Así es El Corpus, el pueblo de los mineros perdidos en el túnel de la pobreza

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Tegucigalpa – Villa de Jerez de la Frontera de Choluteca, parte de ello, hoy es El Corpus fundado el 27 de julio de 1827, luego del descubrimiento de una mina denominada Clavo Rico en 1585.
 

La historia relata que desde los inicios la mina Clavo Rico alimentó la imprudencia y la codicia ligada al oro hasta llegar a la tragedia durante la excavación. Aun hoy día sus grandes vetas de minerales preciosos siguen siendo trascendentes. Un reflejo de ello es la mina Cerro del Sur.

Las leyendas e historias mágicas que rodean El Corpus, cuyo nombre está ligado a su descubrimiento en un jueves de Cristi, son muchas y realmente encantadoras.

Desde entonces la aparición de inmensos lagartos dorados hasta las catástrofes han bordeado la realidad de esta pequeña y empobrecida población del sur de Honduras.

Situado al este del departamento de Choluteca y su cabecera, El Corpus está ubicado en una altura, de donde se visualiza la planicie de la región. El Corpus está situado a 17.5 kilómetros de Choluteca.

El Corpus limita al norte con el municipio de Apacilagua; al sur con El Triunfo; al este sus límites se extienden hasta San Marcos de Colón y Concepción María y al oeste colinda con los municipios de Santa Ana de Yusguare y Namasigüe.

Esta colonial población tiene una extensión territorial de 233.9 kilómetros cuadrados. Allí se celebra el día de la Virgen de La Candelaria el 2 de febrero pero, también festejan a la virgen de El Rosario, a la que se le edificó un templo.

Los habitantes de El Corpus sobrepasan los 22 mil y el municipio cuentan con 16 aldeas y 170 caseríos.

La riqueza minera ancestral de El Corpus que llevó durante la colonia a la corona española a crear allí una caja real, contrasta con la inequidad en que viven sus pobladores que hoy, como los mineros soterrados, se ven obligados a la minería artesanal o a la pequeña minería como modos de subsistencia, una subsistencia lejana a la mínima dignidad.

Debido a sus tesoros, en El Corpus, la sistemática e irracional destrucción del medio ambiente, los daños irreversibles de la contaminación química por la minería y la deforestación por la extracción de madera han dejado huella. Los pobladores expuestos a enfermedades y con acceso limitado a servicios básicos.

Allí la industria artesanal del oro, no existe. Se trata nada más de mineros improvisados con buscan espacios de vida a través de la búsqueda de minerales preciosos. Lejos de ellos está la tecnología y las técnicas modernas y seguras.

Así, en este entorno, trascurre un momento crucial de la vida en El Hilón, San Juan Arriba, como se llama el lugar exacto donde los mineros están soterrados desde este miércoles por la tarde, en El Corpus, una localidad llena de historia y donde la pobreza y los tesoros se conjugan inexorable y dramáticamente.



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