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Cardenal Rodríguez condena pobreza, violencia e injusticia

Tegucigalpa – El cardenal hondureño, Oscar Andrés Rodríguez, dijo hoy durante el Vía Crucis que el pueblo carga con «la cruz de la pobreza y la injusticia», y condenó la violencia, la destrucción ambiental y el abuso sexual contra menores.
 

Así como Jesucristo llevó hace más de dos milenios aquella en que le crucificaron, «ahora nuestro pueblo también carga con la cruz de la pobreza y la injusticia», expresó Rodríguez, arzobispo de Tegucigalpa y presidente de Cáritas Internacional.

El jerarca religioso clamó por un «no a la violencia», reiteró su llamamiento «para que no se siga desangrando este país» y oró por las «víctimas del crimen, de la violencia, de la muerte injusta».

Además, oró por las mujeres que «también sufren como la virgen María», en especial «las madres de los inmigrantes, que no paran de sufrir» cuando sus hijos abandonan Honduras hacia EEUU «en busca del sueño americano, que en vez de sueño podría ser su peor pesadilla».

También pidió «por las madres que han emigrado para trabajar y enviar dinero a sus hijos».

El cardenal encabezó la procesión del Vía Crucis, que recorrió varias calles del casco histórico de Tegucigalpa, desde la iglesia San Francisco hasta la Catedral Metropolitana, con la participación de miles de feligreses.

La ruta de la procesión fue marcada por decenas de alfombras multicolores de aserrín con imágenes religiosas, una tradición que toma auge en cada Semana Santa, especialmente en la ex capital Comayagua y Tegucigalpa.

En la colonia San Francisco, suroeste de Tegucigalpa, un grupo teatral escenificó la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo, protagonizado por un actor coronado con espinas reales y azotado de verdad.

A lo largo del Vía Crucis, Rodríguez combinó las expresiones de contenido religioso con otras de carácter social.

En este sentido, dijo que los beneficios de la Estrategia para la Reducción de la Pobreza, que impulsan el Gobierno y entes financieros, «no alcanzan a llegar como debieran a los verdaderos pobres (…) a causa de la codicia ilimitada de los corruptos».

Los pobres «no son tenidos en cuenta por los modelos económicos que sólo benefician a los poderosos», apostilló.

Rodríguez pidió a Dios «limpiar las injusticias en nuestro país» y «limpiar el corazón de los corruptos, para que tengan amor y no avaricia, para que tengan caridad y no codicia».

Lamentó que «cuántos de nuestros niños han caído en las manos de abusadores sexuales» y que muchos menores viven «en el desconsuelo por el abuso físico, psicológico e incluso sexual».

Muchas mujeres «son víctimas de la trata de blancas y la explotación sexual», o «sufren maltrato familiar», señaló el arzobispo de Tegucigalpa.

En el plano ambiental, criticó a «los madereros irresponsables que acaban con nuestros bosques» y a «quienes explotan nuestras minas sin ley, sobornan a los sobornables y contaminan nuestras fuentes de agua».

Rodríguez también fustigó a ciertos periodistas al clamar: «ya no más profesionales de la información caídos en la mentira noticiosa, en vez de levantarse y favorecer la verdad que nos hará libres»

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