Jones, profesor de ciencias políticas de la Universidad Rice, se encuentra en Honduras ofreciendo un ciclo de conferencias sobre las relaciones de Estados Unidos con los países de América Latina y los retos de la administración Obama, invitado por el Departamento de Estado.
“La reelección ha sido siempre un tema conflictivo en América Latina y creo que es importante no darle un enfoque a un solo país sino darle una vista más institucional y no hablar de la peculiaridad de un solo caso, sin pensar en el impacto global”, dijo.
Apuntó que en el continente hay muchos casos de reformas a las reglas de reelección presidencial, pero cada uno ha provenido del presidente que se encuentra en el poder en ese momento. “Ese es una constante en la historia”.
El tema cobra vigencia cuando en este momento el gobierno del presidente Manuel Zelaya impulsa la instalación de una cuarta urna en las elecciones generales para que los hondureños puedan votar sobre la conveniencia o no de convocar a una Asamblea Nacional Constituyente que reforme la constitución política del país.
“En ese aspecto no hay muchas sorpresas, quien siempre impulsa una reforma de la reelección es el presidente que está en el cargo y eso no debe de sorprender, pero pasa en muchos países, incluso gente como Fernando Enrique Cardoso impulsó una reforma para su reelección”, recordó.
Jones recordó que otros gobernantes hicieron lo mismo en su momento como Carlos Menem en Argentina, Hipólito Mejía en República Dominicana, Álvaro Uribe en Colombia, Rafael Correa en Ecuador y el emblemático caso de Hugo Chávez en Venezuela, entre otros.
Dijo que desde un punto de vista académico la reelección presidencial tiene sus rasgos positivos y negativos.
El punto de vista positivo es que le da la posibilidad al pueblo de mantener en el poder a alguien que consideran está haciendo un buen trabajo y le da la posibilidad a un gobernante de continuar más allá de los cuatro años con un proceso de reformas, señaló.
El aspecto negativo, indicó, es que en América Latina hay una tendencia de acumular poder y abusar de ese poder, lo que da lugar a una caída del sistema democrático.
“Si uno ve a América Latina podemos ver las dos cosas. Tenemos los casos positivos como Fernando Enrique Cardoso, quien en su segundo mandato impulso con más fuerza sus reformas para dejar un camino abierto a Lula Da Silva”, ejemplificó.
Pero también está el lado extremo como el de Alberto Fujimori en Perú, quien reformó la Constitución para reelegirse y eso provocó un aumento de la corrupción política, la violación del Estado de derecho y la utilización ilegal de todos los recursos del Estado para mantenerse en el poder.
Dijo que en casos como del de Fujimori se mueven fundamentalmente los intereses del presidente y no el interés colectivo. “Me parece que más allá de la reelección depende mucho del propio presidente y del país”, apuntó.
“Si se mira todos los casos de reelección en América Latina, donde ha habido reformas e intentos de reformas, todos vienen del deseo del presidente para mantenerse en el poder.….Desde la izquierda, la derecha y el centro, todos buscan quedarse en el poder y ocupar la presidencia un mandato más”, aseveró.
Interlocutor en la región
Por otro lado, Jones dijo que a diferencia de América del Sur en donde Obama cuenta con el presidente de Brasil Lula Da Silva como interlocutor en la región y como freno al populismo de Hugo Chávez, en Centroamérica no hay en este momento un líder político que asuma ese rol.
“La única señal que hemos visto y que no es una buena señal porque no nos enseña mucho, es la decisión del vicepresidente Joe Biden de viajar Costa Rica”, apuntó.
Dejó entrever que la escogencia de Costa Rica para la visita de Biden a la región lleva consigo un mensaje que posiblemente tenga que ver con el hecho que ese país cuenta con la democracia más antigua y firme del continente, cuenta con un importante desarrollo social, de combate a la pobreza y fundamentalmente es dirigido por un presidente moderado.