Tegucigalpa – Aquellos errores y vicios que el partido Libertad y Refundación (Libre) tanto denunció cuando era oposición -madrugones legislativos, opacidad o imposición de leyes sin debate- hoy se repiten bajo su mandato, con mayor frecuencia y desparpajo.
Y el rostro más visible de esta contradicción es el presidente del Congreso Nacional, Luis Redondo, quien antes prometió encabezar una era de transparencia y lucha contra la corrupción.
Este Congreso Nacional, que ha sido calificado por diversos sectores —incluyendo organizaciones de sociedad civil, oposición, analistas independientes y hasta algunos de sus propios integrantes como “el peor de la historia”, ha acumulado un historial de irregularidades: escasas sesiones, impuntualidad crónica, ausencia de registros claros y decisiones tomadas en la madrugada, a espaldas de la ciudadanía.
La práctica de legislar en la penumbra, los llamados madrugones, fue duramente criticada en el pasado por el propio Luis Redondo, quien tachaba dicha práctica de antidemocrática e inmoral. No obstante, bajo su presidencia, el Congreso se ha convertido en un experto en repetir; y para muchos, superar aquellas mismas prácticas que antes atribuían al Partido Nacional.

Leyes bajo la sombra de este Congreso
Uno de los ejemplos más emblemáticos fue la aprobación del Presupuesto General de la República 2025, por un monto de 430,907.8 millones de lempiras, aprobada la noche del 5 de febrero.
Le siguieron otras decisiones relevantes, todas envueltas en la sombra: la ampliación del Estado de Excepción sin consulta ni debate; la aprobación de 18 adendas a contratos de la ENEE, que supuestamente generarán un ahorro de 20 mil millones de lempiras; y la polémica adhesión a la Corporación Andina de Fomento (CAF), realizada sin el procedimiento legislativo adecuado, pero que ahora sirve de base para nuevos endeudamientos.
A todo esto, se suma el reciente intento de aprobar, nuevamente en horas de la noche, la controversial Ley de Justicia Tributaria, pese a no contar con los votos necesarios. Una ley que ha sido fuertemente cuestionada por sectores empresariales, sociales y políticos, no solo por su contenido, sino por la forma en que se intenta imponer.
Paradójicamente, figuras como Luis Redondo y otros dirigentes de Libre, que en el pasado condenaban estos procedimientos, ahora los justifican o, peor aún, los normalizan. Redondo ha llegado a tanto que tras la aprobación del Presupuesto él mismo dijo que no descartaba que vinieran más madrugones.

Vigilantes
Frente a este panorama, los diputados de oposición, que tampoco quedan libres de responsabilidad por sus ausencias en el hemiciclo, enfrentan el reto de mantenerse vigilantes. Abandonar sus curules puede ser interpretado como complicidad o negligencia, dejando a la población sin representación real en decisiones trascendentales.
La diputada suplente del Partido Salvador de Honduras (PSH), Claudia Ramírez, consultada por Proceso Digital al respecto, expresó su firme rechazo a la práctica de aprobar leyes durante la madrugada sin previo debate ni participación ciudadana, una dinámica que ha generado creciente preocupación entre sectores políticos y sociales.
“Como diputada y más aún como ciudadana, me siento comprometida con los valores democráticos. Considero lamentable y profundamente preocupante que se sigan aprobando leyes en horarios impropios, sin discusión pública ni transparencia”, manifestó Ramírez.
La legisladora señaló que estos denominados madrugones legislativos —término que incluso ha sido adoptado por los propios actores políticos— vulneran el derecho del pueblo a conocer, debatir y fiscalizar los actos del poder público. “Son una herencia de un viejo modelo autoritario que el partido Libre, cuando estaba en la oposición, criticó duramente por ser parte de una cultura antidemocrática que hoy se repite bajo su conducción o con su anuencia”, subrayó.
Para Ramírez, legislar “a escondidas del pueblo” representa una contradicción ética y política inadmisible. “La oscuridad de la noche no debe ser aliada del poder, sino límite de la conciencia”, afirmó.

