Tegucigalpa- En el marco del Día Mundial de la Libertad de Prensa, en Honduras no hay que celebrar ya que sigue catalogado como uno de los países más mortíferos para el periodismo, según lo destaca el informe de Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa de Reporteros sin Fronteras (RSF), edición 2024.
La puntuación de Honduras es de 146/180 o 38 catalogada como una situación muy grave.
–Sin libertad de prensa no hay libertad y sin libertad no hay derechos humanos: Alice Shackelford.
-Debemos encontrar soluciones que no limiten de ninguna forma la libertad de prensa», subrayó el magistrado Díaz
“La prensa hondureña vive un lento descenso al infierno desde hace más de una década, tras el golpe de Estado de 2009. El país sigue siendo uno de los más mortíferos para el periodismo en el continente americano, lo cual crea un clima de autocensura y miedo en la prensa”, anota de forma textual el informe.
El mismo documento, resalta que, con la concentración de medios en manos de políticos, empresarios y grupos religiosos, el sesgo informativo es palpable.
En ese sentido se señala que la actividad de los periodistas independientes tiene dificultades para sobrevivir sin publicidad o se ve amenazada por las solicitudes constantes de funcionarios al derecho de réplica.
Contexto político sigue igual
Según lo publicado por RSF las elecciones presidenciales de 2021 dieron la victoria a la candidata de la izquierda opositora Xiomara Castro, del Partido Libre, poniendo fin a una década en el poder del Partido Nacional, después de tres mandatos presidenciales.
Se enfatiza que la llegada al poder de la primera mujer presidenta generó muchas expectativas por su agenda de derechos humanos. “No obstante, los periodistas se enfrentan a retos similares a los que encaraban con gobiernos anteriores: discursos denigrantes de los nuevos funcionarios, el rechazo al acceso a las fuentes informativas a periodistas no afines al gobierno y la falta de protección contra las amenazas”.
Código Penal una amenaza para la libertad de prensa
En otro apartado el documento, indica que la tasa de impunidad, en un país gangrenado por la violencia del crimen organizado y por la corrupción, es una de las más elevadas del continente.
Adiciona que se emprenden regularmente acciones judiciales abusivas contra los periodistas y las penas de prisión por difamación son habituales. Algunas veces, van acompañadas de la prohibición de volver a ejercer el oficio. El nuevo Código Penal, aprobado en 2020, contiene artículos liberticidas, en especial, la penalización del derecho de manifestación y reunión.
Estos cambios también afectan a toda la cadena informativa, al imponer multas y prisión no solo a periodistas, sino a quienes reproduzcan sus escritos. “El código viola estándares internacionales de derechos humanos y constituye una amenaza para la libertad de prensa”.
En este tema se pronunció el magistrado Mario Diaz, quien reconoció que el Código Penal no debe convertirse en una amenaza para la libertad de prensa.
En ese sentido, el togado destacó la necesidad de que el Estado busque formas de evitar que las sanciones contempladas en el Código Penal se conviertan en una amenaza para la libertad de prensa.
Enfatizó la importancia de buscar mecanismos que permitan regular la profesión periodística sin que ello afecte la libertad de expresión.
«Debemos encontrar soluciones que no limiten de ninguna forma la libertad de prensa», subrayó el magistrado Díaz. Si bien reconoce la importancia de las regulaciones, también enfatiza que los derechos no son absolutos y que es necesario encontrar un equilibrio que garantice tanto la protección de los derechos individuales como el ejercicio libre y responsable del periodismo.
Sin libertad de prensa no hay DDHH
Durante la conmemoración del evento de libertad de prensa auspiciado por la Unión Europea, la representante de las Naciones Unidas (ONU), Alice Shackelford, destacó que “sin libertad de prensa, no hay libertad, y sin libertad no hay derechos humanos”.
Por su parte, el embajador de la Unión Europea Jaume Segura, manifestó que es importante asegurar el entorno seguro para los periodistas en Honduras, al tiempo que remarcó que lastimosamente es uno de los países más inseguros para ejercer la profesión del periodismo, donde los periodistas pagan con su vida.
La periodista Thelma Mejía, destacó que avanza aceleradamente la restricción al derecho de información y eso limita el ejercicio de la prensa e instó a los periodistas defender este derecho porque de lo contrario se limitan otros derechos y se incrementa la corrupción.
Periodistas también enfrentan un contexto de inseguridad y bajo nivel económico
La edición 2024 de Reporteros Sin Fronteras en su evaluación de libertad de prensa también reflejó que Honduras es uno de los países menos igualitarios de América Latina.
Refirió que la utilización de la pandemia para despedir a periodistas o bajarles el salario hasta en un 40 % ha degradado aún más el bajo nivel económico que sufren los trabajadores de la prensa. Asimismo, se indica que no hay un control de los abusos de los medios hacia sus empleados.
De igual forma los periodistas y los medios comunitarios – sobre todo los que reportan sobre narcotráfico, crimen organizado, megaproyectos, polarización social y violencia contra las mujeres – son agredidos con regularidad, y son el blanco de campañas de acoso e intimidación, persecución, amenazas de muerte o exilios forzosos.
En la mayoría de los casos, las agresiones y actos de violencia contra la prensa son cometidos por las fuerzas del orden, en especial por parte de la policía militar y el ejército, según el informe.
Otro punto que retomó el informe es que el país cuenta con un mecanismo de protección, pero este carece de presupuesto y de personal con experiencia, lo que impacta en la implementación de las medidas y pone en grave vulnerabilidad a los beneficiarios.
A escala mundial, se impone una constatación: la libertad de prensa está amenazada por los mismos que deberían ser sus garantes: las autoridades políticas. De los cinco indicadores que conforman la puntuación de los países, el indicador político es el que más desciende en 2024, con una caída de 7,6 puntos, según revela la nueva edición de la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa elaborada por Reporteros Sin Fronteras (RSF).LB