Bajo amenaza la biodiversidad única de las Islas del Cisne

Tegucigalpa (Especial Proceso Digital /Por Lilian Bonilla) – Islas del Cisne, “Como paisaje es uno de los más espectaculares por su aspecto singular, difícilmente observable en esta magnitud en otros lugares y con la riqueza de fauna que en ella se aloja. El sonido que emiten las olas al golpear contra estas formaciones rocosas y la propulsión del agua hacia arriba cuando las atraviesa como un géiser es un espectáculo natural”, reza un párrafo de la investigación -Análisis del Potencial de Desarrollo en Islas del Cisne- (Secretaría de Turismo y SERNA 2007).

El arrecife de las Islas del Cisne es considerado un “Punto de Esperanza” según la comunidad científica internacional, que lideró en su momento la renombrada doctora oceanógrafa Sylvia Earle.

Con estas dos referencias, Proceso Digital, inicia la descripción de la valiosa biodiversidad de las Islas del Cisne, un tesoro que se ubica en el noroeste del Mar Caribe, aproximadamente a 250 kilómetros de la costa de Honduras.

Este pequeño archipiélago comprende el Cayo del Pájaro Bobo (Booby Cay), de 92 metros de longitud, y dos islas separadas por un canal: la Isla Cisne Grande (Great Swan Island), de 3 kilómetros de longitud y 68 pies sobre el nivel del mar, y la Isla Cisne Pequeña, de 2 kilómetros y 78 pies sobre el nivel del mar. Juntas, las tres islas abarcan un área total de 410 hectáreas.

Su ubicación geográfica y su cercanía a importantes corrientes marinas, lo vuelven un punto clave para la conectividad entre las diferentes zonas del Caribe por lo cual es una zona crítica para la salud del océano.

La Isla del Cisne tiene una extensión de ocho kilómetros.

Incalculable riqueza natural

Mucho se está hablando de las Islas del Cisne, ya que es un tema que ha cobrado relevancia por la amenaza que representa la construcción de una cárcel de máxima seguridad en ese “paraíso ambiental” como lo describen expertos.

Por ello es importante conocer qué tanto representa esa belleza natural, que especies alberga y cuál es su importancia y el riesgo al que estas están expuestas.

Para iniciar las Islas del Cisne es la única área protegida oceánica que tiene Honduras, es un corredor biológico mundial de paso de megafauna, es decir las especies más grandes en el mar pasan por esta zona, y además es un sitio de producción pesquera; al acabar con ese sitio se impactarán todas las comunidades costeras, refieren expertos entrevistados por Proceso Digital.

En uno de los estudios realizados por un equipo multidisciplinario de la Secretaría de Recursos Naturales (SERNA) y la Secretaría de Turismo, investigó las áreas de botánica, avifauna, herpetofauna (reptiles y anfibios), ictiofauna (peces) y corales, así como paisajismo y zonificación.

Las Islas del Cisne están ubicadas en una zona de bosque húmedo tropical, con cuatro tipos de vegetación: playa y acantilados, herbácea, arbórea y lagunas.

Se identificó que las islas corresponden a un ecosistema semiárido, demostrado por la presencia del cactus Harrisia eriophora. Esto las sitúa dentro del sistema de islas semiáridas del Caribe, y se propone que sean consideradas una ecorregión aparte, aumentando de 9 a 10 ecorregiones en el país. Según el Sistema de Clasificación de Ecosistemas de la UNESCO, este ecosistema es único para Honduras. Asimismo, por su estatus único ha aumentado los ecosistemas de Honduras de 71 a 72.

En lo que es la avifauna, se destaca que hay unas 75 especies de aves, de estas las más representativas son el pájaro bobo café y patas rojas, además de las fragatas. Las islas albergan una especie endémica, la «Dendroica vitellina», y son un punto crucial para aves migratorias.

También se encuentran: Chimney Swift (Chaetura pelagica) vulnerable Vitelline Warbler (Setophaga vitellina), casi amenazada y endémica encontrada únicamente en las Islas Caimán y en Islas del Cisne. La subespecie Setophaga vitellina nelsoni se encuentra únicamente en las Islas del Cisne.

Al hablar de la Herpetofauna, algunos estudios registran al menos nueve especies de reptiles: seis saurios (iguanas y lagartijas), dos tortugas marinas (caguama y carey), y una serpiente. La caguama (Caretta caretta) y la carey (Eretmochelys imbricata), que son especies en peligro de extinción.

