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El Madrid no pudo tomar aire en el Camp Nou, como en los dos años anteriores

Barcelona – Un año más el Real Madrid deseaba adquirir en el Camp Nou un balón de oxígeno que le pudiese dar mucha moral, si su suerte seguía las pautas que guiaron a la entidad madridista las dos anteriores temporadas, pero al final acabó perdiendo por 2-0.
 

Por tercer año consecutivo, el Real Madrid se acercaba al Camp Nou como víctima propiciatoria ante un Barcelona que estaba escrito en algún sitio que, más que una gran noche, dejaría fuera de combate a su histórico rival, como así sucedió, ya que entre ambos se abre una brecha de doce puntos.

Como ya venía siendo una tradición en los últimos años, la entidad madridista deseaba encontrar en el Camp Nou su balneario particular. Fue hace dos años, cuando todo parecía predestinado para una goleada, pero un empate a tres goles fue el punto de inflexión que permitió a los madridista iniciar su camino hacia el título, cuando podrían haber quedado descolgados a ocho punto del líder, el Barcelona.

Pasó también el año pasado, en diferentes circunstancias, pero con un escenario parecido, en el que el Barcelona tenía todo a su favor para, con una victoria, casi alcanzar al Real Madrid como líder y atacar la primera posición en siguientes jornadas.

Este año el objetivo en Can Barça era doble: por una parte la afición pedía una revancha por el 4-1 encajado en la temporada anterior, en el partido del Bernabéu que el Barça hizo el pasillo de campeón a su rival, y uno más deportivo por el que apostaba el conjunto de Josep Guardiola, que no era otro que asestar un duro golpe y dejar al Madrid a doce puntos cuando sólo se han jugado quince jornadas.

Al final sólo uno de los dos objetivos deseados por el barcelonismo se pudo satisfacer, ya que venció 2-0, pero el golpe que dio fue letal, al dejar a su máximo rival en la decimoquinta jornada de la Liga a 12 puntos. La situación de desahuciado que padecía el Madrid continuará una jornada más a la espera de tiempos mejores.

La premonición lanzada por algún jugador del Madrid antes de saltar al Camp Nou en el calentamiento («¡Vamos! ¡Nadie cree en nosotros!», dijo un madridista a sus compañeros) deberá esperar una semana más para cambiar de signo.

La revolución que inició el Madrid hace unos días con el cambio en el banquillo, con el fichaje de Juande Ramos y la destitución de Bernd Schuster, también deberá esperar más tiempo para consolidarse.

Juande Ramos, que tenía en el Camp Nou un estadio maldito, suma un nuevo tropiezo y ya son ocho partidos seguidos con derrota, después del primer encuentro en que visitó el feudo barcelonista, cuando era técnico del Rayo y venció por 0-2.

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