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Bush comienza un viaje de adiós a América Latina dominado por la economía

Washington.- El presidente de EE.UU., George W. Bush, comienza mañana viernes una visita de tres días a Perú para participar en la cumbre de la APEC, en lo que será un viaje de despedida a América Latina dominado por la economía
 

El viaje, salvo una visita sorpresa a Irak o Afganistán no descartable, será en principio también el último de Bush como jefe de Estado.

Y, sin embargo, la visita presidencial tendrá un carácter relativamente anodino. A diferencia de otros viajes anteriores, Bush, ya de completa salida y bajo la sombra de su inminente sucesor, Barack Obama, se limitará a acudir a Lima para la cumbre y no añadirá otras etapas a su viaje.

En principio, el mandatario estadounidense tampoco se reunirá en la capital peruana con más líderes latinoamericanos que el presidente del país anfitrión, Alan García.

Según Charles Freeman, del Centro de Estudios Internacionales y Estratégicos (CSIS), «no se puede decir precisamente que la política latinoamericana de la Administración Bush haya sido un éxito», por lo que hubiera sido difícil para este presidente «hacer la vuelta Olímpica» en América Latina.

Quien sí añadirá más etapas latinoamericanas a su viaje es la primera dama, Laura Bush, quien antes de reunirse con su marido en Lima el viernes se detendrá en Panamá para la presentación de una alianza entre ese país y EE.UU. para la lucha contra el cáncer de mama.

Bush, que llegará a la capital peruana este viernes, viaja con una agenda sobre todo económica.

Su objetivo número uno es hacer avanzar en el Foro de Cooperación Económica Asia Pacífico (APEC) las medidas aprobadas en la cumbre del Grupo de los 20 del pasado sábado para atajar la crisis financiera.

Según explicó Dan Fried, del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Bush también buscará promover la integración económica regional, aumentar la competitividad y abordar las necesidades de seguridad, así como tratar sobre la energía y el cambio climático.

Además de participar en las sesiones de trabajo de la cumbre de la APEC, Bush mantendrá una serie de encuentros bilaterales.

El primero de ellos, el mismo viernes, será con el presidente chino, Hu Jintao, con el que abordará en una reunión que, según el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional Gordon Johndroe, será «franca», cuestiones como el programa nuclear norcoreano, la libertad religiosa y la situación en Tíbet, Zimbabue, Birmania e Irán.

El sábado, Bush se reunirá con el primer ministro de Japón, Taro Aso, y el presidente surcoreano, Lee Myung-Bak, primero por separado y después en un encuentro trilateral, para tratar, entre otros asuntos, sobre los progresos alcanzados en la cumbre del G20, la importancia del comercio y las conversaciones multipartitas sobre el programa nuclear de Corea del Norte.

El presidente de EE.UU., que el sábado también pronunciará un discurso ante empresarios, se reunirá el domingo con Alan García para destacar unas relaciones estadounidenses-peruanas «en su nivel más firme en años», explicó Johndroe.

Bush y García abordarán también cuestiones regionales y tratarán acerca de su «visión compartida de transparencia» en el Gobierno y la lucha contra el extremismo y la pobreza. Ambos abordarán también el tratado de libre comercio entre ambos países y la necesidad de mantener los mercados abiertos en la región, según el portavoz.

La visita de Bush a Perú es la segunda de su mandato. Ya estuvo en marzo de 2002, en su primer viaje a un país latinoamericano después de México, cuando acudió para tratar sobre libre comercio, una de las constantes de su política para América Latina en sus ocho años de mandato.

Bush ha firmado acuerdos de libre comercio (TLC) con Chile, los países centroamericanos y la República Dominicana y Perú, además de los pendientes de ratificar con Colombia y Panamá.

Uno de sus grandes fracasos, sin embargo, ha sido el desmoronamiento del proyecto ALCA, el Área de Libre Comercio para las Américas, que hubiera creado una zona de mercados abiertos desde Alaska a Tierra del Fuego.

En septiembre en Nueva York lanzó una iniciativa mucho más modesta, un foro de debate para promover el libre comercio entre los países que cuentan con TLC con EE.UU.

Según Steven Schrage, de CSIS, Bush esperaba que la expansión del libre comercio por América Latina representara «parte de su legado, pero no ha llegado a suceder».

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