La Gaceta.

Mastofauna: se encontraron evidencias de un roedor similar a la Hutía de Islas del Cisne (Geocapromys thoracatus), especie endémica que se creía extinta. Se requieren estudios a largo plazo para confirmar su presencia.

Componente marino: se identifican 54 especies de peces características de ecosistemas coralinos y 29 especies de corales. La ausencia de urbanización y baja frecuencia de barcos ha permitido que el arrecife se mantenga en buen estado.

Además, cuenta con más de 25 especies de corales escleractinios, los cuales se encuentran protegidos bajo el Apéndice II de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES). Los expertos destacan que la salud de las colonias de los corales en Islas del Cisne es alta lo que es muy positivo tomando en cuenta la muerte de las especies coralinas que se registra en otras áreas costeras.

Los estudios científicos destacan que además hay otra megafauna marina crucial, incluidos tiburones como el tiburón del Caribe (Carcharhinus perezi), tiburón enfermera (Ginglymostoma cirratum) y el gran tiburón cabeza de martillo (Sphyrna mokarran).

Botánica: En la investigación de Desarrollo de Islas del Cisne se logró un inventario detotal de 73 especies de plantas divididas de la siguiente forma: 7 familias monocotiledóneas con 12 géneros y 12 especies, 30 familias dicotiledóneas con 53 géneros y 61 especies, además de esta se encontró una especie de helecho del género Pteris sp, que no había sido reportada en estudios anteriores, cabe mencionar que una investigación anterior reportó un total de 170 especies de plantas.

Otro punto que se destaca en cuanto a las riquezas naturales de las Islas del Cisne es que las diferentes calidades del suelo crean diversos paisajes, incluyendo suelos arcillosos, tierra vegetal, coral emergido y arena. Las zonas de coral emergido (ironshore) son espectaculares, formadas por arrecifes fosilizados que emergen debido a movimientos tectónicos.

El ministro de Ambiente, Lucky Medina.

¿Área protegida?

Con la controversia creada por el anuncio de las autoridades de Gobierno, por la construcción de la cárcel de máxima seguridad en las islas, también se ha sembrado la duda sobre si esta es o no un área protegida, ya que el propio ministro de Recursos Naturales, Lucky Medina, ha dicho que no es un área protegida.

El funcionario argumentó que unos de los decretos que habla de la protección de la zona no se publicó en el diario oficial La Gaceta, sin embargo, miembros de la Coalición Ambiental, refieren que eso es totalmente equivocado y lamentan que sea la propia autoridad de la Secretaría que debería dar protección a la zona, la que más bien insista en su destrucción.

Los expertos de la Coalición consultados, refirieron que para iniciar el documento estadístico más importante del país en materia de recursos naturales es el Anuario Forestal, emitido por el Instituto Nacional de Conservación Forestal (ICF), y en su versión más reciente del 2022 de esta misma administración incluye el área denominada – Abogado Agustín Córdoba Rodríguez (Isla del Cisne), en las Áreas protegidas legalmente declaradas. La declaratoria de este documento reconoce específicamente el Acuerdo Presidencial 3056-91 y Decreto legislativo 128-94

En este sentido se recuerda que, debido a la fragilidad de los ecosistemas presentes y la relevancia de sus características naturales, el Estado de Honduras declaró las islas como Parque Nacional Marino el 30 de octubre de 1991. La designación busca la conservación y sostenibilidad de sus recursos a través de actividades de investigación, educación ambiental y ecoturismo.

Es así que las Islas del Cisne forman parte de las 39 áreas protegidas prioritarias entre las 99 existentes en Honduras, destacando por su biodiversidad y singularidad ecosistémica.

LEER: UNAH advierte sobre riesgos sise construye una cárcel en Islas del Cisne

A oídos sordos, voces expertas alertan
destrucción de un refugio natural

Desde el inicio de toda la controversia por el denominado empecinamiento del Gobierno por la construcción de una cárcel en las Islas del Cisne, los expertos de diferentes áreas aclaran que no es en sí una oposición a la cárcel sino al lugar donde se quiere construir.

Es así que se cuentan aproximadamente 70 pronunciamientos públicos de diferentes sectores públicos y privados de voces técnicas, alertando que la construcción de dicho centro penal destruiría la riqueza natural del archipiélago que cuenta con protección incluso internacional.

