Washington.- El vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, reiteró hoy en una llamada telefónica al presidente colombiano, Juan Manuel Santos, el «apoyo firme» del país norteamericano al proceso de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) impulsado por Bogotá.
Biden y Santos abordaron asimismo otros asuntos como «el potencial rol de Colombia en operaciones internacionales de mantenimiento de la paz», informó la Casa Blanca en un comunicado sin detallar más información sobre estas misiones.
Ambos mandatarios reafirmaron además su colaboración regional en temas energéticos y de seguridad, al tiempo que discutieron cómo reforzar sus lazos de comercio bilateral.
Santos visita esta semana Estados Unidos, donde participó hoy en la Cumbre del Clima de la ONU con un llamamiento a la comunidad internacional para aunar esfuerzos en la protección de la Amazonía, como uno de los principales pulmones del planeta.
Esta cumbre, convocada por el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, para estimular un compromiso mundial para reducir las emisiones contaminantes, reúne en Nueva York a un centenar de gobernantes.
El lunes, Santos agradeció a Ban en una reunión en la sede de Naciones Unidas su respaldo al proceso de paz y escuchó de parte de su equipo las acciones que Naciones Unidas estaría dispuesta a llevar a cabo para apoyarlo.
Santos también abordó la cuestión del proceso de paz en un coloquio que mantuvo la Americas Society/Council of the Americas, donde defendió su decisión de no declarar un alto el fuego hasta que no se cierre un acuerdo final.
El Gobierno colombiano y las FARC han librado durante medio siglo un conflicto armado al que Santos espera poner fin mediante las negociaciones que desde hace 22 meses se desarrollan en La Habana, Cuba.
La Habana, 23 sep (EFE).- Los negociadores de las FARC hicieron hoy un llamamiento a poner fin al paramilitarismo y a desclasificar y conservar todos los archivos sobre sus máximos responsables, como paso necesario para avanzar en la paz que negocian con el Gobierno colombiano en La Habana.
El número dos de la guerrilla y su jefe negociador, «Iván Márquez», aseveró que «sin el fin del paramilitarismo y sin el esclarecimiento de su origen y sus responsables» el término del conflicto armado «sería incierto», y reiteró que las FARC no tienen vínculos con esos grupos.
El tema de las estructuras paramilitares centró así el discurso insurgente en la arrancada este martes del ciclo 29 de los diálogos con el Gobierno colombiano, cuyo equipo de paz, liderado por Humberto de la Calle, no realizó declaraciones a los medios a su llegada a la sede de las conversaciones en La Habana.
«Márquez», alias de Luciano Marín Arango, sí leyó un comunicado en el que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) piden comenzar el «esclarecimiento de la verdad» y solucionar el «problema nodal» del «surgimiento, permanencia y accionar» de los paramilitares.
Como parte de ese proceso, indican que «es necesario abrir todos los archivos; que se desclasifiquen y se levanten las prohibiciones legales encubridoras de máximos responsables, que se impida la destrucción de archivos que ha venido ocurriendo».
«Que los fiscales expliquen al país por qué las graves denuncias de los jefes paramilitares han sido arrojadas a los basurales de la indiferencia y del olvido calculado, que entreguen una explicación coherente al país sobre por qué han dejado perder horas y horas de grabaciones en las que éstos develan a los verdaderos autores detrás del autor», añaden.
Las FARC abordan el asunto del paramilitarismo a sólo días de que en el Senado colombiano tuviera lugar un debate sobre los presuntos vínculos del expresidente y senador Álvaro Uribe con paramilitares y narcotraficantes, y de que autoridades militares acusaran a la guerrilla de realizar un ataque junto a un grupo paramilitar.
En concreto, la Policía colombiana acusó la semana pasada a las FARC de operar en alianza con la banda criminal «Clan Úsuga» (antiguos Urabeños) en una emboscada en el municipio de Tierradentro (Córdoba) que cobró la vida de siete policías y causó otros cinco heridos.
El pasado domingo la guerrilla se atribuyó la acción pero negó cualquier alianza con el «Clan Usuga».
Hoy «Márquez» tildó de mentiroso al general de la Policía, Rodolfo Palomino, por esparcir esa noticia, y dijo que el Ministerio de Defensa y la Policía colombiana «victimizan» la verdad.
