Tegucigalpa – Un nuevo hecho violento ocurrido en el interior de la máxima cárcel del país dejó al menos cuatro personas muertas, informó una fuente oficial.
Versiones preliminares establecen que tras una nutrida balacera en el Hogar tres del módulo Procesados II de la Penitenciaría Nacional de Támara, Francisco Morazán, dejó el lamentable saldo de cuatro internos asesinados.
Una fuente de las Fuerzas Armadas le confirmó a Proceso Digital que el cuádruple crimen fue perpetrado por un sicario que estuvo recluido en la celda de máxima seguridad y que recientemente había retornado a uno de los módulos.
Detalló que el victimario, identificado como José Rafael Vega Chinchilla, estuvo seis meses recluido en celdas de máxima seguridad, donde estaba confinado precisamente por ser un peligroso sicario.
Vega Chinchilla provocó la muerte de los cuatro reos, dijo Sánchez Aguilar, al tiempo que agregó que investigan cómo tuvo acceso al arma homicida.
Los reos muertos fueron reconocidos como: Nelson Joel Oliva, Salael Arcel Ordóñez, Rodolfo de Jesús Brevé y Melkin Umaña Moradel.
Las cuatro víctimas ingresaron al centro penitenciario, el pasado 3 de julio acusados de asociación ilícita, almacenamiento de armas de guerra y comerciales. Habían sido remitidos desde el Juzgado de Letras de Gracias a Dios.
El pasado 30 de julio asumieron sus cargos las nuevas autoridades del Instituto Penitenciario: el coronel Francisco Gálvez Granados y el comisionado Kennet Obdulio Sabillón Flores, como director y subdirector, respectivamente.
Sendos operativos en la cárcel de Támara, la semana anterior, dejaron el decomiso de decenas de televisores plasmas, combustible, mascotas, equipo de oficina, plantaciones de marihuana, herramientas para la construcción y armas hechizas.
La Penitenciaría Nacional ha estado en la palestra pública por la fuga masiva de internos en las últimas semanas, pese a los resguardos militares y policiales en el perímetro carcelario.