De todos es conocido, dijo Custodio, que la falta de vivienda de tipo social, la del pobre, es una carencia que agrava la pobreza, que afecta a casi dos tercios de la población.
Carencia que, según el defensor de los derechos humanos, pese a ser aceptada por cada gobierno es reforzada por la falta de visión que aleja, aún más las posibilidades de tenerla cuando la encarece, atentado contra la mayoría de los que todavía no cuentan con una vivienda digna.
“De modo que cualquier factor especialmente especulativo que aumente el costo de su construcción, debe evitarse, y una forma de hacerlo es garantizar la calidad de los materiales de construcción y su costo no especulativo”, señaló.
Para evitar esa situación, otra de las sugerencias dirigidas al gobierno es que impida el monopolio, el monopsonio, el oligopolio, el acaparamiento y cualquier otra práctica similar en la actividad industrial y mercantil, tal y como lo establece la Constitución de la República.
Custodio puso como ejemplo el cemento, porque cuando es de óptima calidad una bolsa permite producir por lo menos 31 bloques excelentes, en contraste con los 22 de dudosa calidad que se logran actualmente, con el producto disponible en el mercado, lo cual le niega un ahorro al consumidor final y le encarece en un 40% el costo de su vivienda
Agregó, que cuando el gobierno propicia el monopolio y el oligopolio de este material, está encareciendo la construcción de vivienda por el bajo rendimiento del cemento.
A esto se suma, según Custodio, que la falta de control en el precio le ha dado al que goza de un mercado cautivo, la oportunidad de alzar ese precio en un 77%, sin ninguna justificación válida.
Reiteró que el monopolio y el oligopolio, ambos inconstitucionales, impiden la libre competencia cuando el Estado permite que una bolsa cueste hasta un 77% más del precio justo.
“La falta de regulación, por la autoridad competente, permite el abuso por desabastecimiento planificado, la competencia desleal que saca del mercado a cualquier productor que ofrezca cemento de mejor calidad a un precio menor”, señaló, el defensor de los derechos humanos.
La situación de la vivienda en Honduras es grave, su déficit hace que en el país haya problemas de hacinamiento, para el caso en el 10% de los hogares hondureños hay un promedio de más de 6 personas viviendo en un solo cuarto.
Aunado al problema del cemento, se estima que el 70% de las viviendas en Honduras se construyen fuera del sistema formal, la gran mayoría sin títulos de propiedad.
Al parecer, este problema es un tema recurrente porque sólo un tercio de las propiedades en Honduras cuentan con el título debidamente registrado como debe ser.
Estudios recientes indican que en el país existen miles de viviendas en mal estado que necesitan ser mejoradas con materiales duraderos