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Cáritas se declara «alarmada» por la trata de personas en Nicaragua

Managua – La organización católica Cáritas de Nicaragua expresó hoy su «preocupación» y «alarma» por el aumento de casos de trata de personas en el país, que afecta especialmente a niños, niñas, adolescentes y mujeres.

La trata de personas «es un tema preocupante y alarmante, ya que los resultados que hemos encontrado son muy delicados», señaló en rueda de prensa el director nacional de Cáritas Nicaragua, Uriel Vallejos.

El religioso explicó que la organización que dirige ejecuta un proyecto sobre trata de personas e inmigración desde 2009 y este año hizo un diagnóstico nacional sobre el tema que les permitió calificar la situación de «muy grave», aunque no aportó cifras.

La coordinadora del área de justicia y paz de Cáritas de Nicaragua, María Lidia Oporta, indicó que el diagnóstico se hizo a través de las ocho diócesis que existen en el país, que encontraron que el fenómeno afecta «a la población más vulnerable» que recibe poca o nula atención del Estado y organismos no gubernamentales.

Las víctimas, según ese diagnóstico, suelen ser las que residen en zonas rurales, en la costa Caribe, personas iletradas y quienes trabajan en el campo, y que tienen en común vivir en situación de pobreza.

Oporta sostuvo que ese grupo, en busca de trabajo y mejor vida, migra internamente a ciudades de Nicaragua o hacia Costa Rica, Estados Unidos, España, El Salvador, Guatemala y México.

Durante ese camino, algunos inmigrantes «han sido víctimas de trata de personas o explotación sexual», tanto en Nicaragua como en el exterior, aseguró.

La especialista advirtió de que los nicaragüenses que quieren ir a EE.UU. de forma ilegal «corren muchos riesgos».

Anotó que el nicaragüense hace un arreglo de pago con un «coyote» o traficante en el país, quien cuando deja la frontera, le aumenta la tarifa y si no tiene más dinero para pagar los obliga a trabajar «para el crimen organizado, ya sea trasegando drogas, trasladando a seres humanos o en lo que los pongan».

La migración, advirtió Oporta, también afecta a los niños y niñas que son dejados por sus padres al cuidado de sus abuelos, tíos u otros adultos, y terminan siendo abusados o violados por algunas de esas personas u otros menores.

«Es importante que la migración que vaya a salir del país sea una migración informada, que sepa lo que pueda ocurrir en el camino, y pueda decidir si migrar o no (…) Precisamente esa desinformación es lo que los lleva a ser víctimas de trata de personas en el tránsito a su destino», apuntó.

En Nicaragua las víctimas de trata de personas son mayoritariamente mujeres, adolescentes, niños y niñas, de acuerdo con los Anuarios Estadísticos de la Policía Nacional, que revelan que el 98 % de las víctimas de trata de personas en el período 2007-2013 fueron mujeres.

Las modalidades más practicadas de la trata de personas, según sus fines, son explotación sexual comercial; explotación con propósitos militares, con fines laborales o de trabajos forzados; de servidumbre y matrimonio; de esclavitud clásica, robo u otras formas de delincuencia y extracción de órganos.

En 2013 el Gobierno de Nicaragua reportó 30 casos de trata en el país, pero diferentes organizaciones no gubernamentales dedicadas a la protección de menores han sostenido que existe subregistro.

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