Miami, (EEUU) – Los diarios españoles y latinoamericanos tuvieron la semana pasada el profundo dilema de publicar o no en sus portadas unas fotos desgarradoras del atentado terrorista en Barcelona.
El diario “El País”, el de mayor circulación en España, no lo dudó y tras muchas consultas en la redacción publicó en primera página la extraordinaria foto de David Armengou, de la agencia de noticias española EFE.
Esta foto, que también fue portada en muchos otros diarios, mostraba los cuerpos recién atropellados en el suelo de la emblemática calle de Las Ramblas de Barcelona, tras ser arrollados deliberadamente por una furgoneta conducido por un terrorista islámico.
Catorce personas resultaron muertas, incluidos varios niños y más de 100 heridos, varios de ellos graves.
En las redes sociales, especialmente en Facebook, han llovido las críticas por la publicación de esa foto, alegando que es cruel e inhumana con los familiares de las víctimas y que no es ético.
Iñaki Gil, del diario “El Mundo” de Madrid, quien también la publicó en portada, ha escrito en un comentario de opinión que es lícito publicar fotos terribles de un atentado: “Se puede y se debe”.
Ante la lluvia de críticas, Gil alega que según este “sarpullido de escrúpulos”, los soldados que liberaron el campo de exterminio nazi de Buchenwald, donde fueron asesinados 56,000 personas, no deberían haber difundido las escalofriantes imágenes.
Un lector de ese diario, que se identifica como “Santanapower”, le replica:
“Si yo estuviera tirado en el suelo mal herido, no me gustaría ver a un retrasado grabándome agonizante en lugar de ayudarme. Después, encima lo publica sin mi consentimiento y mi familia tiene que verme en todos los medios, moribundo y sufriendo”.
Un lector que se identifica como “AVnenadurán”, escribe: “El respeto a las víctimas y sus familiares debería prevalecer”.
Periodistas y profesores de Periodismo salieron a defender el derecho a publicar ese tipo de fotos.
Miguel Ángel Quintana, profesor de Ética Periodística en la Universidad Europea Miguel de Cervantes de Valladolid (España), escribía en Twitter que había que publicar esas imágenes para mostrar “el horror del terrorismo”.
Pero Ana Pardo de Vera, directora del diario español en internet “Público”, pidió perdón a sus lectores por publicar las fotos más desgarradoras de Barcelona:
“En los primeros minutos del atentado, publicamos fotos sin tener en cuenta que mostraban el rostro o la identidad de las víctimas. Como directora de Público quiero pedir perdón en nombre de todo el equipo”, agrega.
Armengou es un fotógrafo profesional y se encontraba esa misma tarde del jueves pasado en Las Ramblas haciendo una sesión de fotos en un hotel cercano y escuchó la estampida de la furgoneta terrorista, haciendo eses en la vía peatonal, para atropellar al mayor número de personas.
“Salí del hotel y me encontré con todo”, haciendo referencia a las decenas de personas en el suelo, atropelladas.
“Mi mente se quedó en blanco, pero con cámara en mano y algo de mente fría. Quise plasmar lo que creía que era información a nivel mundial”, escribió posteriormente en su cuenta en Facebook.
La tragedia de Barcelona ha impulsado también otro debate sobre por qué se cuestiona el publicar fotos desgarradoras de lo sucedido en la ciudad catalana y se permite la difusión libre de lo sucedido con los refugiados sirios.
Javier Torres, en el sitio en internet “Actuall”, se pregunta porque se publicaron ampliamente las fotos del niño Aylam Kurdi, flotando muerto en una playa de Turquía, a donde había llegado con su familia huyendo de la guerra en Siria, cuando se cuestiona las fotos de niños muertos en Barcelona.