«Sólo ellos (los miembros de Inteligencia Militar) pueden hacer esas cosas, son los únicos que tienen capacidad de atacar de esa forma», precisó Colom, quien según los sondeos publicados por la prensa local es el favorito para ganar las elecciones presidenciales.
Por falta de pruebas, Colom se abstuvo de acusar directamente a su principal oponente, el general retirado Otto Pérez Molina, candidato del derechista Partido Patriota (PP), quien fue jefe de la dirección de Inteligencia Militar en los años noventa.
Sin embargo, indicó que «ellos (el PP) tienen el apoyo de antiguos jefes de Inteligencia Militar», los que, aseguró, «son los responsables de las campañas negras en mi contra», así como de «promover un clima de inseguridad en el país (…) utilizando los mismos métodos que aplicaron en los años ochenta».
La temida Dirección de Inteligencia Militar del Ejército es señalada de haber sido la principal promotora de secuestros, torturas y asesinatos en contra de opositores políticos, durante la época más sangrienta de la guerra interna de 36 años que vivió este país centroamericano entre 1960 y 1996.
«No puede ser que esa gente regrese al poder; es necesario que esa gente pierda el poder», porque de lo contrario Guatemala regresaría a las épocas oscuras en la que «el orden se imponía a manotazos y balazos», señaló Colom.
Según la legislación guatemalteca, si en las votaciones de septiembre ninguno de los candidatos obtiene el 50 por ciento más uno de los votos válidos a su favor, será necesaria una segunda vuelta electoral, programada para el próximo 4 de noviembre, entre los dos aspirantes que sumen mayor cantidad de votos.
La segunda vuelta podría disputarse entre Colom y Pérez Molina, según los pronósticos de las encuestas.
De ocurrir así, agregó Colom «se nos presentará la oportunidad de romper con el círculo vicioso de salir de la impunidad» al derrotar en las urnas a Pérez Molina.