La presidenta del Colegio de Biólogos de Honduras, Iliam Rivera en entrevista con Proceso Digital, destacó la singularidad del ecosistema terrestre único en Islas del Cisne; al tiempo que remarcó que según la UNESCO. «Este ecosistema tan único para nuestro país es un sitio que debe ser conservado y más estudiado».

En cuanto al ecosistema marino, las Islas del Cisne están rodeadas por un arrecife de coral que forma parte del sistema mesoamericano. Rivera resaltó la importancia económica y alimentaria de conservar este ecosistema, ya que muchas especies de peces cumplen un estadio de su ciclo reproductivo en los arrecifes de coral. Además, otras especies, como las tortugas marinas y los tiburones, utilizan el arrecife como sitio de paso y alimentación. Estas especies se encuentran en la lista roja de la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza), lo que indica su necesidad de protección debido a su valor.

Oscar Hernández, de la Coalición Ambiental.

Por su parte, el miembro de la Coalición Ambiental, ingeniero Oscar Hernández, dijo que «estamos llevando al matadero a 3,000 personas», al señalar que la ubicación propuesta actualmente está sujeta a sismos, lo que obligaría a diseñar una cárcel que soporte tales fenómenos, incrementando significativamente los costos.

La construcción en una isla con terreno arenoso, según Hernández, requiere pilotes de 12 a 16 metros de largo y el uso de prefabricados, además de un martillo hidráulico para su instalación. Esto, sumado a la altura promedio de la isla (3 a 6 metros), hace que la construcción sea insostenible y comparable a «la Torre de Pisa», con el riesgo de hundimiento y ladeo del edificio.

Hernández, cuestionó la necesidad del Estado de Honduras de invertir una cantidad exorbitante de dinero en este proyecto, considerando las muchas otras opciones disponibles. «Esa cárcel nos va a costar un millón (1,000,000), de lempiras por cada privado de libertad», afirmó, sin mencionar los costos adicionales de energía eléctrica, una planta de tratamiento de aguas negras y una planta desalinizadora de agua, cuyo mantenimiento y suministro de energía resultan muy caros.

«Estamos propensos a demandas internacionales por este tema», concluyó Hernández, instando al gobierno a reconsiderar su enfoque y tomar decisiones más responsables y sostenibles.

Por su parte, el también representante de la Coalición Ambiental, el ingeniero René Soto, manifestó su preocupación ante el proyecto de construcción de la cárcel en la isla, planeada para albergar entre 3,000 y 4,000 personas. Soto destacó que la carga ambiental que soportaría la isla sería inmensa.

El ingeniero René Soto.

«Estamos hablando de una isla que ha sido declarada Parque Nacional Marino, el único que tenemos, y una de las áreas protegidas más críticas debido a su vulnerabilidad e importancia científica y biológica,» explicó Soto.

Entre los desafíos logísticos, Soto mencionó la falta de agua en la isla. «Solo hay un pozo artesanal que, después de unos meses, se convierte en agua salada debido a la intrusión marina,» dijo. Con una población estimada de 2,000 prisioneros, se necesitarían aproximadamente 90,000 galones diarios de agua, lo que se traduce en 2.7 millones de galones mensuales, un requerimiento insostenible para la isla.

El impacto de la presencia humana y la producción de desechos sólidos también son preocupaciones. «Se producirán aproximadamente 100 toneladas de basura al mes. ¿Dónde se depositarán? ¿Se traerán a tierra firme o se tirarán al mar abierto? Esto podría generar conflictos internacionales si la basura llega a las costas de Belice, el Golfo de México o la Florida,» advirtió.

La falta de energía es otro problema. Se necesitaría instalar una planta de generación de electricidad a base de diésel, y las luces necesarias para la vigilancia nocturna afectarían negativamente a las poblaciones de aves y tortugas. «Las tortugas, que tienen la virtud de regresar a desovar donde nacen, serían confundidas por el espectro lumínico inmenso, al igual que muchas especies de aves,» indicó Soto.

Los expertos consultados hicieron énfasis en que los mejores técnicos y profesionales están dentro de la coalición, y están dispuestos a colaborar en la búsqueda de soluciones más sostenibles y económicas, ya que Honduras podría promocionar esta isla como un centro de investigación científica y cambio climático en lugar de construir una cárcel que sería dañina para el medio ambiente e insostenible por los altos costos y situaciones de vulneración a los derechos humanos. LB  

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