spot_img

Contagios, muerte y corrupción en cuatro meses de pandemia

Por:

Compartir esta noticia:

Tegucigalpa – Cuando la Organización Panamericana de la Salud (OPS) proyectaba, hace cuatro meses, los escenarios que podría traer a Honduras la pandemia de la COVID-19, las cifras de muertes parecían alucinantes, pero las proyecciones cada vez se acercan a lo previsto por los expertos. Los registros diarios de decesos oscilan entre 20 y 30 muertes, similares a la cotidianeidad que se vivió con los homicidios, con la diferencia que estas muertes están relacionadas con una calamidad sanitaria carcomida por la corrupción.

Las primeras muertes por coronavirus impactaron y coparon los espacios mediáticos, pero a medida que avanza la peste y los reportes del Sinager ofrecían nuevos datos, el número de decesos empezó a verse como algo común, como si no estuviera relacionado con un sistema sanitario colapsado ante el abandono que fue objeto por décadas y que hoy saca a luz sus deficiencias.

Los reportes de los hospitales públicos y del Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS), en especial en la capital hondureña, se vuelven cotidianos: 20 a 30 muertes diarias, los cupos llenos, la gente haciendo fila en los triajes en espera de una cama en algún hospital; las pruebas PCR no se aplican con la celeridad debida porque no hay reactivos o se agotaron los hisopos, o porque, el laboratorio de virología está en mantenimiento debido al exceso de pruebas a que ha estado sometido. Las explicaciones sobran, mientras en las calles se ven filas también de personas buscando oxígeno.

La Asociación de la Industria Funeraria de Honduras, contabiliza cerca de 1,500 decesos a nivel nacional, todos ellos por sospecha de coronavirus. Esas cifras poco a poco comienzan a aceptarse con normalidad, como fue en el pasado el número de homicidios de entre 25 y 30 diarios, que hicieron entonces, del país, uno de los más violentos del mundo.

Decesos por COVID-19 serían mayores

Los decesos se estimaban entre 660 a 1,084, pero este número parece que podría dispararse

Esa indiferencia ante el arrebato de la vida de forma violenta parece querer consolidarse también con los decesos de la pandemia que dejaron de ser historias de impacto para volverse datos fríos y duros de cómo este virus está golpeando el país sin discriminar edades, razas o ideologías.

Los escenarios elaborados por la OPS hace cuatro meses, señalaban cerca de 28 a 46 mil contagios, y cada vez las estadísticas parecen aproximarse a ese dato, en tanto estimaban los decesos entre 660 a 1,084, pero este número parece que podría dispararse. Oficialmente las muertes por la COVID-19 pasan de las 850, pero extraoficialmente ya suman más de mil 500, según los subregistros.

Solo en Tegucigalpa, la capital, más de 165 colonias pintan el mapa de la muerte por coronavirus con más de 300 casos oficialmente registrados, en tanto más de 668 colonias registran más de 10 mil contagios, según los datos de Salud al 18 de julio de 2020.

Los colores en rojo sobre los decesos por COVID-19 se vuelven más intensos a nivel nacional, entre ellos los departamentos de Francisco Morazán y Cortés que son los que concentran la pandemia.

Pero la Plataforma Todos contra el COVID-19 advierte también de la expansión del virus a otras zonas, entre ellos algunos con mayor carga poblacional. Ellos han dividido las regiones por zonas. El norte (Cortés y Yoro), la zona atlántica (La Ceiba, Islas de la Bahía y Colón), zona occidental (Santa Bárbara, Ocotepeque, Lempira y Copán); zona central (Francisco Morazán, El Paraíso, Intibucá y La Paz), zona sur (Choluteca y Valle), zona La Mosquitia (Gracias a Dios) y zona baja transmisión (Olancho y Comayagua).

En Cortés, para el caso, todos los 12 municipios de ese departamento presentan casos de contagio, en tanto en Francisco Morazán, 11 de los 18 municipios del departamento, encabezan las listas de mayor número de contagios encabezados por el municipio del Distrito Central que contempla la capital, señala la Plataforma.

