Tegucigalpa (Especial Proceso Digital) – Los rostros del maltrato se invisibilizan entre los niños, niñas y adolescentes, sólo cobran vida cuando salen a la luz pública sus historias y denuncias de abuso.
En el 2018 un mapeo sobre los centros de menores que existen en el país arrojó un dato de 354 organizaciones a cargo de más de siete mil menores. Uno de ellos, era la casa hogar “Corazón a corazón”, cuyo director hoy es investigado por denuncias de abuso, maltrato y el delito de trata.
Prófugo de la justicia, la casa de abrigo es apenas un reflejo de la urgencia de investigar la situación de las casas hogares de menores en el país, ante la ausencia de reglas claras para su operación y vigilancia.
De enero a abril de 2023, cerca de 3,489 niños, niñas y menores fueron objeto de vulneraciones y apenas un 2.3% fueron objeto de protección. A la fecha se carece de un registro nacional de menores en casas hogares o instituciones de cuido, pues los últimos registros que existen datan del año 2016.
La falta de supervisión de las casas hogar y los estipendios que otorga el gobierno sin un seguimiento adecuado en cuanto a su uso y destino, ha sido caldo de cultivo para que se desconozca a ciencia cierta cómo operan estos centros, unos bajo los principios de ayuda y abrigo a la niñez y adolescencia desprotegida, pero otros, operan como centros de explotación y abuso de menores ante el silencio cómplice de los gobiernos y de la indiferencia social. Los rostros del maltrato se invisibilizan y sus casos no se ven.
Uno de esos casos es la casa hogar “Corazón a corazón” a cargo de su director Óscar Bernardo Serrano Barahona, a quien el Ministerio Público acusa de delitos de trata de personas en la modalidad de trabajo forzado, violación continuada y otras agresiones sexuales, así como trata de personas en la modalidad de adopción irregular y aborto en su grado de ejecución de tentativa inacabada.
Serrano Barahona, creó el centro “Corazón a corazón” a mediados de los años noventa, pasado el huracán y posterior tormenta tropical Mitch, como un centro de abrigo para menores. La casa hogar “Corazón a corazón” tiene su filial en Estados Unidos en donde personas generosas otorgan sus donativos, sin conocer que la historia detrás de ese hogar era de maltrato y abuso para las personas que albergaba.
Óscar Serrano, “Tío”, pastor y abusador
De acuerdo con el requerimiento fiscal del Ministerio Público en poder de Proceso Digital, las acusaciones contra Serrano están sustentadas por testimonios de las víctimas, niños, niñas y adolescentes que relataron los abusos que fueron objeto.
Serrano Barahona, prófugo de la justicia al detectar que estaba siendo investigado por la fiscalía hondureña, se hacía pasar como pastor evangélico y visitaba a las comunidades remotas de la localidad de Tegucigalpita, carretera a Corinto, en Omoa, Cortés, donde convencía a humildes padres de familia, pobres y necesitados, para que les dieran a sus hijos para cuidarlos en la casa hogar. Les decía que incluso podía conseguirles a sus hijas matrimonio en los Estados Unidos. Serrano Barahona posee nacionalidad estadounidense al casarse con una ciudadana de ese país que falleció hace unos años.
Los testimonios ofrecidos a la fiscalía indican que Serrano celebraba a las niñas menores sus 15 años con bombos y platillos y reclutaba a las que le gustaban a su casa para hacer labores de servidumbre, pero en el fondo, era para abusar de ellas y mantenerlas intimidadas indicándoles que, si hablaban, se las iba a desquitar con su familia o sus otros hermanos menores.
Con el tiempo, la casa hogar “Corazón a corazón” daba fruto con sus donaciones procedentes del exterior, y el pastor Serrano construyó una escuela bilingüe en Puerto Cortés—donde residía—denominada “Mary Frenter Bilingual School”, que lleva el nombre de una de sus socias fundadoras: Mary Frenter; también una clínica médica y una finca de café. Las investigaciones de la fiscalía señalan que las propiedades adquiridas bajo el paraguas de la casa hogar, están a nombre de Serrano y no de “Corazón a corazón”, menos de la fundación que en Honduras la representa.
La denuncia contra la casa hogar “Corazón a corazón” la llevó hasta la fiscalía y la hizo pública la Asociación por una Sociedad más Justa (ASJ), quien en comparecencia pública detalló uno a uno el modus operandi de Serrano al amparo de esta casa hogar que lo menos hacía era ayudar a niñas, niños y menores en riesgo.
