La primera fase del ejercicio se inició en La Florida, municipio de Marcala, en el occidental departamento de La Paz, limítrofe con El Salvador.
Los otros dos departamentos beneficiados son Comayagua, en el centro, y Gracias a Dios, al este, en el Caribe, fronterizo con Nicaragua.
Durante todo el ejercicio, que durará tres meses, los militares estadounidenses construirán cinco aulas escolares en el departamento de La Paz, cinco en Comayagua y dos clínicas médicas en Gracias a Dios.
La ceremonia inaugural fue presidida por el embajador de Estados Unidos en Tegucigalpa, Charles Ford, acompañado de los ministros hondureños de Defensa, Arístides Mejía, y Educación, Marlon Brevé.
Oficiales de alta graduación de los ejércitos de Estados Unidos y Honduras también asistieron a la ceremonia, que se celebró en los predios de la escuela rural de La Florida, donde unos 200 niños se beneficiarán del trabajo voluntario.
El jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas de Honduras, Romeo Vázquez, dijo a Acan-Efe que el ejercicio también servirá para adiestrar a militares hondureños en la rama de ingeniería.
El embajador estadounidense indicó, a su vez, que el ejercicio es auspiciado por el Comando Sur de su país.
Agregó que otros dos ejercicios similares se desarrollarán en Surinam y Trinidad y Tobago.
El ministro de Defensa de Honduras resaltó el apoyo de Estados Unidos a su país y dijo que ambos trabajan en un programa común de lucha contra el crimen organizado, el narcotráfico y el tráfico ilegal de personas.
Añadió que «ese impulso lo vamos a mantener como política de Estado», y que Estados Unidos y Honduras trabajan en un «común propósito por la paz en la región centroamericana».
Estados Unidos mantiene en Honduras una presencia militar de al menos 400 hombres acantonados en la base local de Palmerola, construida por el Ejercito norteamericano a inicios del decenio de los años 80 del siglo pasado a un coste de 30 millones de dólares.