Por: Otto Martín Wolf
Después de hacer un rápido recuento de las cosas que aún no me gustan de mi pequeño mundo privado- he obtenido un resultado más o menos satisfactorio… estoy casi en paz.
Pero eso no quiere decir que no haya unas cuantas que no entiendo y otras que, definitivamente odio.
En primer lugar no comprendo el volúmen de la música en ciertos lugares.
Por ejemplo los centros comerciales (malls). Quién les habrá dicho a los administradores que se debe poner música rápida y a todo volúmen?
Las técnicas modernas de mercadeo establecen que la música (si acaso) debe ser de fondo, suave, lenta, para que la gente se sienta tranquila y quiera permanecer en el lugar (comprando más) en vez de salir en carrera buscando un poco de calma para sus oídos.
Música suave, la gente camina despacio, examina las ventanas y quizá compra algo.
Música estridente los obliga a gritar para comunicarse entre ellos e, inclusive, los vendedores.
Quizá algunos tienen la vieja creencia de que con música escandalosa dan la impresión de estar ocupados (en acción).
Eso es lo que piensan, pero están equivocados, el efecto en las ventas es negativo.
Igual reza para restaurantes incluyendo los de comida rápida.
Deberían de saber de una vez por todas que aunque se dediquen a la venta de comida chatarra son lugares familiares.
Atiendan rápido, sin mucho protocolo, no canten los cumpleaños de los presentes y mantengan el volumen bajo.
Si uno quiere escándalo puede ir a una disco o una cantina.
En segundo lugar de las cosas que perjudican mi mundo están los empleados de las “mega ferreterías”. Se ha dado cuenta de que entre más grandes son y cuenten con más personal la atención es peor?
Dónde se esconderán los empleados amables y atentos -listos para servirle- que salen en los anuncios?
Y en tercer lugar (pero con mención honorífica) de las cosas que afectan mi mundo están los anuncios de “auto bombo” de canales de televisión y radioemisoras, ha notado todas las veces que repiten que son los líderes, los mejores, los más rápidos e informados?
Muchas, demasiadas veces!
Hay un hilo muy fino que quiero tocar: Si tienen que repetir sus propios anuncios una y mil veces, no quiere decir eso que son inefectivos?
Y, de ser así, qué sucede con los anuncios de sus clientes, los que están pagando?
Esa saturación de “autobombo” no quiere decir que sus medios no sirven para vender?
Deberían de pensarlo bien:
Cualquiera comprende que entre más repeticiones de los anuncios de ellos mismos o de sus programas estimen que deben hacer, más confesión de que su efectividad es poca, no es cierto?
Más o menos en paz con mi mundo.