Quito – América Latina tiene mucho por hacer en materia de accesibilidad, según la cofundadora del Consejo Iberoamericano de Diseño y Construcción Accesible, Sandra Esparza, quien reclama mejoras en este ámbito para toda la sociedad, no solo para las personas con discapacidad, pues nadie está libre de sufrir limitaciones de movilidad a lo largo de su vida, afirma.
«La accesibilidad no es un asunto exclusivamente arquitectónico, sino que depende de varias disciplinas e involucra a ámbitos como el urbanismo, el transporte o la tecnología», dijo la arquitecta ecuatoriana Esparza en una entrevista con Efe con motivo del Día Internacional de las Personas con Discapacidad, que se celebra hoy.
Esparza considera que las autoridades «no han tomado con absoluta seriedad el tema» y defiende que, además de asumir la eliminación de las barreras arquitectónicas, deben «exigir que toda obra nueva cumpla con principios de accesibilidad».
«Es imprescindible sensibilizar a las autoridades» e involucrar «a políticos y funcionarios, arquitectos, directores de planificación y obras públicas, ingenieros y contratistas, maestros de obra y albañiles. A todos los implicados en el quehacer de la obra pública o privada, para que la vean con ánimo de servicio», aseveró.
Esparza comenta que no solo las personas con discapacidad necesitan facilidades de accesibilidad, sino también mujeres embarazadas, personas con problemas circunstanciales de movilidad y ancianos, y subraya que la vejez está en el horizonte de todo ser humano.
«Nadie piensa que las personas, más tarde o más temprano, nos dirigimos a la tercera edad, no pensamos o no queremos percatarnos de que nuestros padres o abuelos están mayores, tampoco observamos el trabajo que les cuesta salvar pequeños obstáculos», indicó.
Es el momento, por ello, «de generar cambios positivos» con miras a construir «ciudades amigables para todos», agregó.
Especialista en accesibilidad y autora de un parque «accesible e incluyente» en la provincia occidental de Los Ríos, el primero de sus características construido en Ecuador, según afirma, Esparza cree que en su país los gobiernos municipales no piensan lo suficiente en la inserción laboral, el transporte o el turismo para personas con discapacidad.
Además, «esta faltando que las universidades impartan conocimientos de accesibilidad», añade al reclamar un mayor aprovechamiento de los avances tecnológicos y de las opciones que brindan instrumentos como internet, que «deben verse como herramientas al alcance de todos» para facilitar la investigación y optimizar los proyectos.
Existen carencias a la hora de «capacitarse con sentido de la responsabilidad, con sensibilidad», según Esparza, quien afirma que el transporte accesible «está por implementar» y que es necesario un mayor compromiso de las autoridades, las organizaciones de personas con discapacidad y la comunidad a la hora de trabajar en la eliminación de barreras.
Aunque reconoce el trabajo realizado en Ecuador por el exvicepresidente Lenin Moreno, actual enviado especial de la ONU sobre discapacidades, y por el vicepresidente del Consejo Nacional de Igualdad y Discapacidades (Conadis), Xavier Torres, para Esparza en el país «no se avanza con la celeridad que sería deseable».
«Muchas autoridades piensan que la accesibilidad es secundaria y que otros son los asuntos prioritarios», dijo al subrayar que en muchos casos «se da prioridad a obras que generan réditos políticos inmediatos, evitando el gasto en proyectos de accesibilidad que, bien gestionados, incluso serían de bajo costo y hasta pasarían desapercibidos».