Tegucigalpa (Especial Proceso Digital /Por Lilian Bonilla) – Todo parecía aclararse en el panorama en torno a la precandidatura deRixi Moncada, cuando su “Rixineta” iba viento en popa por toda Honduras, de conversatorio en conversatorio, donde ya de tanto practicar la sonrisa le iba saliendo natural, pero la seriedad volvió a su rostro al ser nombrada ministra de Defensa y con ello las críticas y dudas.
-Rixi Moncada enfrenta cuestionamientos sobre nepotismo y favoritismo en Libre.
-Libre, politiza las Fuerzas Armadas e impone una candidatura que no termina de cuajar.
Desde que el 21 de abril, en un mitin político, disfrazado de conversatorio, Rixi Moncada, aseguró que ella sería quien continuaría el camino de la refundación; se le ha visto como la delfina oficialista.
Moncada transitaba en proselitismo y con toda su artillería recorría el país, y en medio de tanto entusiasmo, en conferencia de prensa, anunció en aquel momento que el domingo 8 de septiembre de 2024, en el campo las Galeras del departamento de Santa Bárbara, haría oficial su precandidatura a la presidencia de la República de Honduras, representando a LIBRE.
Vestidos y alborotados se han quedado sus simpatizantes, porque la pausa ha sido larga luego del giro inesperado que dio su campaña al ser nombrada ministra de Defensa, aun cuando la misma presidenta con anterioridad había pedido la renuncia de todo funcionario que quisiera entrar al ruedo político. Pese a su figuración política desde la institución castrense y de sus salidas con la presidenta para participar en inauguraciones de obras en la que la gobernante la postula y avala.
Intentos por levantar su perfil
Pese a ser Rixi Moncada, una de las figuras más destacadas de Libre y de haberse desempeñado en varios cargos clave en la administración actual, y ser la ungida de los Zelaya-Castro, siempre se dijo que su simpática o carisma político no le alcanza para una precandidatura y posterior candidatura.
Por ello según el análisis de politólogos consultados, en la actual administración le han apostado a levantar el perfil de la presidenciable de muchas maneras, primero mostrándole su respaldo desde las esferas del poder, después la nombraron miembro de la comisión negociadora para la instalación de la Comisión Internacional contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras (CICIH), por ser esté uno de los temas más populares, donde ella tomaría protagonismo, pero ese intento fracasó.
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Luego su nombramiento como ministra de Defensa, la pone nuevamente en un escenario muy visible, pero a la vez polémico y entonces ya se cuestiona si estos acontecimientos deterioran o fortalecen la imagen de Moncada como precandidata presidencial.
A este tema los analistas responden que el nombramiento de Rixi Moncada como ministra de Defensa mientras se mantiene como precandidata en el partido Libre plantea preguntas serias sobre conflictos de intereses y la posibilidad de que el liderazgo del partido y el gobierno estén promoviendo prácticas de nepotismo. En un contexto político sensible como el de Honduras, este movimiento no solo genera críticas desde la oposición, sino también tensiones internas en Libre, donde no todos ven con buenos ojos la candidatura de Moncada.
Pese a que Moncada suspendió, en apariencia, su campaña para asumir el cargo de ministra de Defensa, su rol político sigue presente a través de la propia presidenta Xiomara Castro, quien en múltiples actos públicos sigue haciendo referencia a su precandidatura. Esto plantea un dilema ético y político, ya que la presidenta está empleando su posición oficial para beneficiar a una candidata en particular, lo que refuerza la percepción de un favoritismo oficialista a favor de Moncada, incluso mientras esta se encarga de liderar la Secretaría de Defensa.
Conflicto de intereses y el aval para compras directas
Solo el hecho de su nombramiento como ministra de Defensa para muchos es más que un conflicto de interés y ético y va más allá porque también es ilegal, y si a ello se suma el Decreto que le da amplias facultades para hacer compras directas en las Fuerzas Armadas es un mal ejemplo que le sigue restando puntos a la precandidata quien justifica que las compras directas son legales y necesarias.
La diputada y precandidata presidencial del Partido Liberal Maribel Espinoza dijo a Proceso Digital que «la precandidata oficialista da un mal ejemplo, y debe elegir entre su cargo y su campaña». “Ella tiene que tomar una decisión: o se mantiene como ministra de Defensa y renuncia a su candidatura, o renuncia al Ministerio de Defensa y sigue con su precandidatura presidencial”, enfatizó Espinoza.
Espinoza sostuvo que la doble función de la precandidata es “un acto no apegado a la ética por conflicto de interés” y añadió que es además ilegal debido a que, como miembro activo de las Fuerzas Armadas, la ministra no puede aspirar a una candidatura presidencial.
La diputada también criticó los procesos de contratación directa que se han implementado bajo la gestión de la precandidata en el Ministerio de Defensa, señalando que estas prácticas son “un mal ejemplo”.
Para Espinoza, la figura de la precandidata “se debilita frente al pueblo” al dar pie a prácticas de contratación directa que, en su opinión, se han asociado históricamente con la corrupción en el país. “Las compras directas en el pasado han sido sinónimo de corrupción y son arbitrarias”.
En su opinión, esto representa un abuso de poder, incompatible con los principios democráticos. “Ella (Rixi), no está mostrando respeto por la ley, sino todo lo contrario, y eso es arbitrario y antidemocrático.
