Lima – La pandemia ha desolado también las salas de redacción en Perú, donde 108 periodistas han muerto por la covid-19 en diez meses, la cifra más alta a nivel mundial, lo que revela el drama de los trabajadores de primera línea ante la enfermedad y la informalidad que afecta gravemente a los medios peruanos.
Son datos recopilados por la Asociación Nacional de Periodistas del Perú (ANP), que buscó cuantificar el daño de la enfermedad en el gremio desde que la covid-19 se adueñó de las noticias y convirtió a los periodistas en trabajadores esenciales desde marzo del año pasado para reportar el avance del virus desde cada rincón del Perú.
La primera ola de contagios, entre marzo y septiembre pasados, llevó a Perú a convertirse en el país con la mayor mortalidad relativa a su población en el mundo, un trágico récord que se replicó también en esta actividad.
«Hay casos muy conocidos, que las familias los han hecho públicos, pero nosotros siempre preferimos enfocarlo por los números que, per se, ya son impactantes porque Perú en este momento es el país que tiene más periodistas muertos por covid en el mundo», reveló a Efe la secretaria general de ANP, Zuliana Laines.
La representante del gremio, con 11.500 afiliados, agregó que confrontaron la información con «la Federación Internacional de Periodistas, que también llevan el registro a nivel país, y Perú es el país que tiene más casos, cuando teníamos 92».
«En este momento, tenemos 108 casos a nivel nacional por covid confirmado», remató.
EN PRIMERA LÍNEA
La ANP ha reunido la información de sus bases en 109 provincias para comprobar el deceso de 108 periodistas desde el 1 de abril del año pasado hasta el 1 de febrero último, la mitad de los cuales fallecieron en pleno ejercicio de su actividad profesional.
«De estos 108, nosotros tenemos 54 casos confirmados que fueron en ejercicio periodístico, que hasta el día antes de caer con síntomas, en clínica o que se hicieron una prueba, 54 de ellos estuvieron haciendo trabajo periodístico, estuvieron cubriendo en calle, en la primera línea», indicó Laines.
Por su parte, «los otros 54 es contagio comunitario por algún miembro de la familia que estuvo mal, o que estuvieron haciendo teletrabajo, pero se contagiaron saliendo al supermercado», entre otras circunstancias, añadió.
El primer deceso por el ejercicio profesional ocurrió en el norte del país y se trató de «un colega al que la familia hasta el final le costó aceptar que era covid, luego nos enteramos que toda la familia también estaba contagiada», recordó Laines.
IQUITOS ENTRE REGIONES MÁS GOLPEADAS
El 80 % de los fallecidos vivían en regiones diferentes a Lima, la capital que concentra el mayor número del millón de casos del país, y la ciudad más golpeada para los periodistas ha sido la selvática Iquitos, donde en el peor momento «en una semana fallecieron seis colegas», expresó la secretaria ejecutiva de la ANP.
Además, los periodistas de Iquitos vivían con «el impacto emocional» del deceso de sus compañeros y sentimientos encontrados pues «no querían salir a cubrir porque tenían miedo, pero sentían la responsabilidad de tener que salir a cubrir (las noticias)».
En el alto número de periodistas fallecidos han coincidido una serie de factores como el hecho de que muchos reporteros no contaban con los equipos de protección, eran mayores de 65 años o ejercían la profesión de manera informal, sin estabilidad laboral ni seguridad social alguna.
PRECARIZACIÓN DEL PERIODISMO
«Nuestros colegas en regiones viven del día a día, si no salen, no comen prácticamente muchos de ellos», señaló Laines.
Aproximadamente un 70 % de los periodistas en Perú, que laboran en forma independiente, «no se pueden jubilar porque están condenados a trabajar hasta el último día de su vida, eso te explica por qué gente que está arriba de los 65 años están en la calle en medio de una pandemia, cubriendo en primera línea», afirmó.
«Ese nivel de precarización es lo que hoy se refleja en los números», explicó la representante.
En la amazónica Iquitos, el periodista Hertz Hemeryth, de 72 años, se ha infectado dos veces por la covid-19 y en la primera ola vio morir por el virus a su tío Víctor, comunicador como él y quien lo introdujo en la radio cuando era un escolar.
Hemeryth recordó haber pasado en el 2020 «siete meses sin tener una atención médica, sino gracias a los amigos médicos que nos atendían, no solamente con sus diagnósticos, sino también con regalos de medicinas para tratarnos».
DEPRESIÓN ANTE LA MUERTE
Con el cierre de su programa en el canal Selva TV, por falta de pago de sus anunciantes, así como le pasó a otros compañeros en muchos espacios en otros medios, «nos hemos sumergido en la depresión, en la tristeza, y muchos colegas de mi edad han caído enfermos hasta ahorita, otros han muerto», relató a Efe.
«A mí me ha afectado, sí, psicológicamente me ha afectado, más todavía cuando me reinfecté el mes pasado. Pero la segunda vez ha sido más suave. La primera sí me tumbó», recordó el veterano periodista con más de 40 años en la profesión.
La crisis económica que ha dejado la covid en regiones como Loreto, de la que Iquitos es capital, hacen inviable la actividad de los periodistas independientes, pues concesionar un espacio en la televisión les cuesta 800 soles (222 dólares), pero cumplir con hacerse una prueba molecular puede llegar a costar otros 600 soles (166 dólares) en esa ciudad.
EMPRESAS DESCONOCEN VÍNCULOS LABORALES
La desatención hacia los profesionales de la información se ha producido tanto en medios públicos, como privados, tal como señala Laines al asegurar que han habido casos en que han intentado desconocer el vínculo laboral con los periodistas, tras su muerte por covid.
Llegó un momento en que la cadena estatal «TVPerú tenía 150 trabajadores contagiados y cuando fallece un corresponsal en Iquitos, Manuel Sánchez Cobos, que había sido corresponsal más de 10 años, el canal se intenta desatender del caso, pero fue tanta la presión que, al final, tuvieron que asumir que era un trabajador», contó Laines.
De forma similar, el canal privado Panamericana Televisión perdió a un trabajador histórico del medio, Mario Bucana, «pero el canal se resistió a reconocer sus derechos», añadió.
SIN PRIORIDAD EN VACUNACIÓN
A pesar de que los periodistas fueron incluidos como trabajadores de los sectores esenciales en el país, en un decreto emitido en marzo del año pasado, no están considerados como prioridad en la vacunación contra la covid-19, que empieza este martes en Lima.
«Un periodista que está completamente expuesto al virus, con la cifra más alta de periodistas caídos con covid en el mundo, pero no estamos ni siquiera en la segunda fase de vacunación», se quejó.
La ANP ha creado un bono de salud, de 500 soles (138 dólares), para sus afiliados con el fin de ayudarlos a comprar medicamentos u oxígeno cuando lo requieren, pues a pesar de solicitar la atención del gobierno, ésta no ha llegado hasta el momento.
«Ha sido la única salida que hemos encontrado en medio de una situación que ha sido desgastante porque hemos esperado un montón la atención del Estado y no ha llegado nunca», expresó Laines. JP