Una “villa de niños” maltratados y abusados
La ASJ manifiesta que la casa hogar “Corazón a corazón” se hacía llamar también como la “villa de los niños” y señalaba que el 90% de cada dólar donado, lo dedicaba a ayudar a los niños en su orfanato.
Pero los relatos en poder del Ministerio Público revelan otra cosa. Menores que pasaron por ese centro de abrigo relatan que fueron forzados a extensas horas de trabajo en la finca de café de Serrano, quien se hacía llamar también como “El tío”, y quien promociona el café a 10 dólares, sin que los donantes o compradores se imaginen que detrás de ese café existen horas de trabajo infantil forzado.
Otros relatos indican que las jornadas de labores a las que los sometía eran más de nueve horas, bajo la modalidad de “castigo”, y muchos comentaron que fueron participes en la construcción del centro escolar bilingüe que opera en Puerto Cortés.
En el caso de las niñas, los relatos son más escalofriantes. Una de ellas, según el requerimiento fiscal, relata que “siendo altas horas de la noche, mientras ella dormía entró a su habitación el imputado, quien le puso su pene en la cara y lo empezó a frotar en ella, cuando se despierta lo mira a él con su miembro erecto frente a su cara, y éste al salir, le hace señas para que no diga nada”. En otra ocasión, la siguió hasta donde se guardaba la ropa, la agarró por detrás, le quitó la ropa “y la penetró vaginalmente” y la amenazó que no debía contar nada porque sus hermanos pagarían las consecuencias.
Otro testimonio señala que el pastor Serrano embarazó a una de las jóvenes, la hizo abortar, pero no tuvo éxito, entonces le consiguió una visa temporal, la llevó a Estados Unidos para que tuviera al bebé, al cual después obligó a que lo diera en adopción y luego la trajo de vuelta a Honduras, sin su bebé, ultrajada y humillada. Ello ocurrió en el 2012.
Según la ASJ cada caso en contra de Serrano ha sido probado y existen evidencias documentales sobre cómo se apropió de los bienes de la casa hogar “Corazón a corazón”, indicaron que la fachada de la casa hogar le permitió granjearse simpatías en la región de Cortés, entablar contactos con poderosos locales y obtener así impunidad para sus actividades de delito de trata y abusos.
La casa hogar “Corazón a corazón” emitió un escueto comunicado negando las acusaciones en contra de Serrano y destacando la buena reputación que el colegio bilingüe, tiene en la zona, así como la clínica y la plantación de café. Lo cierto es que Serrano está prófugo, un tribunal de justicia libró una orden de captura, y algunas de las personas que son testigos en su contra han tenido que ser protegidos y desplazados de la zona donde residen por amenazas contra ellos y sus familias.
Los abusos cometidos por Serrano en contra de las menores han valido para que sea tipificado como un delito de trata, además de otras agresiones sexuales. En el requerimiento fiscal del Ministerio Publico se detallan otros casos de abusos cometidos por “El tío”.
La ASJ señaló que en la fase final de la investigación ha tenido el apoyo de la Secretaría de la Niñez y que cuando llegaron al centro hogar “Corazón a corazón”, encontraron 35 menores de los 70 que aseguraba el orfanato que tenían. Piden a las autoridades policiales dar protección a los menores y a sus familias, mientras el Conadeh ha indicado que pidan la extradición de Estados Unidos del pastor Óscar Serrano Barahona.
La necesidad de autorregular las casas hogar o de abrigo que existen en Honduras es uno de los desafíos que tiene el Estado y el gobierno de Honduras para identificar y prevenir los posibles abusos, señala la ASJ, cuya propuesta es acompañada por organizaciones humanitarias defensoras de la niñez.
El caso de la casa hogar “Corazón a corazón” es un ejemplo de cómo ante la desatención del Estado a los centros de menores públicos y privados que debe regular y supervisar, los niños, niñas y adolescentes corren el riesgo de caer en redes delictivas ligadas a redes de trata y otros delitos que los vuelven doble víctimas: el maltrato que son objetos en sus hogares, las amenazas de maras y pandillas, y el riesgo de enfrentarse a redes criminales organizadas como la trata para lucrarse, explotarles y abusarles en sus derechos humanos y en su intimidad y privacidad. (PD)