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Ancelotti pierde crédito mientras se reabre el debate de la portería y el sistema

Madrid – La crisis que vive el Real Madrid está provocando una continua pérdida de crédito del italiano Carlo Ancelotti, que se encuentra con un debate reabierto en la portería y la presión popular para modificar su sistema, un 4-3-3 que ha dejado de funcionar y los rivales superan con facilidad.

De despedir el 2014 conquistando el mundo al proclamarse campeón del Mundial de Clubes y conseguir el triunfo 22 de una racha histórica que le acercaba al libro Guinness, sin rival que fuese capaz de frenar un fútbol veloz, de toque vertical y con gran pegada, el Real Madrid ha pasado a la peor crisis desde la llegada de Ancelotti.

La derrota ante el Schalke pudo dejar consecuencias mayores si no llega a producirse el pase a cuartos de final, pero deja las peores sensaciones de la ‘era Ancelotti’, un conjunto sin personalidad, con miedo a la derrota y desconfianza en sus virtudes. Un equipo partido en dos, con jugadores atacando en acciones individuales y el resto superados en facetas defensivas, siempre en inferioridad.

El pánico asomó entre la incredulidad de la afición del Santiago Bernabéu con lo que estaban viendo. Su paciencia se ha acabado. Hace tiempo tiene señalado a Iker Casillas, pitado desde las alineaciones por una minoría a la que se sumaron más aficionados tras sus errores en los tres primeros goles del Schalke.

Manos blandas y mala postura del cuerpo en el primero, un despeje donde nunca debe dejar el balón muerto en el segundo y estatua en el tercero. Bien es cierto que le dispararon siempre sin oposición, sin presión de los jugadores madridistas, pero el ambiente y su momento, que confesó en zona mixta se encuentra «sin la confianza de antes», provocan el regreso de un debate calmado esta temporada. Ante el Levante, el domingo, Ancelotti debe decidir si sienta a Casillas y da entrada al costarricense Keylor Navas. Con el riesgo de dejar señalado al capitán antes del Clásico.

La directiva espera decisiones del entrenador que provoquen la reacción. Cada partido en el que mantiene una fórmula que ha dejado de funcionar provoca que su crédito se rebaje. Ya nadie recuerda la Décima Copa de Europa y él sabe que su futuro en el club depende de conquistar Liga o Liga de Campeones, pero una derrota sin modificar la actual imagen en el Clásico del 22 de marzo podría acelerar un final inesperado.

Cinco derrotas y dos empates en quince partidos en 2015 pasaron de convertir en terrenal al Real Madrid y vulnerable para cualquier rival. Incluso ha sufrido en triunfos ante rivales de ‘otra Liga’. Por primera vez Ancelotti admitió que su equipo sufre un problema físico pero el mayor está en la táctica, la distancia enorme entre líneas, los espacios que aprovechan los rivales, la falta de solidaridad en el trabajo defensivo.

Desde que el técnico aseguró que Gareth Bale, Cristiano Ronaldo y Karim Benzema jugarán siempre, el argumento ha jugado en su contra. El madridismo se ha cansado de Bale, sin una sola noticia suya en los ocho últimos partidos en los que junto a su poca implicación defensiva se ha desatado una versión ofensiva que ni marca ni asiste.

Y exigen a su entrenador un cambio de sistema, reforzar el centro del campo donde Toni Kroos sufre cada encuentro con una nueva pareja de baile mientras regresa Luka Modric. La media hora del croata ante el Schalke fue de lo poco que se salvó en el conjunto madridista. Su entrada cambió el sentido del juego y el Real Madrid pasó a jugar con criterio, sin que le quemase el balón.

El plan de Ancelotti es aumentar a una hora su participación ante el Levante para que sea titular en el Clásico del Camp Nou. En defensa confía en que el regreso de Sergio Ramos ayude a cerrar problemas. Su liderazgo aumentará la tensión defensiva pero los errores que asoman al abismo al Real Madrid no son individuales, son de equipo y de sistema. La vuelta al 4-4-2 del que ahora reniega el técnico italiano, es irreversible.

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