Espinoza también criticó que la presidenta Xiomara Castro, haga propaganda a favor de la precandidata, aunque dijo no es extraño porque su gobierno responde a intereses familiares más que a los del propio partido.
Por su parte, la socióloga Julieta Castellanos, criticó las recientes decisiones del Ejecutivo, porque las compras de emergencia y los estados de excepción son medidas extraordinarias que deben responder a catástrofes naturales o situaciones críticas, como terremotos, inundaciones o pandemias. Sin embargo, aseguró que el país se encuentra actualmente en un estado de excepción “ilegal”, debido a que el Congreso no ha aprobado los últimos decretos.
Castellanos, también cuestionó las actividades que involucran a la candidata oficialista, afirmando que estas no han generado los resultados esperados en términos de simpatía pública. “Vemos un abuso de autoridad”, expresó, refiriéndose a la participación de las Fuerzas Armadas en tareas como cortes de cabello, revisión médica y entrega de alimentos, trabajos que para ella corresponden a otras instituciones y no a los cuerpos de defensa nacional.
La socióloga en entrevista con Proceso Digital, considera que estas acciones no solo representan un uso inapropiado de los recursos del Estado, sino que también contribuyen a crear una imagen negativa de la candidata, ya que “se perciben como las mismas prácticas de campañas políticas anteriores, usando los fondos públicos para campañas electorales”. Castellanos señaló que, a pesar de los esfuerzos del oficialismo, el nivel de aceptación popular hacia la candidata aún no alcanza niveles óptimos, lo que podría afectar sus aspiraciones en las próximas elecciones y hay versiones que ella ha bajado en las encuestas.
Finalmente, en sus declaraciones, Castellanos reiteró que la vinculación de las Fuerzas Armadas en actividades sociales donde se ve a la precandidata en tareas de limpieza de cabeza y oídos de los niños son para ganar simpatías, pero eso no va con la institución castrense y hay pérdida de confianza porque refleja una alineación cuestionable con el gobierno de turno, lo cual, según Castellanos, “refuerza una percepción de autoritarismo y abuso de poder”.
Competencia desleal
Ya es sabido que hay competencia desleal cuando personas o empresas de un mismo mercado no pueden competir en igualdad de condiciones y es justo lo que pasa en el caso de los candidatos del Partido Libertad y Refundación ya que la precandidata considerada la favorita de la familia presidencial cuenta con todo el apoyo y las facilidades que le da el poder, por ello la mayoría de movimientos internos –Fuerza de Refundación Popular (FRP), el Movimiento 28 de Junio (M28), Movimiento Más (Somos+) y el Movimiento Pueblo Organizado en Resistencia (POR)- han preferido doblegarse y unirse al no ver posibilidad de competencia, señalan los analistas.
Es por el favoritismo que tiene la candidata que las reacciones adversas dentro y fuera del partido han comenzado a hacer mella en la imagen de Moncada. A pesar del respaldo de la alta dirigencia de Libre, su candidatura no logra captar el apoyo popular esperado.
Esto ha dado pie a teorías que incluso indican que Moncada podría ser sustituida por otro candidato si no logra consolidarse como la opción viable del partido para las próximas elecciones. En este sentido, algunas especulaciones señalan que incluso el propio Manuel «Mel» Zelaya podría tomar la delantera.
El diputado Rasel Tomé, consultado por Proceso Digital afirmó que el partido Libertad y Refundación (Libre) participará en las próximas elecciones primarias dentro del marco que establece la Ley Electoral, asegurando que en su movimiento ya están reestructurando planillas, recogiendo firmas y organizándose a nivel nacional.
“Estamos trabajando el proceso como lo establece la ley, preparando candidatos a alcaldes, alcaldesas, diputados y diputadas”, señaló Tomé.
No obstante, Tomé reconoció que su lucha es “una batalla de David contra Goliat”, ya que, según dijo, enfrenta tanto a las estructuras estatales como a la estructura del propio partido. Aseguró que su movimiento busca ser “una nueva alternativa dentro de Libre”, distanciándose de algunas decisiones del sector oficialista del partido. “Nosotros lo hemos dicho, no acompañamos algunas de esas decisiones”, agregó.
No es ningún secreto que Moncada ha sido apoyada públicamente por figuras influyentes dentro del círculo presidencial, lo cual ha provocado una serie de acusaciones sobre una predilección que pone en tela de juicio la transparencia en el partido y la percepción es se pretende pasar del «clan Zelaya» a un «clan Moncada», consolidando un linaje político que monopoliza todo.
La situación se complica con la reciente autorización que Moncada ha recibido para realizar compras directas en el Ministerio de Defensa, para muchos, esta autorización especial no solo representa un riesgo para la institucionalidad militar, sino que es un peligroso precedente de uso discrecional de los recursos públicos en un período preelectoral.
En conclusión, de analistas del tema político y social el caso de Rixi Moncada representa un reto para la ética política y la transparencia en Libre. La percepción de un conflicto de intereses podría ser la mayor amenaza para su candidatura, y si el partido no logra manejar la situación con equilibrio, podría enfrentar mayores divisiones internas y el descontento de sus bases y un mayor deterioro de la figura de la precandidata quien no es naturalmente carismatica.LB