Tegucigalpa (Especial Proceso Digital) – Un informe de la Oficina de Asuntos Internacionales de Narcóticos y Aplicación de la Ley, del Departamento de Estado de Estados Unidos, señala las limitaciones en el combate de la lucha contra las drogas en Honduras, entre ellas la corrupción, al tiempo que advierte el avance en el cultivo de las plantaciones de coca desde hace una década, siendo las regiones de Colón y Gracias a Dios, los principales epicentros.
Publicado en marzo de 2022, el informe de país, indica que el cultivo de coca a pequeña escala se ha descubierto periódicamente durante al menos una década. Las fuerzas de seguridad hondureñas están encontrando y destruyendo cada vez más campos de coca y los laboratorios ubicados junto a ellos.
“No hay suficiente información para evaluar la calidad de la hoja que se cultiva o la pureza de la cocaína producida”, cita el documento al indicar que Honduras sigue siendo un país de tránsito clave para la cocaína y los precursores químicos destinados a los Estados Unidos que se utilizan para producir drogas ilícitas.
Durante los primeros nueve meses de 2021, el gobierno de Honduras informó haber incautado 14.2 toneladas métricas (TM) de cocaína, cuatro veces más que todas las incautaciones en 2020, pero los desafíos siguen siendo muy grandes, resalta el informe.
La incautación más de 14.2 toneladas métricas de cocaína, reportadas en los primeros nueve meses de 2021, superan con creces las 3.4 toneladas incautadas en 2020 y las 2.2 toneladas incautadas en 2019, y la mayoría se produjo en operaciones antidroga hechas en tierra, pues las operaciones por mar y aire presentan serias limitaciones para las autoridades del país, se advierte.
JIOC, instancia de alerta antidroga
Los esfuerzos de la lucha antidroga con los operadores de justicia y las fuerzas del orden, como la policía, los militares y fiscales son destacados por el Departamento de Estado de Estados Unidos, a través de un Centro de Operaciones Conjuntas Interinstitucionales (JIOC), por sus siglas en inglés, de reciente creación integrado por civiles y militares hondureños con los cuales se coordinan las alertas relacionadas con el tráfico y las operaciones antidroga, señala el informe.
A estos esfuerzos se suman la colaboración entre las Direcciones Antidrogas, la Policía de Fronteras y las Fuerzas Especiales de la Policía Nacional de Honduras, todas apoyadas por Estados Unidos, país que ve con preocupación como las zonas de Gracias a Dios y Colón, en el atlántico y caribe hondureño cobran fuerza en el protagonismo del tránsito y producción de droga. Otra zona que les preocupa también es el insular departamento de Islas de la Bahía.
“Las unidades antinarcóticos civiles y militares aumentaron las operaciones conjuntas durante 2021, realizando una operación conjunta de 45 días en Colón y Gracias a Dios y otra operación de varias semanas en las Islas de la Bahía. Las autoridades hondureñas no incautaron fentanilo durante este período”, destaca el reporte del país, al indicar que erradicaron aproximadamente 30 hectáreas de coca y destruyeron siete laboratorios de base de cocaína durante los primeros nueve meses de 2021 en comparación con 40 hectáreas y 11 laboratorios durante el mismo período de 2020.
De acuerdo a las cifras oficiales del país, en el 2021 las fuerzas del orden incautaron más de 531mil arbustos de plantaciones de hoja de coca, y en lo que va del 2022, las incautaciones registradas son de un poco más de 447 mil arbustos de hoja de coca.
Las plantaciones de arbustos de coca para ser procesados como pasta que da paso a la cocaína, no solo se centran en Colón y Gracias a Dios, también se han encontrado cultivos en Olancho, Intibucá, Santa Bárbara, El Paraíso y Cortés, entre otras regiones. Casi todas estas incautaciones van acompañadas de presuntos narco laboratorios, una evidencia del florecimiento que el negocio de la producción de pasta de cocaína está teniendo en el país.
Las modalidades más usadas
De acuerdo a la Dirección de Inteligencia Nacional, el cultivo de la marihuana junto a los arbustos de cocaína se registran por casi todo el territorio nacional en los últimos años, y según sus registros, el tráfico de drogas por el territorio es de un 10% por ciento, siendo el trasiego por alta mar y la vía aérea, las dos modalidades más usadas por los traficantes, en vista que los niveles de interdicción de las autoridades no son tan efectivos por limitaciones presupuestarias y de logística que presentan.
La droga procedente de Suramérica a Norteamérica, en especial Estados Unidos, es transportada escondida en submarinos, lanchas, avionetas o contenedores, señalan los reportes oficiales de los cuerpos que luchan contra el narcotráfico y sus diversas modalidades. La droga se mueve, principalmente, por vía marítima, a través de lanchas rápidas, y en ocasiones usan a pescadores artesanales para su traslado.
Según el reporte antidrogas, el problema de la corrupción en el país es una limitante fuerte para un combate más efectivo de la narcoactividad, combinada con las bajas tasas de recaudación de impuestos que impide una mayor inversión en recursos para trabajos de combate más intensos y efectivos.
El reporte es claro en indicar que el gobierno no tiene toda la capacidad para rastrear los vuelos sospechosos que transportan droga y se trabaja con Estados Unidos en acciones conjuntas más efectivas para tener información y actuar en las incautaciones en suelo aéreo y marítimo.
En cuanto a la corrupción, señala que, si bien no es política del gobierno fomentar o facilitar la producción de drogas ilícitas, la corrupción sigue estando muy extendida en instituciones públicas y privadas e impide los esfuerzos de interdicción y enjuiciamiento. Las autoridades, hasta ahora, solo han podido llevar a los tribunales a enjuiciamiento a algunos policías, militares y miembros del gobierno de “bajo nivel”.
Destaca que, si bien unidades dentro del Ministerio Público trabajan en la lucha contra la corrupción pública, sus acciones se ven limitadas por la falta de recursos. El problema de la corrupción genera impunidad y ésta favorece a su vez, debilita las instituciones y crea problemas de gobernanza y seguridad, que, a la larga, incide en las causas que provocan la migración, advierte el informe.
Honduras es considerada un territorio clave en la ruta del narcotráfico y avanza en todas sus modalidades: tránsito, consumo, producción y comercialización, acciones que han venido deteriorando la institucionalidad y el Estado de Derecho al comprobarse su penetración también en la política mediante el financiamiento ilícito de campañas. (PD)