en el exterior de la misma.
Doña Violeta, de más de 90 años, fue la que derrotó a Ortega en las primeras elecciones libres en Nicaragua tras el triunfo de la revolución sandinista que desalojó del poder a la dictadura de la familia Somoza.
Ahora su hija Cristiana, que al igual que su madre era la candidata de un alianza de partidos y movimientos opositores, buscaba emular a su progenitora y derrotar a Ortega en las urnas, algo que el gobernante nicaragüense no está dispuesto a arriesgar este año.
Hay al menos 19 opositores presos en Nicaragua y otra decena se ha exiliado para evitar caer en manos de las fuerzas de seguridad, la fiscalía y los tribunales, todos controlados por Ortega y su grupo sandinista.
También sus excompañeros
Ortega no solo acorrala a la oposición considerada de derecha, sino que también con los críticos provenientes de la antigua guerrilla sandinista, que lucharon en los campos y ciudades para derrotar a la Guardia Nacional de la familia Somoza.
Los primeros en caer presos fueron los ex comandantes Hugo Torres y Dora María Tellez, famosos por haber participado en la toma de la asamblea en la década de los 70 del siglo pasado y que fue el impulsor de la revolución sandinista.
Torres, exjefe de Inteligencia por décadas, fue el comandante 1 y Tellez la famosa comandante 2. El comando fue dirigido por el comandante Cero, Edén Pastora, fallecido hace un año.
Torres también fue el líder del comando que secuestró a varios ministros somocistas en una fiesta de Navidad y que logró la liberación de Daniel Ortega y otros sandinistas presos en cárceles somocistas.
Pero también fue detenido por la policía Hugo Tinoco, un comandante de base y que fue ex vicecanciller durante varios gobiernos del mismo Ortega.
Igualmente el comandante de la revolución y uno de los nueve comandantes de la dirección nacional sandinista, la máxima instancia de poder del entonces grupo insurgente, Luis Carrión anunció que se exiliaba para evitar caer en manos de los agentes orteguistas.
Para muchos analistas, Ortega y su esposa Rosario cruzaron la línea roja al perseguir a sus antiguos compañeros de lucha, lo que indica un delirio en la que señalan que no confían en nadie y todo sandinista puede estar en la mira de las fuerzas de seguridad.
De hecho muchos analistas recuerdan que la primera persona que se exilió fue su hermano Humberto Ortega, radicado en Costa Rica, quien fue su ministro de Defensa y jefe del ejército sandinista durante los primeros años de gobierno.
Condenas
La comunidad internacional reaccionó condenando a los Ortega-Murillo por desencadenar la persecución contra sus opositores, pero la misma no ha tenido el mínimo impacto en Managua.
Estados Unidos, la Unión Europea, las organizaciones de Estados Americanos (OEA) y de Naciones Unidas (ONU) han condenado las acciones y piden la liberación de todos los detenidos.
Las declaraciones no han servido de nada y el mismo Ortega salió envalentonado señalando que no existen presos políticos, sino criminales al servicio de potencias extranjeras.
Ortega cuenta con el apoyo expresado recientemente por Rusia, que casi garantizó nueva ayuda militar, Cuba, Venezuela e Irán. China se mantiene alejada, ya que los Ortega atípicamente reconocen a Taiwán.