Tegucigalpa – La Iglesia Católica de Honduras inició hoy su tiempo de Adviento y pidió a la población tener el corazón libre de placeres y preocupaciones.
Así lo manifestó el arzobispo de Tegucigalpa, José Vicente Nácher durante la homilía dominical.
El Adviento 2024 comenzó este domingo 1 de diciembre y se extenderá durante los cuatro domingos previos a la Navidad: 1, 8, 15 y 22 de diciembre.
Este tiempo litúrgico nos invita a la reflexión, la esperanza y la preparación espiritual para celebrar el nacimiento de Jesús, dijo el religioso.
En ese sentido, exhortó a tener el corazón dispuesto para el nacimiento del Hijo de Dios.
Velad y orad para discernir los engaños del mal y rechazarlo con valentía. Iniciamos el Adviento elevando nuestra mirada llenos de confianza en el amor de nuestro Señor Jesucristo.
Sabemos que habrá luchas, pero en ellas venceremos porque estamos con Cristo, el tiempo de Adviento se hace con María y José, ellos son los primeros peregrinos que salen de Nazaret para llegar a Belén.
“Ellos bajo las adversidades del camino, caminan con alegría porque algo les dice en su interior que a quien buscan ya camina con ellos, así también a nosotros nos enseña que al mismo tiempo que caminamos hacia Belén, Dios nos acompaña”, reflexionó.
Apuntó que si tenemos a Jesús ¿quién contra nosotros?
A continuación Proceso Digital reproduce la lectura del día tomada del santo Evangelio según San Lucas
Lc 21, 25-28. 34-36
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Habrá señales prodigiosas en el sol, en la luna y en las estrellas. En la tierra, las naciones se llenarán de angustia y de miedo por el estruendo de las olas del mar; la gente se morirá de terror y de angustiosa espera por las cosas que vendrán sobre el mundo, pues hasta las estrellas se bambolearán. Entonces verán venir al Hijo del hombre en una nube, con gran poder y majestad.
Cuando estas cosas comiencen a suceder, pongan atención y levanten la cabeza, porque se acerca la hora de su liberación. Estén alerta, para que los vicios, con el libertinaje, la embriaguez y las preocupaciones de esta vida no entorpezcan su mente y aquel día los sorprenda desprevenidos; porque caerá de repente como una trampa sobre todos los habitantes de la tierra.
Velen, pues, y hagan oración continuamente, para que puedan escapar de todo lo que ha de suceder y comparecer seguros ante el Hijo del hombre. (RO)