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Bomberos, baluartes heroicos en la tragedia

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Tegucigalpa – Cuando el agua empezó a llenar su casa en una de las colonias más afectadas en El Progreso, Yoro, el bombero Elvin Abraham Serrano estaba en otra zona inundada rescatando vidas. El agua cubrió totalmente su vivienda, lo perdió todo, incluida su vivienda. Él solo lo supo cuando tras una extenuante misión retorno al cuartel.

Entonces no tuvo espacio de lamentos y junto a otros de sus compañeros se fue al lugar de su residencia donde pudo rescatar a su familia y ayudar a otros vecinos cuyas vidas pendían de un hilo.

Las familias de los bomberos afectados son muchas, pero sus casos son imperceptibles.


José Alemán es un aspirante a bombero que logró el rescate de 14 personas.

El bombero que salvó a 14 personas en Santa Bárbara

Tal es el caso de un joven bombero que siguiendo el camino de una vocación que descubrió desde niño, salvar vidas, José Alemán, de 20 años, sorteó las embravecidas aguas del río Cececapa en la ciudad de Santa Bárbara, el 5 de noviembre, para rescatar a 14 personas de tres familias, durante las inundaciones provocadas por la tormenta Eta.

Las tres familias del barrio El Junquillo fueron salvadas por la proeza realizada por Alemán, quien todavía era bombero voluntario e integraba un equipo de rescate que ayudaba a los afectados por las lluvias.

Los reconocimientos públicos de la sociedad en general no se hicieron esperar para Alemán y sus compañeros, pero este martes 10 de noviembre recibió una llamada que le cambió la vida. Las autoridades decidieron reconocerle con un puesto permanente dentro de la institución.

Infatigables y anónimos

Su labor en esta emergencia provocada por el paso de la tormenta tropical Eta ha sido incansable, los miembros del Cuerpo de Bomberos han sido baluartes en la evacuación y rescate de personas afectadas por el fenómeno natural principalmente en los departamentos que resultaron devastados y que pese a ser parte de los afectados siguen firmes al frente de la emergencia.

Su labor de servir no impidió que muchos miembros de la benemérita institución realizarán su trabajo con los sentimientos encontrados, ya que muchos de ellos, en primera fila para contener los daños dejados por el ciclón, también son víctimas del fenómeno natural.

De tal suerte que no son pocos los socorristas que resultaron afectados por el ciclón tropical Eta, al experimentar las inundaciones y perder el menaje de sus viviendas, otros de ellos perdieron sus casas en su totalidad.

Los afectados, en su mayoría, son los que residen en las zonas bajas del Valle de Sula, El Progreso, El Paraíso, Comayagua y en el departamento de Santa Bárbara, los sectores con mayor afectación por el fenómeno natural.

Cientos de personas han sido rescatadas de techos y de segundas plantas de viviendas.

Elvin Abrahán Serrano

El sargento de bomberos, Elvin Abrahán Serrano de 29 años, casado, con dos hijos y residente en la colonia Policarpo de El Progreso, Yoro, una de las más afectadas por los efectos de Eta.

El socorrista relató a Proceso Digital que la colonia donde reside junto a su familia se encuentra a la ribera del río Ulúa, pero nunca imaginó que iba a pasar lo que pasó en esa zona tras el desbordamiento del caudaloso río.

“Mi casa es de dos plantas, toda la colonia quedó afectada bajo el agua, perdimos todo, en el momento que empezó la filtración del agua yo me encontraba haciendo unos rescates de personas en otro sector, cuando regresé al cuartel ahí me dijeron que mi familia estaba en peligro, ya el agua estaba a la mitad de la casa”, recordó.

Agregó que la angustia se apoderó de él, pero se armó de valor junto a otros compañeros que lo acompañaron a realizar el rescate de su familia y otros vecinos del lugar.

Refirió que él tenía tres días de estar fuera de la ciudad realizando evacuaciones, sin imaginarse que su familia también necesitada de ayuda.

Apuntó que una vez que sus familiares estaban en una zona segura, retornó a sus labores y desde ese momento no ha parado ya que la vida de las personas sigue en peligro principalmente en los ex campos bananeros que todavía están bajo el agua.

Tras el paso de la depresión Eta, varias comunidades siguen bajo agua y los socorristas no han cesado de evacuar personas.

Momentos difíciles

El socorrista explicó que toda la ciudad de El Progreso y sus alrededores se convirtió en un caos tras el desbordamiento del río, fueron momentos difíciles, día y noche tratando de rescatar personas, principalmente niños y adultos mayores que eran la prioridad.

Prosiguió que, tras el paso del fenómeno natural, pensó que el caudal del río iba a bajar de forma más rápida, pero no ha sido así, hay muchas personas incomunicadas todavía a quienes les llevan comida y de regreso tratan de sacar a otros grupos.

Aseguró que en un espacio de tres días fueron más de dos mil personas las que lograron rescatar de diferentes sectores de El Progreso afectados por las inundaciones.

Sostuvo que la mayoría de los rescatados son niños y adultos, posteriormente fueron por las otras personas.

