El paro de los taxistas obligó a muchos trabajadores a caminar para llegar a sus centros de trabajo y a varios centros de enseñanza pública y privada a suspender sus actividades académicas.
La protesta se suspendió antes de que las autoridades procedieran al desalojo por la fuerza.
Los taxistas demandan el pago de un subsidio de al menos 2.300 lempiras ofrecido por el Gobierno en compensación por las constantes alzas a los precios de los combustibles.
El pago de este subsidio le representaría al Estado una erogación anual de entre cinco y ocho millones de lempiras anuales.
El Poder Ejecutivo envió la semana anterior al Congreso Nacional el decreto de aprobación del subsidio, para su discusión y aprobación.