Luis Redondo “un oportunista” que avala prácticas que antes criticaba
Por su parte, diputado del Partido Liberal, Marlon Lara, cuestionó duramente al presidente del Congreso Nacional, Luis Redondo, por su respaldo a iniciativas legislativas que, según él, son aprobadas de forma inconsulta y perjudicial para la economía del país. Lara lamentó que Redondo, quien en el pasado se presentó como crítico de esas prácticas, ahora las respalde sin reservas.
“Son varios los casos donde han aprobado leyes en madrugones, y lo más difícil de todo esto es que Luis Redondo era un gran crítico de esas cosas antes. Lo que antes era malo, ahora él dice que es bueno”, expresó el parlamentario liberal.
Lara, en entrevista con Proceso Digital, se refirió en particular al intento de aprobar la Ley de Justicia Tributaria en la oscuridad de la noche, un proyecto de ley que —a su juicio— pone en riesgo a la empresa privada y a la generación de empleo, al no haber sido sometido a un verdadero debate. “Es una ley que destruye la empresa privada. La generación de empleo necesita profundo análisis, y él quería meterla solo con la bancada de Libre”, denunció.
Para el diputado liberal, la actitud de Redondo revela una transformación preocupante. “Ahora se está prestando a ese tipo de cosas y demuestra que lo que él mostraba antes era una imagen falsa. Detrás de eso está una persona oportunista, que no tiene principios y que con tal de estar pegado al poder no le importa llevarse de encuentro a su departamento que lo eligió”, afirmó.
Lara advirtió que las decisiones que está tomando el oficialismo, con el respaldo de Redondo, provocarán la pérdida de miles de empleos en el país. “Todo lo que antes criticaba que era malo en los cachurecos, él lo hace igual o peor, y ahora dice que es bueno”, concluyó.

Libre ha superado de forma negativa lo que criticaba
El diputado del Partido Nacional, Nelson Márquez, también consultado por este medio, lanzó duras críticas contra el oficialismo al asegurar que el partido Libertad y Refundación (Libre) ha superado “con creces” todo lo que antes criticaba, pero en sentido negativo, al imponer su agenda política mediante tácticas que —según dijo— recuerdan a las empleadas por regímenes autoritarios de izquierda en América Latina.
“Libre actúa al más claro estilo de la izquierda radical, que cuando no logra alcanzar los votos en cualquier circunstancia, busca la manera de imponerse por la fuerza. No lo han superado en positivo, sino en negativo”, expresó.
Márquez afirmó que el oficialismo está consciente de que ya no cuenta con la confianza del pueblo hondureño ni de sectores claves como la empresa privada, los medios de comunicación y hasta gobiernos amigos. “Por eso recurren a amañar procesos en el Congreso Nacional”, denunció.
Uno de los ejemplos que citó fue la polémica adhesión de Honduras a la Corporación Andina de Fomento (CAF), la cual calificó de ilegal debido a que, según él, no cumplió con el debido proceso legislativo. “Todo Honduras sabe que fue una situación ilegal”, agregó.
Asimismo, cuestionó la manera en que se aprobó el presupuesto general y las adendas a contratos de energía, calificando la jornada como “otro madrugón” impulsado por el oficialismo. También expresó preocupación por la iniciativa que llamó “ley de extorsión tributaria” (Ley de Justicia Tributaria), que, a su juicio, busca amordazar a la empresa privada para que no brinde apoyo a ningún sector opositor al gobierno.
El congresista nacionalista llamó a sus compañeros diputados de oposición a mantenerse firmes y presentes en las sesiones del Congreso Nacional. “La vacuna a corto plazo es que los diputados estemos permanentemente en nuestras curules. Y la vacuna a mediano plazo la tiene el pueblo hondureño el 30 de noviembre, cuando le diga a Libre: nunca más”, sentenció.
En términos generales no solo la oposición o grupos organizados, sino también los ciudadanos comunes lamentan que, en lugar de marcar un cambio hacia la transparencia y el respeto institucional, esta legislatura parece decidida a reeditar los peores capítulos del pasado. Pactos de impunidad, imposiciones oscuras y retrocesos democráticos amenazan con dejar una huella profunda y negativa en la historia del Congreso Nacional de Honduras. LB