El socorrista contó que en una de las evacuaciones en una de las lanchas solo colocaron niños, pero la furia del agua en ese momento era fuerte y a pesar del peso por la cantidad de menores que se evacuaban el caudal del río se los llevaba. “Eso me partió el corazón, y especialmente porque yo le dije a mi compañero subí a más niños, hay que llevarlos a todos, y si no logramos amarrar las dos lanchas quizá hubiesen fracasado todos, fue el momento más difícil”, aseguró.


Personas de la tercera edad, niños y mujeres con recién nacidos prioridad en los rescates.

Gritos desgarradores

El bombero relató que hubo un momento en el que le dijo a sus compañeros que se detuvieran e hicieran una pausa porque los gritos de las personas eran desgarradores, muchos hombres se encontraban en los árboles tratando de salvaguardar sus vidas.

“No me quedó de otra que hacer una pausa y llenarme de serenidad, limpiarme las lágrimas y pedirle a Dios que me diera la sabiduría y fortaleza para poder sacar a toda la gente que se encontraba en el sector conocido como Finca 8, fueron los momentos más duros”, narró.

Agregó que por mucho que intentaban priorizar en salvar vidas, era difícil porque había muchos niños, muchas mamás chineando a sus bebes, adultos mayores, en ese momento quería que las dos lanchas a su mando fueran más grandes y no dejar a nadie.

Relató que en uno de los rescates se tuvo que quedar un bombero porque una señora junto a su hija y otro joven se encontraban agarrados de una antena de cable ya que el techo de la vivienda estaba inundado, pero en la lancha ya no cabía nadie más, posteriormente regresamos por las tres personas, el bombero y otros rescates que siempre se encontraron al paso.


Los miembros del Cuerpo de Bomberos se desplazaron por todas las zonas afectadas por Eta.

Servir su mayor satisfacción

El socorrista expresó que su mayor satisfacción es servir a los demás.

“El abrazo de los niños dándonos las gracias porque les salvamos la vida, estrechar la mano de personas que si se llegaba cinco minutos más tarde quizás hubiesen perdido la vida, eso lo llena a uno”, comentó.

Aseguró que el don de servir ya se trae en la sangre y ser bombero es un gran honor ya que desde que se realiza el curso para ingresar a la institución, uno siente la adrenalina.


El comandante general del Cuerpo de Bomberos, José Manuel Zelaya calificó la labor de los socorristas como extraordinaria.

Una labor extraordinaria

Por su parte, el comandante general del Cuerpo de Bomberos, general José Manuel Zelaya, manifestó a Proceso Digital que durante esta emergencia por el paso de la tormenta y depresión tropical Eta, el Cuerpo de Bomberos ha realizado y sigue realizando una labor extraordinaria.

“Como todo servidor público tenemos que tomar las cosas con calma, y eso es lo que debe tener un bombero, calma para afrontar cada una de las emergencias en las que somos llamados para dar confianza y tranquilizar a las personas que están en emergencia”, señaló.

Indicó que durante esta emergencia por la depresión Eta se recibieron miles de llamadas de rescate, los bomberos permanentes y los voluntarios no han cesado, pero la cantidad de personas era tanta que no se daban abasto por mucho que se quería abarcar todo.

“Se hizo lo imposible por rescatar a todas las personas que se encontraban en los techos de las viviendas, antes de eso ya se habían hecho evacuaciones de personas para que no fracasaran en el desbordamiento de los ríos, la labor ha sido incansable”, argumentó.

Zelaya sostuvo que el Cuerpo de Bomberos es una de las instituciones que tiene un alto nivel de confianza entre la población por su labor de salvar vidas, los bienes públicos y privados, la fauna y los bosques.


La foto icónica del comandante Rodríguez ayudando a la gente del Valle de Sula.

Un bombero insigne

Como este joven bombero son muchos los que han hecho enorme trabajo, hazañas heroicas que han permitido rescatar miles de viudas.

Proceso Digital contó a sus lectores, como el general Roberto Rodríguez Borjas a sus 81 años, fue de los primeros en ajustar su vieja indumentaria de bombero, tomar su lancha y sumergirse en las aguas que inundaron toda la semana el sector de La Planeta entre San Pedro Sula y La Lima para salir al rescate de decenas de hondureños.

No fue fácil entrevistarlo, porque su trabajo en el rescate le ocupaba hasta 12 horas diarias, colaborando en los salvamentos.


El Cuerpo de Bomberos cuenta con 44 estaciones,  mil 320 bomberos y 800 voluntarios a nivel nacional.

Más de cuatro decenas de estaciones

La institución cuenta con 44 estaciones de bomberos y 17 subestaciones, asimismo, tienen en proyección ocho subestaciones más que serán puestas al servicio de la población de los departamentos de Islas de la Bahía, El Paraíso y Francisco Morazán.

El Cuerpo de Bomberos cuenta con mil 320 bomberos y 800 voluntarios a nivel nacional.

El presupuesto de la institución es de 300 millones de lempiras y el 98 por ciento de este sirve en el pago de sueldos y salarios.

El Cuerpo de Bomberos también ha sufrido bajas producto de la pandemia de COVID-19 que ha cobrado la vida de al menos cuatro miembros de la institución. (IR)

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