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Tomorrowland. La Honduras del mañana.

Por: Pedro Gómez Nieto

Imaginemos que pudiera ver el futuro y lo que viera asustara. ¿Cómo les convencería? Si pudiera meter la información en la mente de todos para que reaccionen, ¿cómo responderían ante la posibilidad de un desastre? No harían nada. A cada momento tienen la posibilidad de mejorar el futuro, pero no lo creen, y no hacen lo necesario para hacerlo realidad. Vimos el iceberg, advertimos al Titanic pero siguieron a toda máquina hacia su destino”.

Es parte de un diálogo de “Tomorrowland”, película de ciencia ficción del 2015. La historia muestra la inminente destrucción de la humanidad partiendo de la “profecía autocumplida”, concepto que utilizo en mis artículos para fundamentar la manipulación social y política que soportamos. Tenemos una crisis alimentada por una oposición de políticos fracasados y conspiradores induciendo en la opinión pública, nacional e internacional, la percepción de que vivimos en un Estado fallido, tratando que se materialicen sus deseos. El tiempo se les acaba y están nerviosos. Nada les sale como planearon.

No solo le muestran a la gente el fin del mundo, sino que les repiten la idea una y otra vez hasta que la aceptan como inevitable”, explica Frank, protagonista de la película. En otra escena Casey, coprotagonista, le dice a su padre: “Te contaré una historia. Hay dos lobos que siempre están peleando. Uno es la oscuridad y desesperación. El otro es la luz y la esperanza. ¿Cuál ganará? El que tu alimentes”. A eso se reduce todo, a dejarnos manipular por esta caterva de políticos fracasados.

Timadores de feria que empeñaron su palabra asegurando que ocurrirá lo que de ellos no depende ni tienen capacidad para que suceda. Desinflado el timo de la Ley Magnitsky, ahora tenemos montado el show del advenimiento del Departamento de Justicia en el carro de fuego del profeta Elías, para llevarse a JOH a la Corte de NY. Única forma de incendiar el Estado de derecho y asaltar el poder. Decía Pierre Lemaitre: “La manipulación tiene mucho en común con el robo. Se necesita preparación y especialistas para realizarlo”. Quieren robarnos la esperanza para apoderarse de nuestro futuro.

Muestras del nerviosismo lo observamos en las últimas aportaciones a la política vernácula del honesto exrector. Difunde un documento del CCEPL imponiendo sus candidatos al TJE y CNE, sin consensuarlos con la bancada, pero amenazándola para que apoye su decisión. Cuando entiende que los diputados ningunean su autoridad retira a los candidatos porque “el proceso está viciado”. Rancio comodín donde esconder su falta de liderazgo. En rueda de prensa critica el viaje de JOH a Washington e Israel: “Viajes improvisados e imprevistos. A mi cuando me invitan a un cumpleaños lo hacen con 7 días de antelación”. Su soberbia le obnubila el entendimiento, comparando su vida social con las responsabilidades de un jefe de Estado. Cierra su verborrea ante los medios responsabilizando a JOH por la sequía que padecemos. ¡Guau!

El mago de OZ ha reducido al Partido Liberar al tamaño de Lilliput, convirtiéndolo en una grillera donde cada facción grilla su propia melodía. Subido al pedestal de sus principios y convicciones, nunca se equivoca. Soberbia supina. Como los liberales no entiendan pronto qué tipo de “iluminado” tienen al frente del partido, lo descubrirán en los próximos comicios. ¿Prestigio? Por debajo del nivel del embalse Los Laureles, y puede empeorar si en la Corte de NY se produce un resultado similar al timo “Ley Magnitsky”.

Al final de “Tomorrowland”, antes de desactivarse la androide Athena le dice a Frank: “El problema de borrar un sentimiento malvado es encontrar con que sustituirlo. Por eso necesitamos soñadores, aquellos que jamás se rinden, que alimentan al lobo correcto, son los que formarán el futuro que todos queremos”.

Nuestro futuro no pasa por votar a políticos defensores de delincuentes que llaman “presos políticos”, en agradecimiento porque les hicieron el mandado. Saqueadores que incendian edificios, que apedrean los carros de honrados trabajadores. Comandos revolucionarios que bloquean las carreteras para debilitar la economía. La Honduras del mañana no se construye con hipócritas subidos al pedestal de la honestidad, apareciendo en los medios, nacionales        y extranjeros, defecando sobre la patria, ofreciéndose al pueblo como                  papel higiénico para limpiar la porquería que esparcen. Honduras necesita #UnidadyEsperanza.

“Necesitamos soñadores, aquellos que jamás se rinden, que alimentan al lobo correcto, son los que formarán el futuro que todos queremos”.Tomorrowland-

                                                                                                   PG. Nieto

                                                                                                   Asesor y Profesor CISI.

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