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Beyoncé encabeza la revolución de la mujer negra en el arranque de su gira por EEUU

Inglewood (EEUU) – Armada con un potente arsenal de bailarinas, mostrando su amor por su tierra natal y acompañada en todo momento de su hija Blue Ivy, Beyoncé comenzó su gira ‘Cowboy Carter’ presentándose como la líder de un movimiento de lucha y empodermiento de la mujer negra en Estados Unidos.

La estrella estadounidense inició este lunes en la ciudad de Inglewood (California) el esperado viaje de su disco ‘COWBOY CARTER’ con el que recorrerá varios estados de EEUU antes de saltar al Reino Unido y Francia, únicas citas internacionales de este espectáculo que ha enfrentado dificultades en la venta de entradas.

Un espectáculo cargado de simbolismo e historia

Con casi tres horas de espectáculo que comenzaron con una hora de retraso, ‘Queen bee’ prometió un espectáculo con el que arrancó vestida de blanco, con un traje idéntico al que lució en su exitoso espectáculo que ofreció en el especial de Navidad del partido de la NFL que se televisó en Netflix.

A modo de presagio, como si estuviese indicando a los miles de asistentes que invadieron el estadio SoFi que volverían a ver un espectáculo propio de una estrella, Beyoncé se abrió paso sobre un escenario repleto de símbolos nacionales estadounidenses.

No fue casualidad que al comienzo del concierto se lanzara a cantar el himno de EEUU, ya que las llamadas a la libertad de su país tomaron un papel relevante en la narrativa del ‘show’ con el ensalzamiento de las raíces negras de la música country.

«Nunca pidas permiso por algo que siempre te ha pertenecido», rezaba un rótulo en la pantalla a sus espaldas mientras empezaba a sonar ‘Freedom’, el himno que impulsó la carrera de la exvicepresidenta estadounidense Kamala Harris por el poder de la Casa Blanca en las pasadas elecciones.

«Esto es para todas las mujeres blancas esta noche», dijo Beyoncé tras acabar el tema, mientras las pantallas seguían mostrando imágenes de momentos históricos en la conquista de espacios y derechos de la comunidad negra en EEUU.

Con una estética en el que predominaron los colores de la bandera estadounidense -rojo, blanco y azul-, la artista proclamó «la reclamación de América» y dedicó un poema a la comunidad negra estadounidense.

Abandonando sus estilismos con los que rinde un homenaje a su tierra natal, el estado de Texas (EEUU), la estrella también se enfrentó a las críticas durante su espectáculo.

De la nada, apareció frente a un estrado repleto de micrófonos de prensa para interpretar ‘America has a problem’ (América tiene un problema) vestida con un uniforme con retales de periódico que hacen alusión al titulo de la canción.

Aunque la gira escarba en la identidad de ‘COWBOY CARTER’ a través de ensalzar a artistas estadounidenses que la precedieron en este género, Beyoncé tuvo espacio para regresar a sus orígenes repasando un poco de sus éxitos, como ‘Diva’ o ‘Formation’.

A lo largo del ‘show’, la artista estuvo acompañada de su hija adolescente Blue Ivy Carter, quien formó parte del poderoso cuerpo de bailarines que acompaña a Beyoncé en cada espectáculo, aunque también hizo acto de presencia por primera vez sobre un escenario Rumi, otra de sus hijas, a la que le dedicó ‘Protector’.

Desde cantar subida a un torito mecánico dorado hasta volar sobre un estadio abarrotado sentada sobre una herradura cantando ‘Jolene’, Beyoncé ofreció un espectáculo en el que bailó, resucitó el mítico ‘Crazy In Love’ y se lanzó a contar su historia de empoderamiento femenino.

Se despidió de un estadio casi abarrotado con ‘Amen’, luciendo un vestido con la bandera estadounidense y sacando al escenario un símil de estatua de la libertad, con la boca tapada con un pañuelo y alzando la antorcha en señal de la libertad.

Entradas a precio de menú de McDonalds

Aún con los antecedentes de Beyoncé, que acostumbra a sorprender con gigantescos y enérgicos espectáculos en los que canta y baila a la vez junto a decenas de bailarines, la artista se ha enfrentado en esta gira al inusual reto de venta de boletos.

Media hora antes de que diera comienzo su espectáculo, las entradas oscilaban entre los 50 y los 80 dólares, lo mismo que cuestan los boletos para los siguientes conciertos que ofrece en Los Ángeles en los próximos días.

Esto representa una caída de un 75 % en el precio respecto a los 800 dólares que llegaron a costar en preventa, según datos de NBC.

Algunos internautas aseguraron incluso haber encontrado entradas de reventa por solo 20 dólares, llegando a compararlas con lo que cuesta un menú de McDonalds en EEUU. EFE

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