«Déjennos avanzar en paz en la construcción del acuerdo de paz. Dejen la perfidia de cercar con sospechas a la parte contendiente en diálogo generando desconfianza», exigió el jefe guerrillero, al considerar que esas «mentiras y versiones fraudulentas» dañan el proceso.
En las últimas semanas la responsabilidad de los paramilitares en el conflicto colombiano ha estado presente en los diálogos de paz, con la llegada a La Habana de dos delegaciones de víctimas que incluyeron afectados por esos grupos, así como por la guerrilla, el Estado y otros actores armados.
El tema del reconocimiento y reparación de las víctimas ocupa la agenda del proceso desde agosto pasado, y constituye el cuarto de los cinco puntos a debatir por las partes.
Durante el ciclo iniciado hoy también se espera que viaje a Cuba una delegación de 12 víctimas que sostendrán una reunión con los negociadores fijada para el 2 de octubre.
El grupo de víctimas que participó en los diálogos el pasado 10 de septiembre exigió a las partes un «cese el fuego bilateral urgente», una petición a la que el Gobierno colombiano se negó casi de inmediato, si bien las FARC muestran voluntad para un armisticio.
La guerrilla consideró hoy que negar ese reclamo de las víctimas «pretextando que dichas treguas son aprovechadas por las FARC para fortalecerse política y militarmente, es una forma de revictimizarlas, y una obstinación que en medio de un proceso de paz que avanza, solo puede causar perplejidad».
Las delegaciones del Gobierno y de las FARC dialogan desde hace 22 meses en La Habana para poner fin a más de 50 años del conflicto colombiano.
Bogotá, 23 sep (EFE).- El fiscal general de Colombia, Eduardo Montealegre, afirmó que «de probarse que es cierto» una supuesta alianza entre las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y la banda criminal Clan Úsuga se «pondría en peligro» el proceso de paz entre el Estado y esa guerrilla.
«Si es verdad ese tipo de unión que desmienten las FARC entre Bacrim (bandas criminales) y bases de la insurgencia, sería una bomba detonante del proceso de paz, pondría en riesgo el proceso de paz», aseveró el Fiscal en entrevista emitida hoy por RCN Televisión.
Los presuntos vínculos entre ambos grupos armados fueron divulgados la semana pasada por el director de la Policía, el general Rodolfo Palomino, que ha reiterado en varias ocasiones tener pruebas de esta afirmación.
Palomino ha adjudicado a estos dos grupos armados el asesinato la semana pasada de siete policías en una zona rural del departamento de Córdoba (norte), si bien tanto las FARC, que se atribuyó en solitario el ataque, como el Clan Úsuga, nombre dado por el Gobierno a la banda criminal Los Urabeños, rechazaron su acusación.
Tras el cruce de declaraciones, Montealegre habló siempre en condicional al decir que, «de probarse que es cierto» que existen nexos entre ambos grupos armados, se vería muy afectado el proceso de paz entre el Gobierno y las FARC que se desarrolla en La Habana desde noviembre de 2012.
Sus palabras llegan el mismo día en que se inicia en la capital cubana el cuarto ciclo de diálogos del proceso de paz, referido al reconocimiento y reparación de las víctimas.
Por la proximidad de un eventual acuerdo final, Montealegre se mostró «preocupado» ante los indicios que la Policía asegura tener de nuevos vínculos entre FARC y Clan Úsuga, que estarían fundamentados en el narcotráfico, según Palomino.
«Precisamente uno de los grandes temores que tiene la insurgencia es que en el postconflicto, tras el desarme de las FARC, los ataques a la integridad de los desmovilizados vengan de este tipo de bandas criminales», advirtió el funcionario.
En la instalación hoy del nuevo ciclo de negociaciones en La Habana, los negociadores de las FARC acusaron al Ministerio de Defensa y a la Policía de «victimizar» la verdad y pidieron no dañar el proceso de paz con «mentiras».
El número dos de la guerrilla y su jefe negociador, Luciano Marín Arango, alias «Iván Márquez», acusó de mentiroso al general Palomino porque «esparció» la versión de que las FARC hicieron el ataque en Córdoba en conjunto con el Clan Úsuga.