La corrupción aflora deficiencias del sistema

Cuatro meses de pandemia 3
La red hospitalaria hondureña cuenta con 6,600 camas para atender las diversas patologías

La expansión de la pandemia se acelera hacia 8 de los 18 departamentos del país, evidenciando que en muchas zonas y municipios las autoridades locales estén generando sus propias iniciativas de contención abriendo centros de triaje o haciendo colectas para expandir el número de camas en los hospitales.

Las deficiencias del sistema sanitario afloran, y mientras los pacientes luchan por tener acceso a medicinas, a una cama para no esperar sentados en improvisadas sillas o en el suelo, afuera de los hospitales, como se ha visto en algunos casos, en especial en el sur del país, la pandemia de la corrupción camina en paralelo con la letalidad del virus.

La red hospitalaria hondureña, según datos de la Secretaría de Salud, solo cuenta con 6,600 camas como capacidad instalada para atender las diversas patologías. En el caso de la pandemia, con las proyecciones estimadas por la OPS, se requerirían al menos 1,500 camas adicionales instaladas, exclusivas solo para las salas COVID-19 al interior de los hospitales del país.

A nivel de Unidades de Cuidados Intensivos (Ucis), las condiciones también son precarias. Antes de la pandemia, el número de camas en la Ucis era de 76 a nivel nacional y la demanda con la pandemia indica que se requieren al menos, como mínimo, 200 unidades de cuidados intensivos.

Fue así como surgió la propuesta de crear centros de aislamientos, no hospitales móviles, para poder atender la emergencia sanitaria. Así lo revela un informe de la Secretaría de Salud presentado a fines de junio a la Cámara Legislativa.

Los hospitales de aislamiento, se indica, se construyen en un lugar que se puede adaptar o destinar a una infraestructura ya instalada y que esté cerca de un hospital para habilitarla y acondicionarla con todos los insumos, equipos, y los recursos humanos para atender (hospitalizar) pacientes con alto riesgo de contaminación en una situación de emergencia, epidemia o pandemia.

En tanto, un hospital móvil es un centro médico o un pequeño hospital con el equipo médico completo que se puede instalar y mover de un sitio a otro de manera rápida en donde se puede proporcionar servicios médicos a pacientes o personas heridas en condiciones críticas como la guerra o desastres naturales (incluye epidemias).

Cuatro meses de pandemia 4
Los hospitales móviles se pueden instalar y mover de un sitio a otro de manera rápida

Por los escenarios planteados por la OPS en conjunto con las autoridades de Salud, la urgencia en el país era de los hospitales de aislamiento, y así lo propuso Salud, pero disposiciones de otro tipo determinaron que fuera Inversiones Estratégicas Honduras, Invest-H, quien tomara las riendas de esas necesidades concluyendo en una compra llave en mano de siete hospitales móviles, – dos que llegaron y se espera sean instalados a la brevedad posible, -por un monto de 48 millones de dólares y sobre los cuales pende una nebulosa de irregularidades que es objeto de investigación por un equipo fiscal del Ministerio Público y una auditoría especial a manos del Tribunal Superior de Cuentas.

Mientras, siempre con Invest-H, ésta contrató equipo para las Ucis, la compra de 740 ventiladores mecánicos, por los cuales pagó el 80 por ciento por adelantado, los primeros 430 ventiladores que debieron entregarse a fines de mayo e inicios de junio, no se dieron, solo se entregaron cerca de 110 y algunos de ellos no pueden ser utilizados porque llegaron incompletos y se pagó otra enorme cantidad de recursos.

La pandemia discurre así, entre el alto número de contagios y el vertiginoso registro de decesos, muchos de ellos prevenibles, si el sistema sanitario tuviera los equipos y recursos necesarios, si la corrupción no siguiera tan campante, sí se pudiera garantizar un cupo en los sanatorios, acceso a medicinas y a un trato digno a quien lo necesita: el pueblo hondureño.

spot_img
spot_img

Lo + Nuevo

spot_img
spot_img
spot_img
spot_imgspot_img