Washington.– El Tribunal Supremo de Estados Unidos abrió este lunes su nuevo periodo de sesiones en el que abordará casos sobre armas, derechos de menores transgénero o pornografía, aunque también podría tener un importante papel en las posibles disputas que surjan de las elecciones a la Casa Blanca.
Como marca la ley, el periodo de sesiones empezó hoy, el primer lunes de octubre, y se extenderá durante nueve meses.
La composición del tribunal, con una mayoría de seis jueces conservadores frente a tres progresistas, ha favorecido que en los últimos años la jurisprudencia estadounidense se inclinase hacia posturas más alineadas con el Partido Republicano del expresidente y candidato presidencial Donald Trump.
En el anterior periodo, por ejemplo, el tribunal afirmó la inmunidad penal de un presidente en el ejercicio de sus funciones, un caso que ha impactado en varios procesos abiertos contra Trump.
Este martes los magistrados escucharán los argumentos del primer caso relevante del periodo, que dirime el derecho del Gobierno a restringir las conocidas como ‘armas fantasma’, artefactos caseros que no se pueden rastrear al no requerir número de identificación.
Otros casos programados para estos próximos meses incluyen un litigio surgido de una ley de Tennessee sobre el derecho de los estados a prohibir el tratamiento médico para jóvenes transgénero con disforia de género, algo que podría extenderse a otros estados conservadores.
Asimismo tendrán sobre la mesa la demanda de México contra las empresas de armas de Estados Unidos a las que acusa de ayudar al tráfico ilegal de armas. El Supremo deberá decidir si la demanda puede proceder en los tribunales estadounidenses.
También decidirán sobre una ley de Texas que requiere que los sitios webs de pornografía verifiquen la edad del usuario.
Además de estos casos, en este nuevo periodo, los jueves tendrán que abordar los posibles litigios electorales de emergencia surgidos de los comicios del 5 de noviembre, que pueden ser clave para decidir al vencedor entre el exmandatario Donald Trump y la vicepresidenta demócrata Kamala Harris. EFE/ir