Tegucigalpa. – Completamos con este artículo la serie de tres entregas relacionadas con la migración. Hoy no se necesita mucho más para emigrar a un país más atractivo que “el más pobre natal”, con toda la familia desde su hogar habitual. Por eso vemos con más frecuencia que antes, unidades familiares enteras, empacando lo poco, algo o mucho que tienen, y hasta endeudándose financieramente por varios años más allá de sus posibilidades reales, para entrar en la ruta migratoria y cruzar fronteras.
En este contexto se confirma el acertado pensamiento de AMLO, Andrés Manuel López Obrador, actual presidente de México, cuando dijo: “La mejor política exterior para emigrar es la interior” …. y su afirmación abre otra interrogante: ¿Cumple AMLO eso que dice para su México lindo y querido? Dejo a criterio de cada lector de este escrito la respuesta a esa pregunta –en privado y sólo para sí.
Para entender mejor el artículo de Jorge Ramos que he comentado como parte de mis dos entregas anteriores, sugiero al lector que ya trabaja de alguna forma en el tema Migratorio, que estudie, con espíritu crítico, 6 artículos que ya había producido Jorge Ramos. Por razones de espacio, solo identificaré a continuación cada uno por su título: “Más sobre Opinión”; “El arte de la entrevista”; “Cómo nace una dictadura”; “La absurda idea de cerrar la frontera”; “México no es un país pacífico» y “Votar en dos países”.
Lo que sucede actualmente en migración no lo puede parar Estados Unidos. Tampoco los muros que supuestamente complican o frenan la migración. Ni más demógrafos y trabajadores sociales, expertos en fronteras. Y mucho menos los militares con todas su logística, tecnologías y armas de guerra, o los políticos con nuevas leyes más estrictas para irse del país natal. Nada de eso detiene a una mujer que huye de la violencia que predomina en su hogar y que lo torna más vulnerable a sus hijos por la inseguridad que existe en las calles del barrio donde reside. Ni tampoco deja de emigrar por las exigencias que enfrenta la familia pobre que necesita médicos para mantener sanos a sus menores y a los varios adultos enfermos que ya tiene. Ni tampoco se puede parar al opositor político que por estar amenazado de muerte por los mismos agentes de la seguridad estatal de su gobierno “protector”, a no perder la vida y verse obligado a irse de su país en secreto, y como indocumentado. Ni al nacional, hoy de clase media, que quiere un futuro mejor para su esposa e hijos, sin tener que repetir el montón de carestías que sufrió antes de ser mayor de edad.
A continuación, doy datos demográficos que al presente explican la emigración existente, también la forzada, usando de contexto-eje el envejecimiento de la población. En el lapso de 2015-2050, el porcentaje de los habitantes del planeta, mayores de 60 años, casi se duplicará, en el 2050 pasando del 12% al 22%. En el año 2020, el número de personas de 60 años o más superó al de niños menores de cinco años. En 2050, el 80% de las personas mayores en el planeta vivirá en países de ingresos bajos y medianos. El ritmo de envejecimiento de la población es ahora mucho más rápido que en el pasado.
Guerra electoral en los Estados Unidos
El presidente Joe Biden y el ex-mandatario Donald Trump están al presente en una casi empatada guerra electoral para demostrar cada uno es más fuerte que “el otro”. Las fronteras de los Estados Unidos es el nuevo campo del forcejeo. En tal enfrentamiento, sorprende no lo que dice Trump –a quien ya le conocemos por su historial anti-inmigrante- sino el cambio que ha dado Biden.
Trump dijo hace poco en sus redes sociales: “Cuando yo sea su presidente, inmediatamente sellaré la frontera y detendré la invasión, y el primer día vamos a comenzar la más grande deportación de ilegales criminales en la historia de Estados Unidos”. Esta declaración de intenciones coincide con la de un ex-presidente, que sí separó a miles de niños de sus padres, y que en el 2015 dijo que los inmigrantes mexicanos eran “criminales” y “violadores”.
Pero lo que hace brincar ahora es cuando Biden se pone en el mismo plan de Trump. Aunque primero, hay que reconocer que, tal y como prometió, Biden envió al Congreso estadounidense en su primer día como Presidente del país un plan para legalizar a millones de indocumentados. Aunque eso lo hizo sabiendo que no pasaba de ser un gesto simbólico; puesto que en el Congreso gringo él no tenía los votos necesarios para aprobar lo propuesto. Lo que suena fuera de lugar es que ahora sea Biden quien dice que “la frontera es un caos” y que estaría dispuesto a “cerrar la frontera”.
Biden, claramente, se siente obligado a hacer algo drástico. De lo contrario, puede perder la reelección. La frontera, lo dicen las encuestas, es una de las principales preocupaciones en la agenda prioritaria de los votantes. Por eso está considerando agregarle fuertes restricciones al derecho de los migrantes al solicitar asilo cuando entran a los Estados Unidos. Es muy posible que una acción ejecutiva como esa, suceda más temprano que tarde, y sea rechazada por las cortes judiciales, entre ellas, la Suprema de EUA y las cortes especializadas. Pero si eso sucede, políticamente Biden podría decir que hizo todo lo posible para controlar la frontera. Y así, quedarse en la Casa Blanca 4 años más.
Conclusión
Y cierro con una sentimental y acertada declaración de Ramos: “Siento, tristemente, que hemos perdido (por ahora) el debate migratorio. Hace algunos años todavía se hablaba de legalizar a 10 millones de indocumentados – que al presente superan los 14 millones– y de tratar dignamente a los que entran. Entre los indocumentados se encuentran ya internamente en Estados Unidos los dreamers o Soñadores, unos 28 mil de origen hondureño—que hasta hace poco estaban a punto de regular su situación migratoria. Ya no”.
“Sigo creyendo que, a la larga, Estados Unidos hará lo correcto, que legalizará a los que llegaron después de mí y seguirá siendo ese mismo país, generoso, que me dio la bienvenida en 1983. Pero hoy, a veces, no lo reconozco”.