Recientemente los hondureños y hondureñas volvimos a creer, a tener confianza en nuestro equipo de futbol una vez más, aquí es cuando todos nos hacemos uno solo para apoyar nuestra selección, nuestras esperanzas y expectativas aumentan ¿Por qué? Porque decidimos creer, porque queremos lo mejor para nuestro país, porque nuestros jugadores tienen la posibilidad de representarnos internacionalmente y dejar en alto el nombre de esta nación cinco estrellas.
Todo va muy bien, hasta que, nuestro equipo de futbol nos decepciona y decimos que juegan sin compromiso, que podrían hacerlo mejor, que hace falta más estrategia y técnica para mejorar los resultados, pero también hay causas ajenas a la voluntad nuestra como hondureños y también causas exógenas a nuestros jugadores. Ejemplo de ello: es cuando se hace todo lo posible por hacer llegar o ganar a quien no lo ha merecido, es cuando se impone de manera autoritaria y hegemónica la voluntad de un arbitro de una manera ampliamente parcializada para favorecer un equipo. Eso vemos que ha sido lo denunciado en redes sociales por los hondureños y hondureñas producto del resultado de está semana entre Honduras y México.
Es bonito ver, cómo todos nos hacemos un solo nudo para defender nuestra camiseta, creo que eso mismo deberíamos hacer para defendernos de la corrupción, que también ha beneficiado parcialmente a muchas personas en Honduras, que ha excluido a muchos compatriotas de servicios básicos de calidad para gozar de una vida digna. Sin embargo, muchos portan primero la camiseta de sus partidos políticos y defienden todas las arbitrariedades que sus caudillos hacen a favor de sus partidos, al tener prioritariamente una afinidad partidista los intereses primero se vuelven partidarios e ideológicos y posteriormente colectivos pensando en toda una nación.
De nada sirve, que se hagan actuaciones en nombre de Honduras si son ilegales, es cómo ver a México ganarle a Honduras en el Azteca, sin nada de razón de ser porque se gana de una forma muy irregular, dando tiempo extra, añadiendo tiempo complementario al tiempo complementario, hacen repetir la tanda de penaltis hasta que México logra meter el gol, pero Honduras falla un penal y el portero también se movió de su línea de meta, pero en ese caso no aplica para la selección catracha.
Lo mismo pasa cuando los políticos usan la Constitución de la República de una forma convenenciera a sus intereses particulares, lo mismo pasa cuando vemos que unos pocos deciden por todos, eso es imponer criterio de forma autoritaria abusando del poder que se les ha conferido, tal y como una Comisión Permanente logra efectuar funciones que le corresponden al Pleno del Congreso Nacional, así como una Corte Suprema en el pasado decidió inaplicar un artículo constitucional para dar pie a una reelección de manera ilegal. Como hondureños debemos tener el compromiso de amar y apoyar a Honduras incondicionalmente de manera ética y legal. Lo bueno de esto, es que los hondureños hemos tenido la costumbre de percibirnos como perdidos sin haber participado, pero ayer Honduras demostró lo contrario, jugaron creyendo que iban a ganar y dieron su lucha hasta último momento, batallaron contra los 11 mexicanos, el Azteca y el arbitraje.
De nada sirve ser mexicano, amar a México y estar feliz de ganar de esa manera, eso mismo aplica para un político, de nada sirve ser gobierno y gobernar de esa manera.
Muchas veces perdiendo, también ganamos. ¡que viva Honduras!
